Beacon Hills siempre pareció un lugar tranquilo, demasiado tranquilo. Desde que regresé a este lugar las cosas marchaban con normalidad hasta que el destino me llevó a un encuentro con Derek Hale y me mostró una yo diferente y un Beacon Hills más ar...
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La pequeña Sandra jugaba sola en los columpios de su jardín.
Sus padres aún no llegaban de trabajar y se encontraba al cuidado de una niñera, aunque eso no ayudaba de mucho ya que esta se había quedado dormida en el sillón, importándole poco lo que hiciera la niña.
Eran las 9 de la noche y todos sabían que Gunnison no era un lugar muy seguro a esas horas, excepto la inocente Sandra, que tan solo tenía 5 años.
De pronto, escuchó un sonido extraño y dejó de columpiarse.
Volteó hacia donde oyó el ruido y se topó con unos atemorizantes ojos rojos.
Los vellos de su piel se erizaron y quiso salir de ahí pero alguien la tomó de los tobillos haciendo que cayera de bruces contra el suelo cubierto de nieve.
Estaba tan en shock que no salió grito de su boca, a pesar del miedo que tenía. Lo único que se le ocurrió hacer fue cerrar sus ojos.
De pronto sintió como la olfateaban, ¿acaso eran perros?
Se escuchó un gruñido y se detuvieron pero a cambio de eso sintió como unos dientes, con afilados caninos, se encajaban en su pierna.
Ella gritó tan fuerte, que los habitantes de Gunnison sintieron un escalofrío de miedo...
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