GOLPES Y TENTACIONES

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ADRIEN:

Por favor Marinette, escucha mi canción.

Dejé el micrófono en su base, ya ni había más que hacer, solo esperaba que hubiera valido la pena, estaba arriesgando todo por ella.

En cuanto bajé del escenario me topé con muchos reporteros y a Lila mirándome furiosa mientras se acercaba, cuando estuvo a mi lado me dio una cachetada.

—¿Cómo pudiste? —sentenció llorando —Yo que te amo

Más falsa no puede ser.

—¡Basta ya Lila! —todos los que me hacían preguntas se callaron de sopetón —¿Eso está grabando? —pregunté a Nadja sin apartar mis ojos de la chica frente a mí, me respondió asintiendo

Hora de decir la verdad.

—Nunca te he amado, me obligaste a estar contigo desde el día uno en esa fiesta, me drogaste, me amenazaste y me hiciste dejar a la única chica que amo y amaré toda mi vida —mi mirada podría matarla si pudiera —No eres más que una falsa y que te quede claro que ya no me importa lo que digas ¡Yo sólo tengo ojos para Marinette Dupaing Cheng!

—Adrien... —furiosa, me apartó de su camino

Pude respirar con tranquilidad durante dos segundos antes de que viera a Marinette mirarme con tristeza y repulsión.

No...

Se dio la media vuelta, pero antes de que diera un paso lejos de mí la llamé.

—¡Marinette! —sus ojos nuevamente me miraron, corrí hasta ella —Perdóname, no sabía cómo decirte

—¿Alguna vez lo consideraste?

Su voz era fuerte y ronca a comparación de su expresión que detonaba su próximo derrumbe.

—Dime, ¿alguna vez pensaste si quiera en decirme la verdad? —dio un paso hacia atrás negando con la cabeza —No puedo creer que me haya enamorado de un cobarde, pero gracias a eso ahora entiendo que no quiero volverte a ver ni en pintura

—Mari... —mis ojos picaban —Por favor... no me hagas esto...

Sus puños se cerraron a los costados de su cuerpo y apenas moviendo sus labios ordenó.

—Vete

Mi mano se levantó para tocar la suya, pero un golpe en la nariz me interrumpió.

—Dijo que te vayas, no la toques, no la vuelvas a buscar, solo vete —Luka me empujó lejos de ellos

Mi última esperanza se difuminó cuando Marinette lo abrazó por la cintura y él se volvió para acariciarle el cabello y llevársela de ahí cargándola como una princesa.

Mi princesa.

Nino me levantó del suelo entre preocupado y confundido.

—¿Por qué no me dijiste?

Negué con la cabeza, no entendía la gravedad de la situación, me pasé el dedo debajo de la nariz notando que sangraba.

—No podía, de haberlo hecho Lila habría inventado una mentira y la habría perdido —miré hacia donde se habían ido Marinette y su nuevo novio, refiriéndome a la azabache

—Pero eres mi mejor amigo y lamento decirte mi hermano —mis ojos se encontraron con los suyos mientras suspiraba —Que ya la perdiste y que alguien más está ayudándola para recuperarse del daño que le hiciste

—Lo sé, pero soy Adrien Agreste, no me voy a rendir así de fácil

Me extendió la mano y yo imité su acción, apretando un poco para sellar el voto de confianza que seguía ahí a pesar de mis tonterías.

—¿Qué piensas hacer?

—Recuperar a Marinette, no importa el precio ni cuánto me lleve

MARINETTE:

Luka me dejó sentada en un cómodo sillón mientras iba a buscar hielo para su mano a petición mía.

Estaba jugando con el borde de mi falda cuando regresó de la cocina con una bolsa de hielo en la palma de su mano. Se sentó a mi lado y tomé la bolsa azul y su mano, cuando le puse el objeto sobre sus nudillos siseó por el dolor.

Ninguno había dicho nada desde el incidente con Adrien y eso había pasado hace veinte minutos por lo menos sino es que más.

—No tenías que golpearlo —susurré

—No quiero que intente algo después de lo que hizo —me pasó un mechón de cabello detrás de mi oreja derecha —Quería protegerte, lo siento

Sonreí y lo miré a los ojos. Protegerme. Negué con la cabeza divertida.

—Me has protegido siempre sin necesidad de la violencia —besé su mejilla

—Creo que el ser tu novio me hizo ponerme así —empezó a reír y no pude evitar unírmele —No puedo creer que seamos una pareja

Su mano sana recorrió mi brazo para entrelazarse con la mía, con suavidad la acercó a sus labios y la besó.

—Pues créelo, porque es verdad y nada cambiará eso —le acaricié el pómulo y me acerqué para besarlo en los labios

Tomó el hielo y lo dejó en la mesa a nuestro lado sin romper nuestro beso, después sus manos viajaron a mi cintura y me acercó a él hasta que perdí el equilibrio y quedé encima de su cuerpo.

Debido al movimiento por el concierto allá afuera, este lugar estaba vacío y prácticamente a oscuras, solo unas tenues luces nos separaban de la completa oscuridad.

Sentí un escalofrío cuando mordió suavemente mi labio y nuestro beso se volvió más intenso.

—Luka... —susurré separándome unos centímetros —Yo...

Me besó la punta de la nariz.

—No haré nada que no quieras Marinette, si necesitas tiempo te lo daré

Asentí, agradeciendo como siempre su infinita comprensión.

Lentamente volvimos a quedar sentados, me recargué en su pecho sonriendo y me abrazó por los hombros, empezaba a tener sueño pero quería estar un momento más con esta sensación de sentirme completa y a salvo en sus brazos.

Cerré mis ojos luego de un rato, me estaba ganando el sueño.

—¿Mari? —me quejé a modo de respuesta —¿Te estás durmiendo?

—Mhm... —respondí afirmativamente pegándome más a su torso

—Te llevaré a casa

Sentí sus manos deslizarse, una debajo de mis piernas y la otra en mi espalda envolviéndome, se levantó del sillón y por instinto puse ambas manos en su pecho y me acurruqué para no caerme, caminó un poco y alcancé a escuchar que Alya pedía un taxi por su teléfono para que mi novio no caminara hasta mi hogar conmigo en brazos debido a que la distancia era bastante larga.

El frío empezaba a colarse por mi cuerpo cuando Luka me dejó en el asiento del vehículo y cuando estuvo a mi lado volvió a acomodarme en sus piernas pasándome su chaqueta por los hombros, acobijándome.

Al Compás Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora