capitulo 9

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La canción en multimedia escuchen la  los define lo que siente ella

Ya editó ups sorry me equivoque



El plan de Leo para asegurarse de que el gánster ruso dejara a Meena en paz no
iba bien.
—¿Qué significa que no podemos perseguir al tipo? — Sentado detrás de su
enorme escritorio de caoba, Arik evitó la mirada de Leo.
—Porque es un diplomático. —
—¿Y? ¿Entonces qué? Él quiere forzar a Meena a casarse con él. —
—¿Es realmente eso una cosa mala?
No rujas. No rujas. Arik no quiso decir lo que dijo. Cualquiera podía ver, que
Meena casándose con un gánster ruso era una mala idea.
Sí, porque ella me pertenece.
Él no se molestó en discutir con su estado mental. En su lugar le dio
argumentos a su alfa.
—Seguro que Meena puede estar un poco trastornada… —
—¿Un poco? —
—Pero eso no quiere decir que deberíamos tolerar un matrimonio forzado.
Evitamos que Arabella fuera esclavizada. Infierno, fuimos a la guerra con los
licántropos para protegerla. —
—Eso fue diferente. Querían matarla, y eran abusivos. Dmitri, aunque algo
pasado de moda, no es agresivo. Él va a tratarla bien.
—Es un mafioso sanguinario.
—Por necesidad. Las cosas son diferentes en Rusia. Más salvajes. Él hace lo que
se necesita para mantenerse a él y a su clan a salvo.

—Él no la va a conseguir. —
Arik se echó hacia atrás en su asiento y lo miró.
—¿Te importaría decirme de qué se trata esto realmente? ¿Cuál es tu interés en mi prima, de todos modos? —
—Ninguno. Es sólo que no me gusta ver a cualquier mujer acosada. —
Arik resoplo.
—Meena puede cuidar de sí misma.
—Ese no es el punto. Ella no tiene por qué.
—Lo dice un tipo que aún tiene que conocer bien a mi prima. Confía en mí,
unos días más con ella y con su manera especial de joder, y la vas a atar y se la vas a
entregar a Dmitri tu mismo. —
Atarla. Ahora tenía un plan. Lo que era su versión de tener sus piernas
extendidas en su cama.
Fue sólo cuando Hayder lo golpeó en la espalda y le preguntó si todo estaba
bien, que Leo se dio cuenta que estaba golpeando la cabeza contra la pared.
Incluso con Catástrofe fuera de la vista, ella todavía lo atormentaba. Así que no
se sorprendió cuando fue informado de que había, una vez más, encontrado el modo
de salir a realizar más travesuras.
—Tengo que irme. — Apenas leyó el mensaje de texto se marcho abruptamente. Un comportamiento errático, pero necesario. Tiempo de una misión Omega. Mantener a una leona propensa a los problemas, lejos de ellos.
Ir corriendo a su destino sería probablemente más rápido que tratar de conseguir un taxi durante la primera hora de tráfico de la tarde. También ayudaría a desahogar un poco su tensión. O, en su caso, simplemente asegurarse de llegar con más adrenalina.
Su sangre martillaba, cuando irrumpió en la boutique. Sus fosas nasales se abrieron de inmediato, capturando su olor.

Esto en cuanto a la obediencia a su petición de que se quedara adentro.
Decidido a castigarla, siguió su camino hacia la parte trasera de la tienda. Antes de que él pudiera amenazarla, Meena arrojó la cortina de la zona de probadores y la disparó en su camino.
—¡Pookie! Tenía la esperanza de que aparecieras. —
—¿La esperanza? Reba me envió un mensaje de texto diciendo que te estabas
probando vestidos para tu futuro compañero.
—Lo estoy. Quiero verme bien para mi Pookie.
No había una pared para golpear, así que él golpeó su frente con ambas manos
y froto su cráneo con desesperación.
—No somos compañeros.
—Aún, — Cantó. — Pero lo seremos. Ahora, si terminaste de ser adorablemente contradictorio, ¿me puedes echar una mano? Tengo problemas para
subir la cremallera de este vestido. —
—¿Y no le puedes pedir a Zena o Reba que te ayuden? —
—¿Dónde está la diversión en eso? — le preguntó, en absoluto arrepentida de
haberle hecho correr esos bloques.
Ella le presentó su espalda, una tentadora franja de piel cruzada por la tira de
su sujetador.
Corre. Corre. Corre, maldito idiota.
Dedos alcanzaron la pestaña de la cremallera, sus dedos, qué raro. Él tiró y
arrastró la cremallera para cerrarla, resistiendo la tentación de pasar un nudillo a lo largo de su columna vertebral.
En el apretado espacio del probador, su esencia lo rodeó. Ella lo miró en el
espejo que los reflejaba. Él, no la eclipsaba del todo y sin embargo, sus manos parecían
tan grandes, tan correctas, descansando sobre sus caderas.
¿Cómo diablos llegaron allí?
Tal vez fue la misma fuerza que lo impulsó a besar la piel expuesta de su cuello.
¿Cómo se atrevía a tentarlo, fijando su pelo encima de su cabeza en un moño
desordenado?
Arrastró su boca a lo largo de la cremosa piel, mirándolos en el espejo, mientras
sus ojos se cerraban a media asta. Sus labios se separaron. Sus mejillas adquirieron un
color rosado.
Y sus pezones... A pesar de su sujetador, la tela de seda del vestido los
esbozaba erectos en todo su esplendor.
Ella no pudo ocultar el efecto que tenía sobre ella. Por otra parte, conociéndola, sabía que no lo haría, no lo ocultaría. Ella se regodeaba de su atracción hacia él. Ni siquiera trataba de negar el hecho de que ella lo deseaba.
—Me gusta cuando me tocas, — susurró.
Y me gusta cuando te toco. Sus dientes rozaron su piel, sólo un toque, pero lo
suficientemente duro para hacer que se estremeciera.
—Leo. — Ella casi gruñó su nombre, su voz llena de deseo, su cuerpo tenso por
la necesidad.
—Hey, Meena, he encontrado un vestido aún más corto para que te lo pruebes.
Bueno, qué hay, Leo. No esperaba que nos fueras a acompañar. — ¡Maldita Reba por
interrumpir!
Como si se hubiera escaldado, saltó lejos de Meena, tropezando con la parte
posterior del probador. Él trató de recuperar un grado de compostura y recurrió a lo
habitual. No hay nada como un buen castigo para desviar la atención de su propio
dilema.
—Le dije a Meena que se quedara en su apartamento. —
—No, me sugeriste que me quedara allí. Pero tenía cosas que hacer. —
—¡Cosas como ir a hablar con tu ex después de que intentó secuestrarte! — Él
le dio su más severa mirada.
—Ahora, Pookie, no seas celoso. Espera, ¿qué digo? — Se golpeó a sí misma la
frente con una mano. — Se celoso. Violentamente, furiosamente. Entonces tómameen tus brazos y ayúdame a aprovechar este probador lo suficientemente grande.
Ella se apoyo contra el espejo y rió llamándolo de una manera seductora.
Él dio un paso atrás. No voy a dejar que me hechice para jugar su juego.
No dejaría que ella lo sedujera.
Permanecería fuerte. No cedería. Si pudiera mantenerse alejado de ella,
entonces tal vez tendría una oportunidad de resistirse a su encanto.
Reba se burló de su retirada.
—No lo creo. Leo con miedo de una muchacha.
No cualquier muchacha. Una que podría cambiar el curso de su vida.
—¡Compórtate! — gritó él antes de dar media vuelta y marcharse.
¡Ajá! Él le mostró. Escapó antes de que ella pudiera hacerlo entrar en su sensual telaraña de locura.
Marica.
Su ligre no tenía ningún respeto.
Hago esto por nuestro propio bien.
Mentiroso.
El problema de tener una discusión consigo mismo, es que no podía ocultar la
verdad.
La verdad era que él se sentía atraído por ella, pero… podría luchar contra ello
si la evitaba. El problema era que ella esperaba su maniobra e hizo planes para ello.
La llamada telefónica lo pilló desprevenido, sobre todo porque él no le había
dado su número. Ella tampoco parecía del tipo que llamara. Parecía de la clase que se
presentaría en la puerta de su apartamento, una puerta que tenía un cerrojo de
seguridad instalado, por lo que ella no podría entrar y saltar sobre él.
En cambio, su teléfono móvil sonó, cantando la única y la mejor canción para
acechar, de The Police “Every Breath You Take”
.
Súper apropiado, sobre todo una vez que se dio cuenta de quien llamaba.
Lo encantada que sonaba cuando él respondió con un brusco,
—Sí. —
—¡Pookie! —
—¿Cómo conseguiste este número? — Y aún más incomprensible, ¿cómo
programó ella el tono de llamada? ¿Cuántas más habilidades locas poseía ella? Vamos
a averiguarlo.
—¡Oh por favor! Como si yo no supiera tu número. También sé tú fecha de
nacimiento, deporte y equipo favorito, el restaurante y la comida de elección, así como el hecho de que eres un fan de la posición del misionero. —
—¿Cómo demonios has averiguado todo eso?
—Tengo mis maneras. Pero no creo que te gusten, así que vamos a pretender
que me lo contaste. De cualquier modo, si necesitas llamarme, en cualquier momento,
estoy en la lista de contactos en la letra M, por mía.
Se pellizcó el puente de la nariz, menos por su exasperación con ella y más de
disgusto consigo mismo por el chorro de placer que le ocasionó su uso de mía.
Porque ella sabe que es nuestra. Su ligre disfrutó de la sensación posesiva. Leo,
por otra parte, sintió que otro ataque de pánico se aproximaba.
—¿Qué quieres, Catástrofe? —
—¿No cubrimos ese tema esta mañana en la cama? —
Te deseo. Si, lo recordaba.
—Catástrofe…—

Ella lo interrumpió antes de que él pudiera terminar.
—Pero no llamo por mi deseo de violar tu delicioso cuerpo masculino. —
¿Ella no lo hacía? Sin duda, la sensación de hundimiento no era decepción.
—Te llamo para pedirte que vayas conmigo a un club esta noche. Estoy de humor para bailar. —
—Para una muchacha a la que le dije que se quedara dentro, estás haciendo
todo lo posible para ponerte en peligro. Ese tipo Dmitri todavía está por ahí
buscándote. No es seguro.
Ella se rió.
—¿No es seguro para quién? —
—Una mujer no debería tener que defenderse de un hombre. —
—Tú y tu actitud de la vieja escuela son tan lindos. A mi papá le vas a gustar. O,
por lo menos, espero que no te golpee como lo hizo con mis últimos novios.
—¿Por qué los golpeo?
—Para ver si eran lo suficientemente resistentes para su bebé, por supuesto.
Prácticamente podía oír el ‘obvio’ en su respuesta.
—¿Pasaron? —
—¿Estaría soltera si lo hubieran hecho? —
Apuesto a que podría recibir un golpe sin tambalearme. No es que le importara
realmente lo que pensara el padre de Meena de él.
—Es bueno que tu papá sea tan protector, pero él no está aquí en este
momento. Estoy yo, y te estoy diciendo que debes quedarte y no salir. —
—¿Me lo estás prohibiendo? — Ella se rió. — Eso es tan sexy. De igual modo no
va a suceder. Voy a salir con las chicas esta noche. La pregunta es, ¿quieres venir
conmigo?
Maldita sea. ¿La mujer no tiene ningún sentido? ¿O estaba tratando de volverlo
loco?
Suficiente. Él no jugaría su juego. Ni club o baile para él. Y él se lo dijo en
términos muy claros.

También jugó sucio y utilizó su voz de omega.
Porque yo soy el que tiene el control aquí.

No tú.
¡Rawr!

Jaja si tu anda le😒😒😒ya veremos  😂😂😂

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Cuando Un Omega Se Rompe•||Saga El Orgullo Del Leon 3 ||•( Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora