Esencia de lobo

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| epilogue |

Narrador omnisciente.

Ya había pasado una semana desde que Sandra y Derek cruzaron miradas por última vez.

Y no se habían vuelto a encontrar.

A decir verdad, Derek la veía desde la penumbra, a distancia, de manera que Sandra no lo percibiera ni un poco. La veía por la ventana de su casa cuando pintaba unos cuadros hermosos mientras fruncía el ceño concentrada. La observaba en la preparatoria cuando jugaba lacrosse con Danny y Scott y se sentía orgulloso de su gran habilidad. Y también la había visto dormir teniendo pesadillas, recordando la noche en que vio morir a su padre y, cuando se armó de valor, Derek entró por la ventana, se recostó en la cama y abrazó a Sandra toda la noche y se fue antes de que ella despertara. Lo hacía desde hace 5 días.

Y Sandra por un par de días trató de llevar una vida normal pero no había podido. Lloraba a cada momento en que algo le recordaba a su padre y eso la hacía sentir tremendamente estúpida y débil pero en lugar de refugiarse en la depresión decidió ser fuerte e ir a buscar la felicidad en sus nuevos amigos. Stiles, Scott, Allison y Danny la recibieron con los brazos abiertos. Jackson aún dejaba un espacio entre ellos pero era por el gran secreto que llevaba sobre su espalda.

Sandra desde hacía días se dio cuenta de que su cuarto tenía un aroma que le recordaba a Derek y había ocasiones en que no deseaba salir de ahí para seguir sintiendo que Derek estaba con ella porque ahora parecía ser una Sandra con doble personalidad: una que odiaba al hombre que mató a su padre y otra que aún tenía fuertes sentimientos por Derek.

Scott y Allison habían regresado aunque a escondidas en especial del señor Argent que, a pesar de que le debía la vida a Scott, le prohibía a su hija estar con él porque era un hombre lobo. Todos los amigos ayudaban a que la relación siguiera adelante.

Los Argent quedaron resentidos después de la muerte de Kate Argent y buscaban venganza sobre los Hale que quedaban: Derek y Sandra. Allison los había perdonado pues entendía que la culpa no fue de ellos y sabía que su tía había buscado ese final. Y Chris Argent ahora sentía una extraña sensación cada vez que se encontraba con la chica Hale, ¿qué era eso?

Stiles cada día que pasaba se enamoraba más de Sandra. Su amor por ella había empezado el día en que ella le sonrió tan dulcemente en la clase de química y creció en el momento en que él sintió la necesidad de protegerla a cada momento. Su amor era grande y puro y Stiles deseaba con cada una de sus células que fuera totalmente correspondido. Desde aquella noche trágica, Stiles no había dejado sola a Sandra y ella lo había dejado estar a su lado. Paseaban juntos, comían todos los días en la casa de los Stilinski, hacían todo juntos. Y apenas ayer, la esperanza de Stiles creció cuando Sandra le tomó la mano cuando caminaban por el pasillo de la escuela rumbo al estacionamiento. Sus manos encajaron tan bien que él creyó que habían sido hechas para estar siempre unidas.

* * * * * *

Una carta encontró Sandra en la entrada a su hogar. La abrió cuando entró a su casa y, a pesar de no decir en el sobre de quién era, supo por la letra que era de Derek haciendo que su corazón latiera de nuevo desbocado.

Había olvidado lo que era sentirse así de viva.

Comenzó a leer sintiendose nerviosa y mejor se sentó en el sofá de la sala:

"Yo soy lobo.

El depredador, el que acecha en la oscuridad, avanzando entre los árboles.

Yo soy el que alimenta tus miedos, tus sueños. ¿No me ves?

Mis poderosas patas recortan la distancia que nos separa, volando sobre la verde capa de césped; mis ojos de zafiro te buscan, te acechan...

Muchos me han encontrado y me han llamado '¡eh lobo!' Pero en medio de la noche solo se oyó una voz, una voz dulce y suave '¡eh lobito!' Mi rostro se volvió hacia esa voz, todo me impulsaba hacía ella, no podía alejarme, el deseo era demasiado fuerte y entonces descubrí tus ojos de luna...

Ya nunca pude alejarme, el lobo perdió ferocidad, salvajismo...

Y el lobo se tornó hombre para amarte pero el tiempo pasó y la dama se alejó...

El otoño los separó y el lobo aulló a la luna su dolor. Ya no podía el gran señor del bosque volver a las sombras, al mundo que perteneció alguna vez, porque el animal u hombre que ha conocido el verdadero amor ya no tiene un lugar entre la fauna y así yo vago por siempre-jamás persiguiendo el latido de ese corazón perdido entre la bruma, ya no perteneciendo ni a un mundo ni a otro pues me he quedado en el corazón de aquella dama de esencia de lobo y ojos dorados."

Lloró.

Tomó la carta como si fuera lo más valioso del mundo, se la llevó hasta su pecho y se recostó poco a poco en el sillón.

Cerró los ojos para poder imaginarlo escribiendo cada frase, cada línea de esa carta que desde ahora era su mayor tesoro.

* * * * * *

Bajó del Camaro oscuro.

Frunció el ceño cuando vió una caja en el portico de las ruinas de la casa Hale.

Caminó decidido hasta ésta y la destapó.

Abrió la boca cuando vió el cuadro al óleo que estaba dentro de la caja.

Lo sacó con sumo cuidado y, sin poder impedirlo, sus ojos se abnegaron de lágrimas al verse a si mismo con ella, abrazados, como humanos pero al mismo tiempo como lobos, con ojos salvajes entre la penumbra del bosque.

Se dio cuenta de lo doloroso que era estar tan lejos de ella pero sintió el regreso de un poco de vida al pensar que ella no le guardaba tanto rencor por haber acabado con la vida de su padre pero sobretodo que aún le seguía amando.

Él guardaba una firme esperanza de que encontraría esa luz que los volvería a reunir porque él sabía en el fondo que ellos no eran primos y a pesar de que su tío se había llevado muchos secretos a la tumba él estaba dispuesto a desentarrarlos como fuera posible.

¿Qué pasará con ellos?

¿Podrán algún día estar de nuevo juntos, aceptandose como familia?

¿Formarán parte de una misma manada así como formaron un mismo corazón?

¿Derek aceptará ver a Sandra y Stiles juntos y felices como él había deseado estar con ella por siempre?

¿Sandra perdonará algún día que Derek haya matado a su padre?

Solo el destino decidirá juntarlos o dejarlos seguir su vida con rumbos distintos...