No sabia que, para asistir a un festival de rock, había que ir disfrazada. Mi atuendo oscuro: camiseta con calavera y pantalones estrechos con roturas en las rodillas. Teresa me había dejado lo más cool que existía en su armario. Sin olvidar un collar de cuero que creo que acabará estrangulándome a lo largo de la noche. Ey, yo no entiendo nada de rock, pero mis vestimentas son más de metal. Pero ¿quién se ve con la fuerza para llevarle la contraria a mi querida y adorable amiga?
Bajo las escaleras del apartamento con Teresa tirando de mi. Cree que llegamos tarde a un concierto cuando todavía queda hora y media para su inicio.
No solo me ha convencido para que le acompañe a un festival, sino que también ha conseguido que acepte la compañía de Tom. El cual nos pasa a recoger en su coche destartalado.
Me subo al coche sentándome en la parte trasera e intento ensartar la hebilla de mi cinturón de seguridad. Claudico cuando me doy cuenta de que no funciona. Mi mirada se cruza con la de Tom a través del retrovisor y me aseguro de que mis ojos le muestren todo mi cariño que es 0, 0 patatero. Lo más parecido a un sentimiento hacia él, sería el deseo de patearle el culo hasta dejárselo morado. Me ausento mirando por la ventanilla, rezando para que el resto del camino continúe en este divino silencio.
El festival se celebra en un lugar al aire libre, concretamente en la playa. Una chica choca con mi hombro y su cerveza acaba derramándose por mi pecho.
-¡Mierda! – grito separando la tela de la piel e inclinando mi cuerpo hacia delante.
-Perdón – se disculpa con cara de horror, sin saber que hacer para ayudarme.
-No, tranquila, no pasa nada. – Pero antes de terminar la frase ya se ha ido dando botes sobre la arena.
-Voy a buscar algo para beber – me informa Teresa. - ¿Qué te apetece? – me pregunta alzando la voz para resaltar sobre el sonido de las guitarras eléctricas.
-Una coca cola –. Porque recordemos que queda prohibida la mezcla de alcohol y medicamentos.
-Ok – seguido le manda una mirada a Tom diciéndole algo telepáticamente y este resopla con amargura.
La pequeña figura de mi amiga se pierde entre la multitud.
Perfecto, estoy en el lugar que menos me apetece acompañada de un gilipollas y tengo que aguantar todo esto del tirón. Fijo mi mirada sobre el escenario, haciendo ver que me interesa muchísimo el grupo que ahora está dando tumbos en la plataforma de un lado hacia otro. ¿Os he dicho ya que yo soy más de Alejandro Sanz y de Carlos rivera? Llamadme moñas, lo hacen muy a menudo.
-Oye, Mel... - La voz de Tom me recuerda porque no me siento a gusto en el lugar: porque me estorba su presencia.
-Oye, Tom – le corto. – No te esfuerces. Me importa una mierda todo lo que me tengas que decir.
¿Para qué alargar cosas innecesarias?
-Eres la amiga de mi novia, solo trato de intentar llevarme bien contigo.
-Pues no te esfuerces. Ser el novio de mi amiga no te hace mi amigo. No hay necesidad. Sobre todo, porque estoy convencida de que Teresa te dará una patada en los huevos nada más sea consciente del idiota que tiene a su lado.
¿Para qué tragarme las palabras, pudiendo una quedarse así de a gusto después de soltarlas? Tomen nota.
Me alegro infinitamente cuando visualizo a Teresa de vuelta haciendo malabares con las bebidas en las manos. Esta me entrega mi coca cola, pero al ver mi rostro que, imagino es el vivo reflejo del alma, está le dedica una mirada asesina a Tom. Tom encoje sus hombros, como si no entendiera misa la mitad.
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HUYENDO DEL AMOR SD#1
RomanceThiago y Mel, dos personajes que huyen del romance. En ocasiones la vida nos pone aprueba dándonos un poquito de aquello que siempre dijimos:¡Jamás! Podrán correr todo lo que quieran, negarse a sentir esas puñeteras mariposas, pero huir nunca. El am...