Beacon Hills siempre pareció un lugar tranquilo, demasiado tranquilo. Desde que regresé a este lugar las cosas marchaban con normalidad hasta que el destino me llevó a un encuentro con Derek Hale y me mostró una yo diferente y un Beacon Hills más ar...
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Cerré la puerta de mi casa y caminé hacia la moto Harley-Davison de papá.
Había decidido venir a casa a cambiarme de ropa por algo menos estorboso, cambiar mi vestido por unos jeans negros ajustados y una blusa gris oscuro, los tacones por unos converse de bota negros y agarrarme el pelo en una coleta alta.
Subí a la moto y la encendí de una patada. Manejé en dirección al bosque, de donde había provenido el aullido de Derek, y rogué porque aún estuviera ahí.
Papá quería su venganza contra el Argent que provocó el incendio y estaba dispuesta a ayudarlo con eso pero con nada más.
Ahora tendría que ir por Derek y por Scott, hablaría con ellos sobre los planes de papá y los llevaría a la casa Hale. Eso de estar jugando partida doble me hacía hacer sentir mal porque como dice el dicho "quién sirve a dos amos, con uno queda mal".
Cuando estuve cerca de la entrada del bosque, detuve la moto. Sería mejor internarme en el bosque a pie y así sería más fácil y no llamaría la atención de nadie.
Caminé con rapidez pues solo pensaba en terminar esto de una buena vez y sentí que esta era la noche, el momento en que se iba a cerrar un capítulo no solo en mi vida sino en la vida de muchos.
Suspiré.
Lo que más deseaba en estos momentos era el regreso de mi vida normal, bueno aunque fuera solo un poco y sería mejor si el dolor se iba de menos por un tiempo.
— Dime cómo detener a Peter— escuché la voz de Scott entre la oscuridad del bosque.
Los había encontrado.
— ¿Qué? ¿Quieres hablar de eso ahora?— le respondió Derek. El oír su voz después de tanto tiempo me removió algo en el interior.
— Irá por Allison y su familia y va a matarlos— algo en la calma de la voz de Scott me hizo temer.
— ¿Y qué?— gritó Derek impaciente.
Caminé con más sigilo para acercarme a ellos.
— Dime cómo detenerlo— insistió Scott.
— ¡No puedes!— le gritó de nuevo—. Ahora lárgate de aquí que no quiero que nadie nos encuentre.
Parecía que Derek de verdad quería seguir oculto en las sombras.
— Promete que vas a ayudarme— Scott no se iba a dar por vencido.
— Quieres que arriesgue mi vida por tu novia ¿eh? ¡Por tu estúpido romance que no significa absolutamente nada!— le espetó Derek con rudeza y fue como si en esas palabras hubiera algo explicito para mí—. ¡No estás enamorado Scott! Tienes solo 16 años, eres solo un niño.
