ACEPTADO

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Una parte de su relato no era del todo cierta, me había puesto encima de él por cuenta propia, pero mejor que mis padres lo supieran después. Sonreí mirando a mi novio, apretando su mano con un poco más de fuerza durante unos segundos antes de regresar mi atención a la discusión.

—¿Desde hace cuanto que están juntos? —cuestionó mi padre con inquietud

Pensaba que se lo había ocultado y sabrá Dios desde cuando.

—Desde anoche papá, sería incapaz de ocultarte algo que es tan importante y que me hace tan feliz —ambos sonreímos, él por su tranquilidad mental, yo porque había un asunto menos que resolver

De la nada mi padre le extendió su mano a Luka, nos levantamos del sillón.

—Un placer conocerte formalmente Luka

—El gusto es mío señor Dupaing —ambos se estrecharon la mano con una sonrisa en la cara

—Llámame Tom, como disculpa espero que te quedes a comer, aunque por lo visto —volteó a ver los platos medio llenos de chuchería —Ya comieron bastante

—Con gusto me quedaré a comer con ustedes Tom —sus ojos me miraron con alegría y alivio

Solté su mano para poder abrazar su brazo riendo, mis padres habían dado el visto bueno y yo no podría estar más feliz.

Mi madre había propuesto que yo hiciera la comida, a lo cual no me negué, era mi momento de mostrarle a Luka uno de mis múltiples talentos.

A medida que sacaba las cosas y me ponía a cocinar pasta —ya que era lo único que siempre me salía bien—, sentí que mi chico me miraba fijamente desde el sillón donde sostenía una plática con mi padre, a saber el creador de los miraculous de qué tanto platicaban.

—Hija, nunca dije nada, pero este chico te entiende mejor que Adrien —mi madre suspiró a mi lado cuando ya estaba terminando el platillo —Él está manteniendo una conversación seria con tu padre por más de veinte minutos, eso es un récord hasta para mí

—Si, él es increíble

Una sonrisa boba se formó cuando sus gemas aguamarina se cruzaron con mis ojos azul cielo, me guiñó un ojo y cada uno volvió a su asunto.

Una vez que terminé la comida todos nos sentamos en la barra de la cocina, Luka a mi lado y mis padres frente a nosotros.

Normalmente mi madre nos sirve a mi padre y a mí, pero era momento de cambiar la costumbre ¿no? Tomé el plato lleno de pasta a la crema y le serví a Luka, luego me serví, mamá tomó el plato después, le sirvió a papá y luego a ella. No pude evitar notar el orgullo y la melancolía en los ojos de mi progenitor, era la primera vez que yo le servía a un chico.

Ni siquiera con Adrien hice esto ¿qué pasa conmigo?

Mi novio me besó la mejilla en señal de agradecimiento y comenzamos a comer, de vez en cuando intercambiando miradas y sonrisas como siempre, hasta que mi padre hizo una pregunta de terror.

—¿Van en serio?

Casi escupo el jugo de naranja que pasaba por mi boca en ese momento. El chico a mi lado estaba impasible, luego volteó a verme.

—Lo más en serio que se pueda esperar ¿no Mari? —nuestras manos se entrelazaron por encima de la mesa, solo pude asentir antes de dirigirle una mirada amenazante a papá

Papá, te voy a matar un día de estos.



Terminamos de comer sin más preguntas incómodas, no me di cuenta de que no nos habíamos soltado hasta que Luka se ofreció a ayudarle a mi madre a lavar los platos.

Me disculpé un momento y subí a mi habitación, mi teléfono seguía ahí y probablemente Alya quería saber hasta el más mínimo detalle de lo ocurrido después de la fiesta.

Pero no, solo un mensaje, no reconocí el número, supuse que se habían equivocado, desbloquee el aparato para contestar, pero me sorprendí cuando leí las palabras.

Te arrepentirás, te quitaré todo lo que amas.

Al instante de terminar la aterradora frase bloquee el número, tuve el impulso de decirle al chico bajo las escaleras, pero negué con la cabeza tirando la idea a la caja de las ideas porque podía manejar esto sola.

Volví a bajar y me acerqué a Luka para abrazarlo por la espalda.

—Hola Ma-Ma-Marinette —saludó arremedando un viejo recuerdo

—Hola príncipe de la música

Anda, hasta que dices algo cursi e inteligente, bien hecho.

Se secó las manos y se dio la vuelta para mirarme sonrojado levemente.

—¿Y mis padres? —cuestioné curiosa tratando de cambiar el tema

—Dijeron que iban a salir un rato, pero que podía quedarme si quería —hizo un gesto como si de verdad se lo estuviera pensando —No lo sé, suena tentador pero ¿qué ganó si me quedo?

Sonreí y puse los ojos en blanco.

—Tal vez... —recargué suavemente la barbilla en su pecho —Más tiempo a solas conmigo —negó fingiendo desinterés —¿Un beso? —repitió la acción —¿Qué quieres entonces?

Sonrió de lado y puso sus manos a ambos lados de mi rostro, encorvándose un poco haciendo que nuestras narices rozaran.

—Tú sabes lo que quiero —mi cara se transformó en un tomate —Pero hice una promesa —besó mi frente —Mejor terminemos de ver esa película, anda

Se separó entrelazando nuestras manos y me guío hasta el sillón. Iba a sentarme a su lado, pero se me ocurrió una mejor idea.

Con cuidado me senté en medio de sus piernas, sus brazos me rodearon por la cintura pegándome a su pecho con dulzura, alcancé el control remoto y reanudé el filme.

Su cabeza se acomodó en mi hombro y yo incliné ligeramente la mía para que quedara recargada en la suya.

—¿Esto es amor? —susurré sin darme cuenta de que lo había pensado en voz alta

—Si Marinette, ¿y sabes por qué?

Me giré para encararlo alzando una ceja.

—Porque eres la chica más extraordinaria Marinette, clara como una nota musical y sincera como melodía, eres la canción que suena en mi cabeza desde que nos conocimos... —mis ojos se abrían más con cada palabra que salía de sus labios

Pasé mis manos por sus labios, su mandíbula, el contorno de su cara, aparté los mechones de cabello que me estorbaban a medida que movía los dedos, me acerqué lentamente y junté nuestros labios, sabía a cereza.

Ojalá mis padres se tarden y me perdonen por lo que voy a hacer.

Al Compás Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora