Nana

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Lo miro enojado, cruzándome de brazos y sentándome en el mueble medio quemado del departamento de Sasuke.


Me dejó encerrado de nuevo y se tuvo que ir sin antes haberme dejado el vestuario que iba a usar en la noche.


Si sólo hubiera saltado por la ventana, en vez de ir por las escaleras.










- Naruto, saltemos.


- Estás loco, no sé nadar.


- Pero es el mar o las escaleras.


- Quiero vivir Suigetsu.


- Pero estas a más por ciento de que te atrapen todos esos guardias... ¿Mataste a alguien acaso?


- Que, ¡NO!


- ¿Entonces porque muchos guardias, policías y bomberos están que te buscan?


- Pues, es porqué...


- Rayos nos vieron, vamos entonces por las escaleras.


Me cogió la mano y me condujo a la escaleras corriendo.


Parecíamos una pareja que quiere escapar para casarse. Pero que pienso, pero si es como las novelas significa que tendremos suerte y podré ser libre de mi prometido.




Que equivocado estaba.




- ¿Ya estás listo?


- Sasuke...


- Por lo que veo no, tenemos que irnos Naru.


- No quiero ir...


Me miro fruñendo el ceño, me acaricio mi mejilla y suspiro sin dejar de mirar mis ojos.


- Si no vienes, me encargaré que Suigetsu pase toda la semana en la cárcel sin poder comprar su libertad.


- ¡No puedes hacer eso!


- Entonces alístate y vamos a la cena con mis padres.


- De acuerdo.


No podía decir que no, Suigetsu no tenía la culpa de las locuras que hacía Sasuke... ¿Debería pedir ayuda a un psiquiatra por lo raro que está Sasuke?



Así no era antes.





- Hola señora Mikoto.

Salude, besando su mejilla y abrazándola, se había más hermosa.

Vuelve A Ser MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora