Beacon Hills siempre pareció un lugar tranquilo, demasiado tranquilo. Desde que regresé a este lugar las cosas marchaban con normalidad hasta que el destino me llevó a un encuentro con Derek Hale y me mostró una yo diferente y un Beacon Hills más ar...
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— Creo que debemos irnos Sandra— Stiles me ayudó a levantarme del frío pasto del campo de lacrosse. Yo no ponía nada de mi parte porque me sentía débil y ahora entendía porque Derek decía que Allison hacía débil a Scott. El amor te hacía de esa manera, solo te hacía sufrir y tan solo quedaban los recuerdos.
Entramos al Jeep y yo no puse resistencia alguna. Mi auto podía quedarse aquí, es lo menos que me importaba en este momento.
Me acurruqué en el asiento, levantando mis piernas para abrazar a mis rodillas. Estaba un poco más calmada pero aún no podía aceptar lo que me había pasado hace un par de horas, esto debía ser un sueño, un maldito sueño...
Sentí una mano suave acariciar una de mis rodillas. Stiles había estado tan preocupado por mí que sentí como mi corazón trataba de latir de nuevo pero no estaba dispuesta a sentir algo más allá de un agradecimiento por él, no de nuevo.
— Ahora que estás más tranquila, ¿quieres hablar de lo que pasó?— detuvo el Jeep enfrente de su casa. No podía voltear a verlo porque no quería que viera mi terrible aspecto por el dolor—. Creo que sería bueno que sacaras todo eso que te atormenta.
— Mi papá es el alfa que todo mundo está buscando— sentí como el cuerpo de Stiles se tensaba—. Peter Hale...
— ¿Pero tú no eres Cullen?
— Papá me hizo creer eso, lo hizo creer a todo mundo, para protegerme de los cazadores.
— ¿Eso quiere decir que él siempre ha sido un hombre lobo?— asentí—. ¿Y él sabía que tú lo eras?
— Supongo que sí...
— ¿Y entonces por qué nunca te ayudo a transformarte?
Era verdad, ¿por qué nunca lo había hecho? Si para él pertenecer a una manada lo era todo ¿por qué no me hizo parte de la suya?
— Quizá porque no era alfa aún.
— Pero Derek no lo es y aún así pudo hacerlo.
Apreté mis manos como puños. A Derek y a mí nos unían muchas cosas: yo era parte de él desde el momento en que me mordió y él era parte de mí cuando le di de mi sangre. Teníamos lazos tan fuertes que dolía el tener que romperlos.
— Derek necesitaba de mi ayuda para encontrar al alfa— mala excusa pero ahora tenía que estar a favor de mi padre.
— Por favor, admite que tu padre tenía otros planes y tú no estabas dentro de ellos— cerré los ojos con fuerza, negando que eso fuera verdad—. Pero eso ahora no importa... ¿qué pasará ahora entre Derek y tú?
Nada.
— ¿Tiene qué pasar algo?— pregunté dolida.
— Pienso que deberían hablar sobre esto, sobre lo que siente cada uno...
