FIN DE UN CICLO

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—¿Una canción? —se acomodó en el sillón y me miró dudoso —¿Qué tipo de canción?

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—¿Una canción? —se acomodó en el sillón y me miró dudoso —¿Qué tipo de canción?

—Piénsalo, en cuatro meses es el concurso de talentos en la escuela, podemos componer una canción para expresar todo lo que estoy sintiendo y así despedirme de Adrien para siempre

—No es mala idea, pero tendremos que trabajar duro para lograrlo, una canción requiere tiempo y una buena canción requiere el doble

—¿Entonces eso es un si? —asintió sonriéndome y me lancé para abrazarlo —¡Gracias, gracias, gracias!

Nos caímos al suelo por culpa de mi emoción y quedé debajo de él, envueltos en la cobija que Luka había sacado hace un rato cuando bajó la temperatura; nos miramos a los ojos sonriendo.

—¿Qué rayos?

Volteamos a ver la puerta, estaban Juleka y Rosita mirándonos con la boca abierta.

—Ustedes estaban...

Luka se levantó del suelo, me ayudó a ponerme de pie y le sonrió a su hermana.

—Que poca fe me tienes, nos caímos por culpa de la emoción de alguien

Rosita bajo la voz.

—Entonces ¿no estabas engañando a Adrien?

Mis labios formaron una mueca, bajé la mirada, pero no lloré. Luka tomó mi mano y volteé a verlo.

—No, sabes que somos amigos Rosita

—Y si así fuera... No es de la incumbencia de Adrien —miré a Rosita a los ojos —Ya no

Parece que ambas entendieron el mensaje oculto.

—¿Qué pasó?

—Me engañó —sentí como la punzada en mi pecho volvía a aparecer —Durante cuatro meses, dos por lo menos

Sus miradas me confirmaron que no lo sabían, que no se lo esperaban; aunque a decir verdad, en el fondo sabía que el que me fuera infiel era una posibilidad, solo que no quería quitármela venda de los ojos.

Recibí un mensaje de mi mamá.

—Hola cielo, tu padre quiere que regreses ahora, tenemos algo que decirte

—Es mi madre, quiere que regrese, parece importante

Guardé mi teléfono y me despedí de Juleka y Rosita, Luka se ofreció a acompañarme a casa, por supuesto acepté.

—¿Recuerdas cuando fuimos a patinar?

—Si, fue increíble, patinabas mejor que yo

—¿De qué hablas? Me seguiste el ritmo, parecía ensayado

Reímos y cuando nos disponíamos a cruzar la calle, vimos a Adrien parado frente a la panadería. Mi sonrisa se convirtió en una mueca de asco y mi mejor amigo me susurró.

—¿Vas a hablar con él?

—Nunca más —voltee a verlo sonriente para aligerar el ambiente —¿Cuándo empezamos la canción?

Me volvió a tomar de la mano y la apretó un poco para transmitirme confianza.

—Mañana en la mañana ¿tu casa o la mía?

Cruzamos la calle.

—La mía, para que tomemos inspiración —dije decidida, era irónico, lo que me iba a inspirar mañana, me iba a causar un gran dolor en unos momentos —¿Si?

—Marinette... —la voz de Adrien me detuvo en seco —Tenemos que hablar

Miré su cara, que un día me pareció esculpida por dioses griegos, sus labios, los cuales sabían a azúcar cada vez que los había besado, sus ojos, que en vez de transmitirme calidez y alegría, daban la sensación de que nada vivo estaba adentro. Y su voz... era tan fría, seca, como de un zombie.

Este no era mi Adrien, él era un desconocido, un farsante, un disfraz.

—Ella no tiene nada que hablar contigo —la voz de Luka me trajo de vuelta a la realidad, asentí —Nos vemos mañana Marinette

Me besó la frente y se quedó un momento antes de irse por donde habíamos llegado.

Conocía bien a ese chico, me iba a dejar sola para poder enfrentar a Adrien, esta era mi batalla, no suya y debía confrontarlo ahora.

Saqué la llave de mi bolsillo y la metí en la cerradura antes de escuchar su voz una vez más.

—Marinette, por favor —se acercó hasta quedar a escasos centímetros de mi —Háblame nena

—¿Nena? —escupí con ironía —Vaya, parece que alguien se olvidó de su acompañante

—No es lo que piensas

Con eso exploté, me volteé a verlo, furiosa, con llamas de ira y dolor en mis ojos.

—¿Que no es lo que pienso? —sonreí —Eres un idiota, me engañaste, me mentiste, me pusiste los cuernos por al menos dos meses —me quedé mirando sus ojos —O quizá estuviste diciéndome sin palabras que me alejara de ti, que tonta soy, no entendí el mensaje

—No, no es así, déjame hablar

—¿Cuándo? —me miró confundido —¿Cuándo dejaste de amarme? ¿Alguna vez lo hiciste de verdad? ¿Cuándo empezaron las mentiras?

Se quedó callado, dio un paso hacia atrás y me volví a dar la media vuelta. Abrí la puerta y antes de entrar, giré mi cabeza un poco para que pudiera escucharme.

—Suerte con Lila, son el uno para el otro —di un paso adentro y cuando cerré la puerta, apoyé mi frente en ella

Entré a mi casa y mis papás estaban sentados en la barra cocina.

—Cielo, que bueno que llegas, queríamos decirte algo importante —mi madre sonrió —Estaremos fuera de la ciudad una semana

Les sonreí falsamente y comencé a subir las escaleras hacia mi habitación.

—Oh, está bien, suerte

Cuando entré a mi cuarto, me fui directo a la cama sin pensar en cambiarme, mi pequeña platica con Adrien no había servido más que para dejarme en la lona de nuevo.

—Marinette ¿qué pasa hija?

No me di cuenta del momento en el que entro mi madre, se sentó en mi cama y me puso una mano en el hombro.

—Duele mucho mamá —me hice bolita con unas inmensas ganas de que me tragara la tierra —Duele demasiado que te pongan el cuerno

—Escúchame bien cariño, a veces las cosas no salen como las planeas, el mundo no es completamente color de rosa... Y el amor puede golpearte en la cara de la noche a la mañana

La miré y noté su sonrisa.

—Él no era para ti, llegará alguien mejor, que te merezca y que te ame de verdad, duele, pero después de la tormenta viene la calma

Suspiré y recordé mis planes con Luka.

—Por cierto mamá, mañana viene Luka —su mirada era de desaprobación —No somos nada, solo va a ayudarme con algo para el concurso de talentos

—Está bien, nosotros nos vamos temprano, cuídate mucho y no hagas tonterías —besó mi frente y se fue

Apagué la luz y me cambié por mi cómoda pijama, al cerrar mis ojos, comencé a recordar cada uno de los momentos que me habían separado de Adrien.

Al Compás Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora