Por la puerta asoma quien se está convirtiendo en una pesadilla de casualidades, la persona que parece ser que Lucifer envio para que interfiera a cada paso en mi camino. Aqui, allá y en todas las malditas partes. Me siento como una cría de tres años intentando escapar
de su propia sombra. Asustada, asombrada, incrédula y aterrada, muy aterrada. Ni que viviera en un pueblo
de tres casas. MALDITA COINCIDENCIA. Mi cuerpo se
yergue cuando sus ojos aterrizan en mi, su expresión es extraña, veo algo de sorpresa en ella. ¿Será que tambien
lo considera un juego macabro de algun ser de otra dimensión, el hecho de que, vayamos donde vayamos,
acabemos encontrandonos? Va acompañado de una chica rubia de ojos verdes, vestida con una falda de tu azul marino y una camisa blanca inmaculada, de sus orejas
cuelgan unos bonitos pendientes de gota del mismo color que su falda. La chica nos mira a las dos y baja su mirada a la carpeta que tiene entre sus manos, re lee en silencio.- ¿Tesa Esquinas?- pregunta confundida.
Mi amiga salta de su asiemto, nerviosa y bastante rígida.
Sé que es muy importante para ella este puesto de trabajo, ya que lleva parada mas de tres meses. La chica
guia a mi amiga y desaparecen por la puerta. Ahora estoy sola en la sala de espera con Thiago mirandome, pensativo, como si quisiera decirme algo pero no supiera por donde
empezar. Yo miro mis uñas como si acabara de descubrilas, pero no, llevan conmigo toda la vida.- ¿ tienes hora para una entrevista?- alzo la mirada para intentar sostenerla a la altura de sus ojos. Me
cuesta. Niego con la cabeza.- He venido acompañar a mi amiga.
Suspira como si acabara de quitarse un peso de encima.
No entiendo su suspiro, no me encaja con el momento. ¿ A qué viene ese alivio? Yo no comprender. Desabrocha el primer boton de su camisa gris y pasa sus dedos por su
corta melena. Vaya mierda, deberia de controlar mi yo interior, esos gestos me enciende la libido, mis ganas de
lamerle el cuello aumentan al ver lo sexi que le sienta el pelo alborotado. Quiero matizar: deseo que sea él quien me lama el cuello, ya de paso que me quite la camiseta y que su legua baje por mi escote y... ¡ Joder! ¡Necesito que me de el aire! Recojo mi bolso, me elevanto del asiento
para salir de aqui cuanto antes, pero al legar a su altura aplasta su mano sobre mi pecho y me hace retroceder
un paso. Me estructura con sus ojos inquietantes. -¿A caso tienes prisa?
***
THIAGO
La veo tan nerviosa e insegura que una parte de mi la mira con adoración. Sus mejillas lucen sonrojadas y sus ojos vidriosos. No quería tocarla, pero lo he hecho. Mi mano sigue sobre su cuerpo, la punta de mis dedos rozan su piel desnuda y puedo sentir el calor que emana. Aprieto mis labios y me obligo a retirar mi mano. Inspiro por la
nariz suavemente y hago una cuenta regresiva para intentar retirar de mi mente la fantasía de empotrarla
contra la pared y besar sus labios carnosos. Ella me mira parpadeante y niega con la cabeza respondiendo a mi pregunta. Soy un tio raro, me gustan las mujeres, pero me gustan más adultas y maduras: me gustan las mamás, no las hijas inmaduras malcriadas. -Y entonces, ¿por qué
tanta prisa?- le pregunto logrando mantener mi mente fresca. - No era 'tanta prisa'- dice con un punto irritante en su voz.- solo que...que... - su nerviosismo acrecenta y el volumen de mi entrepierna con ella. MIERDA. Un mechón de pelo se escapa de su coleta y cae sobre su
rostro. Intento por todos los medios no hacer lo que deseo y poner ese mechón detras de su oreja, asi que meto mis manos dentro de los bolsillos. Vuelvo a inspirar suavemente por la nariz y hago otra cuenta regresiva para sacar
de mi mente la fantasia de tumbarla sobre la mesa de recepción. Mi entrepierna palpita. Hay que joderse...Tendré que decir algo para disimular que soy un hombre
perturbado que intenta retenerla sin saber el por qué.
¿Tio, que cojones te pasa? ¿ A caso esta chica tiene algo especial? Nah, ni de coña... pero no puedo dejar de mirarla ni de querer morderle la clavícula. Carolina. Carolina.
Dios, necesito pensar en Carlina para mantenerme alejado de esta muchacha.
- ¿Está interesada en tener un trabajo? - no le doy tiempo a que responda porque intuyo que dirá que no. Y
'no' no entra en mis planes.- jornada intensiva, de lunes a viernes, mil ochocientos euros. - su cara es un poema por la sorpresa. Acabo de aumentar el salario minimo de la
empresa, nada más y nada menos que, ochocientos euros más. Mi padre me mata. Que le jodan por viejo amargado. Espero en silencio con una sonrisa impecable. Dirá que si.- ¿Mil ochocientos?- arrasta las palabras. Soy consciente de que me he pasado y he sumado una barbaridad de 'cientos',pero tiene que ser la hostia tenerla cada día a la vista. ¡CAROLINA!
- ¿Me cierras una oferta de trabajo y siquiera me preguntas cuál es mi nombre?- aqui me hace dudar, no
sé si esta fascinada o molesta. Lo peor de todo es que tiene razón. Puede pensar que soy un idiota y tambien
estaría en lo cierto.- Claro, ¿cómo te llamas?- me remuevo un tanto incomodo. No estoy acostumbrado a que una mujer me
despiste con solo respirar.-Melanie.
-Encantado-, alzo mi mano para que la estreche.
Nuestras manos se unen y en el contacto noto como una electricidad sube por mi brazo. Mi miembro viril esta siendo estrangulado por mi calzoncillo. Sus mejillas vuelven
a ruborizarse y es justo eso lo que me pone tan cachondo.
Cojo una tarjeta de mi bolsillo trasero y se la entrego.- Mi oferta sigue en pié. Piénsalo.- salgo de la sala casi obligándome para no dar la vuelta y comerle la boca. Por suerte que teléfono suena, lo cojo y veo que es Carolina y descuelgo mientras me lo llevo a la oreja.- Necesito follar.- me exige.
- estas de suerte.- le digo con un mohin en el rostro mientras estiro de mi pantalón para sentir algo de libertad ya que tengo la sensacion de tener mi pene conservado al vacío dentro de la ropa.
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HUYENDO DEL AMOR SD#1
RomanceThiago y Mel, dos personajes que huyen del romance. En ocasiones la vida nos pone aprueba dándonos un poquito de aquello que siempre dijimos:¡Jamás! Podrán correr todo lo que quieran, negarse a sentir esas puñeteras mariposas, pero huir nunca. El am...