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| chapter seven |

Hoy regresaba a clases y a ello se agregaban distintas miradas encima de mí: unas parecían curiosas, otras me decían que tenían miedo

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Hoy regresaba a clases y a ello se agregaban distintas miradas encima de mí: unas parecían curiosas, otras me decían que tenían miedo... ¿Es que acaso lucia peligrosa? Pero noté también miradas de deseo, ¿desde cuándo yo producía ese sentimiento en un hombre?

Caminé lo más rápido que pude a la clase de historia y al entrar, a pesar de las miradas de todos, me topé con unos ojos caramelo que ya extrañaba: Stiles.

Le sonreí y en ese mismo instante un rubor gracioso cubrió sus mejillas. Me dirigí al pupitre que estaba a su lado y me senté.

Podía escuchar como el latir de su corazón iba en aumento y su respiración se entrecortaba con cada uno de mis movimientos, así que cuando giré mi cuerpo para verlo mejor, este casi muere de una infarto.

— Hola Stiles, ¿cómo has estado?— le pregunté con dulzura y muchos curiosos voltearon a vernos.

— Biiieen— tartamudeó sin siquiera mirarme.

Quise reír pero una parte de mí aún no se acostumbraba a que un hombre reaccionara así por mi presencia.

— ¿Estás bien? Pareces nervioso... — me hice la que no sabía nada.

— Sí— respiró profundo y frunció el ceño. Al girar mi cabeza al frente vi a Scott entrar al salón e hizo una mueca de disgusto en mi dirección.

Suspiré. Esto de ayudar a Derek hará que Scott me odie de por vida.

El recién llegado se sentó en el lugar vació detrás de Stiles, el cual se sentó casi con su espalda y se puso rígido. El ambiente de pronto se puso tenso.

— ¿No me hablarás?— le preguntó Scott a Stiles, casi en un susurro. Stilinski lo ignoró por completo.

— Oye, ¿puedes decirme si tu papá está bien?— siguió Scott—. Digo es un moretón en el tejido blando, nada grave.

Recordaba lo que Derek me platicó: durante la junta de padres, ayer por la noche, un león de montaña apareció en el estacionamiento y asustó a todos. El papá de Stiles, el jefe de policía de Beacon Hills, fue golpeado por un auto en medio de toda la confusión. Al final el señor Argent mató al pobre animal.

Y Scott se sentía culpable por no haber hecho nada pero ¿cómo podía ser el héroe hombre lobo si no podía transformarse enfrente de toda la multitud?

Stiles volteó a verme, casi con los ojos en blanco. Sin pronunciar sonido me pidió ayuda.

— Mira Stiles, quizás estés molesto pero Scott tiene razón— ambos dirigieron su mirada hacia mí, uno asombrado y el otro molesto de no ser la ayuda que él esperaba—. Incluso ambos estamos resolviéndolo junto con Derek, ¿cierto Scott?

Scott asintió. En sus ojos parecía estar agradeciéndome.

— Si te hablara te diría que eres un idiota por confiar en él— dijo Stiles como quien no quiere la cosa—. Pero no estoy hablando contigo, ni contigo— con el lápiz en su mano me apuntó.

Esencia de loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora