-Demonios Ocultos-
No termino la frase, parecía estar arrepentida de lo que había dicho, pero a mi me daba esperanzas, estupidas quizás, pero esperanzas.
-Déjame entrar ________- Rompí el silencio-Solo déjame entrar a tu corazón, a tu mundo y te prometo que nada podrá herirte. Te quiero, de verdad te quiero y no puedo evitarlo. No quiero perderte-Miraba sus dedos entrelazados frente a tu plano vientre
-Si te dejo entrar en mi mundo querrás alejarte para siempre, tendrás miedo de mi. No puedo permitirte desaparecer de mi vida ahora, no ahora.
-No voy a ir a ningún lado-Tome su mano y la puse en mi pecho, justo donde mi corazón desbocado y enamorado golpeaba fuerte a mis costillas- ¿Sientes?-Le susurre- Siéntelo, siente cuando me importas, no se que demonios tengas, no conozco tus demonios, pero no me importan, porque te quiero.
-Oh Alan- Se acurrucó en mi pecho y por un instante tan pequeño me sentí bien, me sentí protector
-Déjame cuidarte, simplemente déjame entrar
-Demonios- Dijo como si analizará la palabra- Exactamente eso son, Demonios, y soy un infierno...
-¿Que?- No podía comprender que pasaba por su mente- ¡No! No lo eres.
-Eso soy- Se repetía a sí misma- No puedo arrastrarte a mi infierno personal Alan, no puedo.
Se alejó como si mi pecho la hubiera quemado, con dolor.
-_____ por favor- Suplique casi en un susurro
-Lo siento Alan...
Esa conversación se había quedado en mi cabeza durante toda la noche, me costaba trabajo dormir, era casi imposible. Millones de preguntas bombardeaban mi mente, me atormentaban y torturaban cuando intentaba descansar.
¿Que era eso tan malo que me ocultaba _______? ¿Tal malo era que pensaba que me iría? ¿Que le habría hecho tanto daño como para odiarse tanto? ¿Que había pasado?
Infinidad de preguntas sin respuesta, y la peor sonaba en mi cabeza con fuerza ¿QUE ERA TAN MALO QUE LA ALEJABA DE MI Y LA MANTENÍA EN BRAZOS DE ROGER?
Después de unas 20 vueltas en la cama caí rendido al rededor de las 4:28 am.
A la mañana siguiente tome una decisión, la quería conmigo, sin importar nada e iba a demostrárselo.
Me duche y me cambie en tiempo récord, para estar desvelado estaba mas que fresco.
En tres días era el cumpleaños de _________ y tendría que hacer algo único.
Salí de mi habitación con dirección a la recepción.
Cuando termine de organizar la fiesta, regrese a las habitaciones.
-________- Toque su puerta- ¿Ya estas lista?
-En un momento salgo Alan
-Muero de hambre, corre.
-Ya voy- Después de unos largos minutos salio completamente hermosa-Lista
-Vamos- Tome su mano y la conduje al elevador
-¿me cargas por las escales?- Me miro con los ojos mas dulces que había visto en toda mi vida
-Mmmm-Vacile un poco
-Pie favor- Me sonrió- Es que se siente bien
Ante dicha confesión mis barreras cedieron
-Venga- Ahora fue ella quien me arrastro hasta las escaleras- Sube
Se colgó de mi cuellos y bajamos las escaleras, ella tenía razón, se sentía tan bien, ella venia hablando sobre mi oreja, pero realmente no ponía mucha atención, su hermoso cuerpo rodeaba el mío, su cintura se apretaba contra la mía, podía sentir sus hermosos, duros y grandes senos contra mi espalda, mis instintos de hombre comenzaba a aflorar, tuve que poner todas mis energías en controlarlo, así que una vez abajo estaba agotado, la baje de inmediato de mi cuerpo, para evitar aun mas fricción.
Con ella todo lo que solía ser me estaba abandonando, jamás había tenido un instinto sexual tan fuerte y peor aun, jamás había controlado un instinto sexual.
Pero se sentía tan bien, el olor de su cuerpo aun permanecía sobre mi ropa, y el contacto de sus labios sobre mi cuello aun quemaba.
Dios estaba loco por esa mujer, con demonios escondidos, con novios futbolistas, con todo lo que fuera estaba loco por ella.
Durante todo el día y los siguientes evite un poco su contacto con mi cuerpo, al menos de esa manera. No podía volver a experimentar tanta frustración sexual nunca mas.
Los días pasaron lentos y largos hasta su cumple.
Una noche antes me había costado demasiado dormir, los nervios me mataban, no sabia si lo haría bien, pero esperaba no fallar. Demostrarle que podía confiar en mi siempre.
Mi alarma sonó a las 7:30 am, me bañe y me cambie, una vez listo salí disparado al gran salón de fiesta que había en el hotel, comenzaban a decorarlo.
Realmente se vería perfecto, o eso esperaba...
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¿Qué opinan niñas? ¿Cual será la sorpresa de Alan?