Mi Amor Por Ti [Zen Wistaria y tu]

Capitulo 26

"¿Secuestro?"

Narra ___

Ha pasado solo un día desde que Elisse-San vino. Y tenemos algunos asuntos que atender, no solo con su petición, sino con "cierta" prometida que no quiere despegarse de Zen, realmente molesta.

Les contaré brevemente lo que sucedió.

Flashback

Iba caminando tranquilamente por los pasillos, cuando mis ojos logran divisar una escena algo graciosa. Se trataba de como la supuesta "prometida" de Zen, trataba de "coquetear" con él. Aunque claro Zen no le ponía ni la más mínima atención, sino que en vez de eso miraba fijamente unos documentos, los cuales se los había entregado yo hace unos pocos minutos atrás, es más diligente que antes.

Sin importar cuánto esa chica tratara de llamar la atención del Albino, este no le prestaba ni la más mínima atención. Ni siquiera la saludaba cuando ella todo el rato lo nombraba. Pero lo más gracioso fue, cuando pase a su lado.

- Hola ___, te vez muy hermosa -Me dijo Zen con un toque de picardía y una sonrisa que reconozco al instante, estaba planeando algo y no es exactamente amable. Al verlo supe al instante lo que quería y eso era deshacerse de Ashley.

- Oh, gracias Zen, tu igual estás muy guapo -Le guiñó el ojo provocando un sonrojo de su parte y me fui rápidamente, el luego de eso siguió su camino con sus mejillas ligeramente Rojas, mientras de reojo vi como Ashley se ponía roja de furia y se quedaba donde Zen y yo nos encontramos, una escena graciosa. Lo sé soy algo mala, pero no puedo evitarlo, no con ella.

Luego pasó el día normal sin ver a Ashley, pero al día siguiente problemas vinieron nuevamente.

Y no, no me refiero a todas las veces en la que Ashley siguió a Zen hasta cansarlo. Sino lo que sucedió cuando ya era de noche.

Zen y yo, estabamos en medio del trabajo, al parecer Zen tenía unos documentos en su habitación los cuales él había olvidado, a lo cual le dije que iría con él para ir a buscarlos, después de todo así podría revisar los documentos antes y haría más fácil el terminarlos.

Íbamos caminando a paso lento, no decíamos nada, realmente no había mucho que decir, aún así disfrutaba de estos momentos, y sentía que él también, pues ambos nos manteníamos con una leve sonrisa mientras caminabamos.

Al llegar a la habitación de Zen, él entro antes que yo pues yo había notado algo extraño distrayendome, o al menos mi parecer lo era.

¿Qué hace ese conejo aquí?, Digo, los animales salvajes normalmente no se acercan al palacio. Ni siquiera al pueblo...