Capitulo 34

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Capitulo

Todo iba genial. No tenia palabras para describir el momento actual. Había descubierto una felicidad que desconocía. Mi vida tenia color, tenía alegría y emociones. El cosquilleo en mi vientre me mantenía sonriente.

No, claro que no, no vengo a decir que eres feliz solo si existe el amor en tu vida. No sería cierto ni justo. Pero existen piezas que, sin echarlas de menos, nunca serán de más. Dicho de otra manera: Thiago era una pieza que llevaba tiempo buscando sin saber que la buscaba.

Un aliciente que había condimentado mi aburrida e insípida vida, puede que lo deje explicado así.

El caso es que habíamos arrancado una extraña relación sin determinar. Como cuando decides coger el coche y recorrer la carretera sin un destino.

He de anotar que en un principio no me supuso un problema, hasta que mis sentimientos fueron creciendo con la fuerza de un huracán, devastadores y destructores. A medida que los días trascurrían, en mi interior se manifestaba una pequeña tristeza.

Thiago era simpático, agradable, sexual, de esto ultimo tenía en abundancia. De hecho sin ningún tipo de dudas, había descubierto a un nuevo Thiago. Conseguía hacerme sonreír, sonrojar y arrancar mis suspiros con una facilidad increíble. Pero algo fallaba. Yo le amaba.

Había conseguido que acabara asumiendo, en completo silencio, que estaba enamorada de él hasta el ultimo poro de piel. Y hasta ahí, perfecto. El problema no era yo, sino Thiago.

Necesitaba, como jamás en mi vida, que me dijera lo que sentía. Y si él también sentía esos sentimientos que estaban devorando todos nuestros instintos. Así me sentía yo, todos mis instintos de supervivencia habían sido engullidos por aquel huracán arrasador.

En apenas una semana, desde aquel día que acabé en su habitación, nuestra se había convertido en algo como esto:

-Necesito que me revises esto, esto, esto – cada 'esto' es un grapado de papeles que va amontonando uno encima del otro. – Y esto – finaliza dejando caer el ultimo dosier.

Sentada en mi asiento, alzo la mirada dejando reflejada toda mi frustración. ¿Alguien me puede le podría decir que esto es abuso?

-Pensaba que tener una relación con tu jefe, te daba el privilegio de hacer menos...

Thiago sonríe, se agacha y besa mi mejilla. Odio que me bese en la mejilla y lo sabe.

Cuando me tiene que venir la menstruación, entro en una inestabilidad emocional sebera. Nada me parece bien, todo esta mal y puedo reír y segundos después entrar en colera con facilidad que podría asustar.

-¿Qué sucede, Mel? – me pregunta mientras desabrocha el primer botón de su camisa.

-Nada – contesto con tanta tirantez que imposible no captar. Reconozco que soy un tantito inmadura y que suelo comportarme como una cría.

Thiago suspira apoyando su cadera sobre la mesa y me mira estudiándome al milímetro.

Viendo la faena que tengo por delante, decido ir a buscar un café, así que me levanto de mi asiento.

-Mel... - coge mi mano y estira de mi hasta acabar pegada a su cuerpo. Noto el calor que desprende chocar mi piel. Mi vello se pone de punta y mis sentimientos también. Me encanta su olor, lo bien que sientan sus brazos rodeando mi cintura, las palmas de sus manos acariciando la parte baja de mi espalda. Fijo mi mirada en su pecho, este sube y baja de manera pausada y tranquila.

Posa su dedo debajo de mi barbilla me insta para que suba la mirada. Por supuesto que lo hago y acabo perdida en el color caramelo de sus bonitos ojos. Muerdo mi labio inferior apenando mis cejas.

HUYENDO DEL AMOR SD#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora