capitulo 14

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Las campanas del infierno sonaron, una cacofonía de ruido que obligó al
ejército de demonios en su cabeza a golpear sus martillos más duro.
Oh, haz que paren.
Sin embargo el estridente chillido siguió sonando. Y sonando.
El teléfono dejo de sonar.
Dulce bendición. Ella acurruco su rostro más profundo en su almohada. Sólo
unos minutos más de sueño. Precioso sueño... Ronquido.
Un ronquido cortado cuando ella despertó sobresaltada por el insistente timbre
reanudado. Era curioso como parecía sonar más alto. Íntimamente. Irritantemente
cerca de su cara. Golpeo el malvado dispositivo electrónico que se atrevió a arruinar su plan de dormir la resaca.
Golpeo y fallo. Estúpidos reflejos medio dormidos. Golpeo de nuevo. Fallo,
curiosamente, casi como si el teléfono se hubiera movido, que, teniendo en cuenta el
recuerdo del efecto de la abundante bebida que tomo anoche, era posible. Ella sabía
que el piso parecía decidido a cambiar bajo ella.
Beep.
Se detuvo. Gracias por el correo de voz.
Ahora podría volver a…
Ring. Ring.
¡Argh!
¿Quién llamaba? Tal vez era importante. Tal vez en este momento no le importaba. Todo lo que quería era que la maldita cosa parara su sonido molesto. Ella realmente quería aplastarlo, pero sus pesados párpados no se abrieron, lo que significaba que el teléfono sobreviviría. Por ahora.
Como si le molestara que ella lo ignorara, se fue acercando. Ring. Ring. Más fuerte.
—Desaparece, — ella murmuro. —Quiero dormir. —
Su molesto timbre murió una vez más, ya que finalmente fue a buzón de voz.
A continuación, se emitió una señal sonora, de nuevo para hacerle saber que
tenía un mensaje. Dado que reconoció el tono estridente, ella sabía exactamente
quien estaba llamando.
Lo siento, mamá, pero no estoy de humor en este momento.
Después de haberse ido a la cama tarde, muy tarde, ya que se quedó con las chicas a beber y comer, riéndose tontamente de la abrupta salida de Leo del club, lamentándose de que se había deshecho de ella, no estaba de humor para hacer frente al día todavía. Y ni siquiera cerca de querer tratar con su madre.
Ring. Ring. Allí estaba de nuevo. Molesto y ruidoso.
Lo que ella no podía entender era por qué su teléfono móvil sonaba tan cerca.
Estaba segura de que lo había dejado en la mesa de entrada cuando se tambaleó
anoche, apenas habiendo conseguido subir en el ascensor con todos sus malditos
botones.
En el piso o la mesa, de cualquier manera, el teléfono no debería estar sonando
justo encima de su cara en su dormitorio. Hey, ella había llegado a la cama. ¡Premio!
—Despierta, despierta, Catástrofe. ¿No vas a contestar? Es tu madre, y esta es
la cuarta vez que llama. ¿Te gustaría que le diga que estas indispuesta? —
Espera un segundo. No paso mucho tiempo para que su nublada mente captara
que Leo estaba aquí. En su habitación. A punto de hablar con su madre a las –ella
miro su reloj– siete de la mañana.
Eep.
Sus ojos se abrieron de golpe, pero antes de que ella pudiera extender el brazo
en su dirección y exigir su teléfono, contestó.
—Teléfono de Meena. ¿Puedo ayudarle? —
Ella gimió, su súper audición significaba que ella escuchó a su madre decir de manera muy educada,
—Disculpa, ¿pero tú quién eres, y por qué estás contestando el teléfono de mi
hija? —
Si estuviera Meena al teléfono, ella diría algo como “Soy un asesino en serie, y
lo siento, pero tu hija está atada ahora mismo. Muahahaha.” Por supuesto, la última
vez que lo hizo, el equipo SWAT no quedo impresionado, y a ella no se le permitió
volver a salir con Mary Sue.
Ella confiaba en que Pookie se atuviera a la verdad.
—Soy Leo. —
—Hola, Leo. ¿Cómo estás hoy? — Su madre siempre la señorita modales.
—Simplemente peeeeerfecto. ¿Y tú? —
—Um. Eh…. ¿Te importaría pasarle el teléfono a Meena, por favor? —
—Lo haría, pero ella está... indispuesta. — ¿Acaba de sonreírle a ella cuando lo
dijo?
Ella frunció el ceño.
Él sonrió. Era una sonrisa atractiva, una sonrisa maliciosa, pero que aun así no
la preparo para él diciendo,
—¿Qué tal si hago que le devuelva la llamada una vez que hayamos localizado
su ropa? Con mi ayuda, estoy seguro de que puedo conseguir su vestido en muy poco
tiempo. O no. — Lo dijo en voz baja y ronca, sus ojos clavados en los suyos, una
malvada promesa dentro de ellos.
¡Por supuesto, la perversa promesa tendría que esperar, teniendo en cuenta lo
que acababa de decirle a su madre!
—¿Estás loco? — dijo ella.
—Si estoy loco, entonces es totalmente tu culpa, — respondió, en voz alta.
Uh - Oh.
—¡Peter! ¡Te necesito ahora! — Su madre olvidó sus modales y gritó por el
papá de Meena.
No era bueno. Esto no sería bueno. Pobre Leo. Y a ella le gustaba mucho.
Incluso si sólo iba a ser una andanada verbal, ella tiró las mantas sobre su cabeza para
no tener que presenciar la carnicería que haría su papa cuando se pusiera al teléfono.
Por desgracia, todavía podía oírlo.
—¿Quién diablos eres, y qué estás haciendo con mi hija? — Papi no se andaba
con sutilezas.
—Hola, señor, soy Leo, el Omega del orgullo que alberga a su hija mientras ella
resuelve sus problemas. En cuanto a lo que estoy haciendo con su hija, estoy tratando
de mantenerla fuera de problemas, sin mucho éxito por ahora. Ella parece tener un
don natural para causar desastres. —
Una risa familiar resonó.
—Esa es mi nena. —
Al menos su padre no veía los estragos que la seguían como un problema. Su
madre se lamentaba que ella nunca se casaría si no empezaba a actuar como una
dama.
—En cuanto a mi presencia con su hija, solo estoy manteniendo un ojo sobre
ella. Nos hemos encontrado con un problema con un antiguo novio que vino tras ella
aquí. —
—¿Ese imbécil ruso apareció? —
—Ciertamente. Y los acontecimientos se han intensificado, por lo que me temo
que sólo hay una cosa que hacer. Es drástica, pero inevitable. — El click de la puerta,
corto el resto de la conversación.
¿Qué diablos? Ella saco la cabeza, sólo para ver que su habitación estaba vacía.
Aunque Meena se había escondido bajo las sábanas, Leo se había alejado.
Sin dejar de hablar con mi padre.
Eso no auguraba nada bueno. Esto nunca paso con sus ex-novios. Frederick
todavía cruzaba la calle para evitar compartir la misma acera.

Cuando Un Omega Se Rompe•||Saga El Orgullo Del Leon 3 ||•( Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora