1.53; Tú amas. Yo decido.

84 8 0
                                    


Narra Nikki:

Simplemente las cosas estaban comenzando a florar dentro de mi. Me refugiaba intensamente en la música, en las drogas, en el sexo y el alcohol. Pero después de sentir el fracaso de London sobre mi piel, me di cuenta de que las cosas apenas comenzaban a abrirse paso.

Medité mucho, y no era cosa de haber dejado London. Era algo que yo venía planeando desde mucho tiempo antes, desde que London se había estancado profundamente.

Tenía bastantes letras escritas. Las suficientes como para tapizar los muros de mi habitación con ellas. Eran algo íntimo, pero que deseaba compartir con los oídos de la audiencia. 

Mientras Tommy y yo acomodabamos un par de amplificadores el uno sobre el otro para transportarlos, algo brotó de mi. Sin pensarlo, sin avisarlo.

-  Ya la invitaste, ¿cierto? - Se detuvo en seco de lo que hacía y me miró extrañado. Terminé de alinear los amplificadores para poderlos transportar con facilidad - Tommy, desde el primer día me di cuenta de cómo la mirabas, no soy idiota - Un fuego dentro de mi se contuvo ante la mirada intranquila de él.

- Si tu quieres me alejo, en realidad yo...

- No te estoy pidiendo eso, T-Bone - Estaba terminando de acomodar uno de mis bajos dentro de su estuche de cuero desgastado - Yo sabía que tenías interés, eres muy obvio para esas cosas - Cerré los broches antes de voltear a mirarlo.

- Si ustedes dos tienen algo yo me hago a un lado - Escuché a Tommy hablando como un hombre por primera ve en la vida. Por lo general compartiamos a las chicas, porque en realidad, ninguna era algo serio. Por lo menos, para nosotros no.

- No tenemos nada - Lo miré con seriedad - Solo una amistad de años, una que me alegra tener, por cierto - Hice énfasis en eso, porque para mi era algo crucial en mi vida. Y me interesaba mantenerlo intacto.

- Por la forma en la que la mirabas - Se detuvo cuando agaché la mirada - Parecía algo distinto.

- No te voy a mentir - Bufé para mi mismo. Me recargue sobre uno de los muros del pasillo con los brazos cruzados - Dejé de verla cuando todavía éramos niños - Sonreí ante los recuerdos - Es normal que verla así, convertida en una mujer, me dejara en shock - Y vaya shock. Era espectacular- Jamás pensé que fuera a convertirse en esto.

- ¿Esto? - Tommy parecía igual de confundido que yo.

- Una hermosa mujer - Hablé casi en un hilo de voz - Una chica que valiera la pena - Regresé a mi obscura modalidad - Ella es como una hermana para mi, pero tampoco puedo negarte que una erección casi brota de mi cuando la vi la primera vez.

Tommy rió un poco, pero no podía molestarme simplemente por eso - Comparto eso contigo - Hizo una pequeña pausa - Aunque cuando la conoces, te das cuenta de que va más allá de un par de piernas y un par de senos.

- Supongo que sí - Regresé a lo mío - Así que te pediré un favor enorme - Me acerqué con una de mis manos sobre uno de sus hombros - Si la lastimas, o le llegas a hacer daño, te la cobro, ¿entendido? - Me miró tranquilo - Te conozco, y sé que no eres de una sola chica.

- ¿Y tu si? - Parecía reto. Pero tampoco me encendí en el momento.

- Para nada - Respondí de forma áspera - Porque te conozco, porque me conozco, te lo estoy diciendo, si la lastimas, o algo malo le sucede a tu lado, yo mismo te castro - Le sonreí con sarcasmo.

- En caso de que eso pase, yo mismo me castro, no te preocupes - Respondió de forma tonta pero realista para él.

- Le prometí a su familia que la cuidaría, y es una forma de pagar la deuda que tengo con ellos, sobre todo con ella - Los recuerdos vinieron a mi mente como rafga de viento - Asi que mantenla a salvo de ti, asi como yo la mantendré a salvo de mi.

- Si no funciona, lo dejo por la paz, ¿eso te tranquiliza? - Su voz madura me hizo sentirme mas calmado con aquel tema. Pero no temeroso de las cosas. 

No menos, ¿celoso?

- Me tranquilizaria más que ella estuviera lejos de nosotros, pero parece que será imposible - Tomé el estuche de mi bajo y lo recargue en la entrada que daba al escenario y salida al pasillo donde nos encontrábamos nosotros.

- En realidad yo pensé que ella tenía cierta inclinación por ti - Habló mientras empujaba un poco ambos amplificadores hacia la salida del lugar - Por como te miraba, como te cuida, como le dueles en momentos - Rió con profundidad - Por la manera en la que eres importante para ella.

- Somos amigos desde niños, es algo entre nosotros, pero que no pasa de ser eso - Me uní para ayudarlo a empujar - Es normal cuidarnos de esa forma.

- ¿Y también mirarse como si se pertenecieran? - Me detuve para mirarlo mientras él esperaba expectante.

- No lo sé T-Bone - Desvié la mirada - Solo se que si no terminamos con esto, ella no llegará a desempacar a tiempo, y tu no llegarás a tu casa a ducharte y prepararte para salir con ella esta noche.

- Ella me gusta mucho - Habló con rapidez - Pero hay momentos en la vida de un hombre, o un chico como yo, en los que simplemente no podemos compartir nada, y no por propiedad - Se detuvo en seco y empujó moviendo el amplificador un par de centímetros más - Sino por dignidad y solidaridad.

- Cuando te digo que no hay nada, es porque no lo hay - Comencé a sentirme algo molesto - Nos cuidamos como los hermanos que fuimos de niños, es todo, ¿ya podemos continuar con esto?

Me sentí como si de entregar algo importante se tratara.

Y lo era. Simplemente Tommy se estaba protegiendo. Yo tenía cierto temor por mi parte, y era tonto, porque dentro de mí, sabía que ella no le correspondería de la forma en la que él se imaginaba o planeaba.

Ella podía ser muy sociable. Incluso una chica amable, de esas que le da vergüenza despreciarte un dulce que no le gusta, y termina tomándolo para no hacerte sentir mal. Pero de eso a aceptar a alguien por lastima, habia un abismo enorme.

Eso fue lo que pensé, justo antes de darme cuenta de que se la estaba entregando a Tommy en bandeja de plata.

Lo que jamás me imaginé, fue que ella tuviera la convicción suficiente como para simplemente dejarse caer del cielo para bañarse con las llamas del infierno sin el menor temor de quemar su piel, o su alma.

En ese momento, fui egoísta por pensar que yo podía decidir si por lo menos Tommy era un buen candidato. Por creer que podía mínimo cuidarla en eso. Y después, lo fuí nuevamente. Y lo fuí a un nivel más descarado.

Fui egoísta al creer, pensar, y asegurar que el diablo tiene el derecho de ser amado. Pero no la obligación de amar.

Llévame a la cima... (Douglas Booth as Nikki Sixx)Where stories live. Discover now