Beacon Hills siempre pareció un lugar tranquilo, demasiado tranquilo. Desde que regresé a este lugar las cosas marchaban con normalidad hasta que el destino me llevó a un encuentro con Derek Hale y me mostró una yo diferente y un Beacon Hills más ar...
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Chris Argent cayó al suelo y quedó inconsciente, víctima del alfa que salió de la casa en su forma de lobo.
En el ambiente se olía el peligro que este representaba y el miedo que todos le tenían, excepto yo.
— Quiero a Kate— un susurró llegó a mis oídos. Papá quería que entrara en acción.
El resto de los que estaban ahí trataban de ver en donde estaba el alfa pero él corría con velocidad y se metía entre ellos.
La lluvia comenzó a caer sobre nosotros, dándole un mayor efecto de película de terror, solo que esto era una verdad de miedo.
La siguiente en caer fue Allison, tan bruscamente que soltó su arco lejos.
Un quejido a mis espaldas me hizo dar cuenta que Derek había caído y casi al instante cayó también Scott. En ese momento supe que tenía que actuar.
— ¡Ven aquí!— gritó Kate con furia mezclado con nerviosismo.
Mi lobo interior se dejó ver. Con rapidez estuve al lado de Kate y le tomé con fuerza la muñeca de la mano que sostenía la pistola. Ella chilló de dolor y quiso dispararme pero las balas se fueron al aire. Le gruñí mostrándole mis caninos. Golpeé con coraje su mano hasta que soltó el arma. Después la tomé del cuello y la lancé hacia la entrada de la casa Hale, cayendo de bruces en el suelo.
En ese instante apareció papá en su forma humana y levantó a Kate del suelo, tomándola también del cuello y la arrastró hacia dentro de la casa. Yo corrí hasta ellos.
Al entrar estaban en donde antes pudo haber sido una preciosa sala, que ahora era tan solo un espacio oscuro, quemado y lleno de escombros. Kate estaba a total merced de mi padre que ahora tenía su mano convertida en garra sobre el cuello de la Argent.
Después llegó Allison y me volteé para detenerla. Se asustó un poco de mí aunque ya no estaba en mi forma de lobo.
— ¿No es hermosa?— preguntó papá mirando a Allison—. Se parece a ti, tal vez no tan maltratada— Kate se removió y papá encajó un poco más las garras—. Por eso te voy a dar una oportunidad de rescatarla.
En eso el rostro de papá cambió totalmente, de ser un hombre lobo furioso buscando venganza se volvió en tan solo un hombre que sufría por la pérdida de toda su familia.
— Discúlpate— dijo conteniendo cualquier rastro de llanto—. Di que sientes haber matado a mi familia, haberme quemado y herido durante seis años— me miró y una lágrima escapó de mis ojos—. Di que lamentas haber hecho sufrir a mi única hija, ¡dilo!
Tanto Allison como Kate me miraron, no creyendo lo que mi padre había dicho.
La tensión y desesperación volaba entre nosotros, esperando a que Allison hablara como si fuera su tía pero no hubo respuesta.
