1.54; Oportunidades.

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Narra Gunner:

Estuve un buen rato mirando las cajas de tampones. Las marcas, los colores, pero en realidad mi mente estaba metida en alguna otra parte del mundo. Me sentía cómoda con la idea de cenar con Tommy, porque en realidad mi plan era conocerlo como un buen amigo.

Me costaba trabajo dejar de lado el hecho de que él tenía un sentimiento distinto. En un par de días de conocernos, pero según él, los tenía. Me supuse que era solo algo del momento, y que podíamos llevar la fiesta en paz.

No  me sentía precisamente lista para establecer una relación sana con alguna persona. Nunca había sido de aventarme solo porque sí. No estaba cerrada tampoco a absolutamente nada. Pero al llegar a la ciudad, me di cuenta de que los hombres ahí eran realmente distintos, y las chicas teníamos que desarrollar cierto sentido de pertenencia propia.

O en el caso extremo, un muy poco amor propio y una muy elevada autoestima, y todo, para poder sobrellevar el hecho de que ellos únicamente nos utilizarían para fines sexuales y nada mas. Era el miedo más grande que tenía. Era lo que me frenaba con Tommy, por más lindo que pudiera ser. 

Todos somos buenos, amables y espléndidos cuando queremos algo. Y por lo general, al obtenerlo, todo eso se esfuma como polvo en tormenta.

Escogí una caja de tampones de la mejor calidad que había probado hasta el momento. Justo en el momento en el que terminaba de pagar en caja, escuché la campanita del local abrirse. Me giré para retirarme del lugar e ir en busca de aquel par de locos que tenía por protectores.

Miré a Nikki parado justo en medio de uno de los pasillos. Por alguna razón, y fuera de todo aquello que sucedía fuera de nuestra relación amistosa, Nikki me provocaba cosas que me hacían sentir molesta al mismo tiempo.

A veces quería golpearlo. Otras, solo quería abrazarlo hasta que el tiempo nos consumiera o algo así. Y otras tantas, solo quería que se dejara llevar por sus instintos de hombre idiota que llevaba dentro. Pero en realidad, ni yo, ni él mismo sabíamos que soltarnos, sería igual de peligroso que no hacerlo.

Era necesario vivirlo para asimilarlo, y después, soltarlo.

- Tommy está peleando con un policía vial allá afuera  - Me sonrió a medias mientras observaba sobre su hombro izquierdo. Tommy parecía tranquilo a pesar de que el oficial ya estaba redactando la multa por quién sabe qué situación.

- Creo que debemos poner la mitad de eso, ¿no crees? - Hablé mientras Nikki solo me miraba con tranquilidad.

- Entonces, aceptaste, ¿no es así? - Lo miré con extrañeza al escuchar aquello. Luego, mi cabeza se iluminó como faro al mar.

- Dijiste que podía funcionar - Mi voz salió casi como en un hilo de voz. Y la verdad es que yo ya no entendía nada.

- Realmente espero que funcione - Y por alguna razón, eso me dejó pensando si hablaba de Tommy, o de alguna otra cosa.

Sentía algo dentro de mí, no lo iba a negar.  Pero jamás en la vida dejaría que alguien me quisiera manejar a su antojo y beneficio. Decidí que dejaría mi miedo atrás. Que simplemente viviría como me lo dictaba el corazón y la cordura que aún guardaba.

Y realmente no se si era yo, o que simplemente no había sufrido lo suficiente como para aprender. Pero me armé de valor para convencerme a mí misma de que perseguir el fantasma de alguien no era lo mejor. De que Nikki estaba jugando a ser Frank mientras jugaba con el papel de chico malo sobre el tablero. Y eso, eso me dolía, me sacaba de quicio, y me hacía sentir que simplemente no tenía porque tolerarlo.

Si me quería en su cama solo debía pedirlo, y sin duda me tendría ahí como una tonta. Si me quería en su vida, también tenía que pedirlo. Pero si quería amarme y torturarme, simplemente tenía que acercarse, hacerlo, y destruirme. No hacerme sufrir antes de matarme.

Narra Nikki:

Esperaba con todo mi ser que funcionara. Que Tommy lograra apartarla de mí de alguna forma. Verlos juntos me ayudaría a no pretender que podía apoderarme de ella.

Pocas veces en mi vida había tenido un sentido de pertenencia como aquel que Gunner despertaba dentro de mi. Jamás en mi vida me había sentido tan loco por alguien, y aún no descifraba porque. Tenía claros varios puntos. Ella me despertaba cierto placer visual que no podía manejar ni controlar. 

Los recuerdos de la infancia me calmaban el corazón con solo mirarla. Su presencia me hizo darle un sentido a seguir existiendo. Y de lo demás, simplemente no lo lograba descifrar. El amor, el gusto, y el cariño eran tres puntos distintos para mi.

Tenía claros dos de tres. Me gustaba demasiado. Tanto, que ni siquiera podía imaginarla sin ropa. La quería. Y la quería tanto que me daban ganas de vomitar por ello. Pero no la quería lo suficiente como para arriesgarme por algo más.

- Solo es una cena, Nikki - Me habló de forma seria pero a la vez tratando de romper el hielo - El chico es agradable, y la verdad yo solo quiero conocer personas, y salir de la burbuja en la que mis padres me encerraron en Seattle.

La entendí en el momento - Tommy solo es tonto, de ahí en mas te lo recomiendo ampliamente - Reímos a la par después de que dijera aquello.

- Nada de recomendaciones, Sixx - Su tono fue más serio pero con un atisbo de familiaridad en el momento - La última vez salió mal el servicio que me recomendaron- Lo último sonó como un mal chiste. Y justo recordé la borrachera de un par de noches atrás.

- Entonces - Rompí el hielo. Por mi bien - ¿Crees que no deba llamar a los músicos que aparecen en los periódicos? - Me sonrió en el momento. Funcionó.

- Eres un tonto - Rió un poco para si misma después de propinarme un ligero golpe sobre el brazo - Claro que debes llamarlos - Hizo una pausa mientras guardaba un billete dentro de la bolsa de su pantalón ajustado. Vaya trasero - Por cierto - Llamó mi atención - El guitarrista del anuncio, ¿lo llamaste?

- Demasiado rudo - Reí para mi  mismo mientras hacíamos camino a la puerta de salida - Obvio lo llamé - Abrí la puerta cediéndole el paso a Gun - Tenemos una cita para mañana.

- ¿Y sabes que más? - Habló mirándome de reojo cuando estuvimos fuera de la tienda.

- Te escucho - Encendí un cigarrillo mientras ambos mirábamos a Tommy charlando con aquel policía.

- Mañana también tendrás una cita con el registro civil, Frankie - La miré sin decir nada. Calé el cigarrillo en silencio - Es hora de que Nikki Sixx comience a vivir de verdad.

Eso me dejó callado. Entendía por muchas razones que mi yo real no le agradara al cien por ciento.

Lo único malo en ese punto, era, y por mucho, que yo seguía siendo Frankie por ella, y para ella. Solo que, Nikki opacó tanto aquello, que terminó por borrar todo rastro de Frank Feranna dentro de ella.

- Si Gunner, ya es tiempo - Pisé el cigarrillo con lentitud.

Lo hice de la misma forma en la que mi madre piso mi infancia. De la misma manera en la que mi padre me había negado. De las misma forma en la que yo mismo me saboteaba sin darme cuenta de ello.



Llévame a la cima... (Douglas Booth as Nikki Sixx)Where stories live. Discover now