Bajo las escaleras de madera flotante, todavía con las piernas débiles. Si no quiero caer presa en las garras de Thiago, deberé ser más fuerte e impenetrable. Debo reforzar mi mente. Recordar el por qué no necesito un hombre en mi vida ni dejarme llevar por sus encantos. Sé que algo no estoy haciendo bien, cuando al legar a la planta de abajo, mis ojos se topan con ese color miel tan intenso y de mi vientre renace un aleteo. Rápidamente pongo mis ojos en otro punto para finiquitar con lo que sea que me esté sucediendo, mis ojos acaban clavados en Carl. Este tiene una sonrisa torcida en su rostro, con sus manos metidas en los bolsillos y algo me dice que este muchacho se percata de todo. Su aire macarra es algo visible a simple vista. Sus Jeans rotos, sus botas de cuero y su camiseta lila con la frase escrita: de tu envidia nacen mis progresos, todo en él da entender que es un canalla. O puede que no y sean simple conjeturas. Thiago capta mi atención cuando se levanta del sofá color mostaza que decora el enigmático salón con vistas a la piscina. Chasquea la lengua como si algo lo hubiera molestado, pero no entiendo el qué. Pasa enfrente de mi y camina hacia la mesa. Me percato que la mesa ya esta lista. Tímidamente voy hacia la mesa y me siento al lado de Thiago. Carl hace lo mismo y se sienta justo enfrente de nosotros. El silencio es incómodo. Lex aparece con una bandeja en la mano y seguido la mamá de Thiago con una cesta de mimbre y pan cortado. Lex sonríe. Por fin estamos todos sentados alrededor de la larga mesa de cristal. No recuerdo una comida familiar tan sería y tensa. Se nota en el ambiente la incomodidad. Y la menos perceptible es la mía, con eso lo digo todo. La madre de Thiago coge el cucharón para repartir la comida.
-He hecho lasaña...- Dice mientras observa a Thiago. – Sé que es tu plato preferido.
No sé por qué pero me trasmite algo de lastima. La veo intentando contentarle. Pero Thiago, como si fuera un pedazo de iceberg, ni contesta. Carl levanta su plato.
-Échame doble ración. -La madre de Thiago, asiente con un pequeño brillo de dolor en sus hermosos ojos color miel. Tan igual que su hijo el mayor.
Lexi se ha percatado de lo ocurrido y coge su plato para ponerse a la cola. Yo que nada entiendo, me sumo alzando mi plato. Lex me sonríe en modo de agradecimiento, pero yo hago ver que no me estoy enterando de nada. Pero si, claro que si, me doy cuenta de todo.
La lasaña esta buenísima, creo que nunca en mi vida la había comido más rica. Mi madre es una buena cocinera, pero su plato fuerte son los cocidos. Devoro el plato como una autentica cerda. Intento ser discreta, pero oye es adictiva. Nadie habla. Comen en silencio, nadie se mira. Nadie quiere encontrarse. Bebo un trago de agua y al levantar la vista Carl me guiña un ojo y consigue ponerme nerviosa. Toso. Thiago se percata y con los ojos encendidos en llama le manda un mensaje telepático a su querido y adorable hermano. Puede que no y que todo esto me lo esté inventando, es lo que a mi me ha parecido, aclaro.
-disculpa...- Me dirijo a la madre de Thiago para ordenarle si podría tomar un poco más de lasaña, pero como nadie me la presentado de manera formal, no sé cual es su nombre.
-Morrie.- me sonríe,- me llamo Morrie.
Sigo masticando, así que trago fuerte para decirle:
-¿Podría echarme más, señora Morrie?- Ella asiente feliz mientras pone otra cucharada sobre mi plato.- Gracias.
-Bueno, cuéntenme. ¿Cómo va todo en vuestras vidas?- Se anima a preguntar Morrie. Segundos más tarde hecho una mirada fugaz a Thiago, esperando una respuesta, pero no dice nada. Simplemente la ignora mientras sigue comiendo. Carl contesta viendo que Thiago no tiene intención de hacerlo.
- Bien. Como siempre.- se encoge de hombros.
- Y a ti, Thiago, ¿Qué tal te va todo?- insiste la pobre mujer.
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HUYENDO DEL AMOR SD#1
RomanceThiago y Mel, dos personajes que huyen del romance. En ocasiones la vida nos pone aprueba dándonos un poquito de aquello que siempre dijimos:¡Jamás! Podrán correr todo lo que quieran, negarse a sentir esas puñeteras mariposas, pero huir nunca. El am...