Alma Pura

Capítulo 8

La noche había llegado a la sede y a toda la ciudad de New York, todo estaba tranquilo, no había ruido, gente, sólo se escuchaban los pequeños sonidos de los grillos en todo el bosque que estaba junto a la propiedad.

El castaño no había podido dejar de pensar en lo que Morgan le había dicho, ¿podría ser verdad? ¿Podría ser qué pudieran traerlas de vuelta incluso estando dentro de ahí?. Muchas preguntas rondaban por la cabeza del arácnido, tenía dudas, ideas, teorías, miedo y emoción, era un sin número de sentimientos mostrados en ese momento, como un remolino lleno de situaciones.

Él no sabía mucho de las gemas del infinito, lo único o poco que sabía era los que le habían contado de ellas las personas que las tenían o tuvieron en su poder algún día. Pero ahora, ahora era diferente. Él las estaba viendo, ayudó a recolectarlas, las tenía frente a él y tenía muchas dudas.

Tomó una de ellas, era color naranja y si estaba en lo correcto esa era la gema del alma, la gema en donde "teóricamente" debía estar Gamora, Natasha y su hijo o al menos eso creía.

Nadie sabía mucho de esa gema en específico, sólo sabían que de un sacrificio la obtenían.

Soltó un suspiro y volvió a dejarla en su lugar, se tomó el cabello y rascó su cabeza con fuerza.

-Quill...

Él sabía más. Él había pasado tiempo, mucho tiempo intentando buscar el cómo funcionaba esa cosa y si tal vez no sabía mucho, al menos sabía más de lo que ellos.

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Volvió a despertar en ese lugar. Abrió los ojos y nuevamente apareció en ese espacio donde no se veía cuál era su inicio y cuál su final, sólo sabía que parecía un lugar naranja con mucha niebla.

No se levantó, sólo se volteó, decidió quedarse acostada viendo el "cielo" de ese lugar. No se veía como un cielo color azul y con nubes blancas que iban avanzando conforme a la rotación, no era un cielo como el de su hogar.

-Es interesante.

Una voz susurró al lado de ella y la pelirroja sonrió. Volteó a verla un poco y soltó una risa.

-Sólo veo lo mismo que en todos lados, literalmente.

-¿En serio? Que aburrida. -Le respondió soltando una risa -Ponle algo de diversión, Romanoff. Puedes ver todo lo que quieras ver, es sólo ponerle imaginación.

-Si te soy sincera, la imaginación es algo rara. Te imaginas tantas cosas a lo largo de tu vida y no son reales.

-Lo sé. -Gamora volteó a verla -Pero esto es como un sueño, Natasha y, ¿qué sucede en los sueños?. -La pelirroja negó -Tú los creas, tú puedes hacerlos a tu manera.

-Estás loca.

-No, no, no, bueno... sí, un poco, ¿me culpas? Todo el día estoy aquí, no puedo salir. Tú al menos lo haces cuando despiertas, ahora estás dormida en realidad y sólo cuando eso pasa estás en éste lugar que no sé qué es. -Gamora bufó -Pero ese no es el punto, el punto es que lo he estando intentando.

-¿Intentando?. -Natasha se recargó sobre sus codos -¿Qué intentas?.

-Volverlo más divertido, más ameno.

-¿Cómo haces eso?.

Natasha siguió mirándola un poco crédula, ella no era de las personas que soñaban o que intentaban que algo fuese divertido... ya no. Desde que estaba ahí todo era igual literalmente, ir a Vormir, venir aquí, todo era un ciclo para ella y no sabía si era bueno o malo. Pero al menos no estaba sola.

Sintió salpicaduras de agua y salió de sus pensamientos. Miró a Gamora y ésta estaba en un, ¿charco? ¿De dónde había salido ese charco?.

-¿Cómo...

-Te dije que estuve practicando. -La levantó -Descubrí que esto es como un sueño y en los sueños tú eres el dueño, puedes hacer lo que quieras.

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-¿Estás seguro de esto?.

Las gemas habían sido "restauradas" con ayuda de Tony y ahora todos estaban frente a Strange esperando que hiciera lo que fuese a hacer con Rogers.

Habían decidido que él nuevamente se la quedara, que fuera el guardián de la gema tal y como lo pidió. Nadie había puesto objeción ante la petición porque siendo sinceros él la cudaría mejor que nadie y era una gema menos que ellos debían cuidar.

Steve estaba de pie frente al mago, sentía mucho miedo y mucha ansiedad, la misma ansiedad que sentió cuando le inyectaron el suero en aquellos años.

Vió a Strange abrir el dije que colgaba de su cuello, una luz brillante desprendía de él. Comenzó a mover las manos y unos círculos verdes aparecieron.

Sintió como si lo apretaran, sintió como que una parte de él iba y venía, era una sensación diferente a las que había sentido; se sentía él.

-Wow... -Wanda susurró -Realmente funcionó.

Steve abrió los ojos y volteó a verse en el espejo que había a un lado suyo. Funcionó. Sonrió de oreja a oreja, había vuelto a ser el Capitán América, los años no le pasaban encima y agradecía eso, ahora si podría poner realmente de su parte para traerlas de vuelta.

-Gracias.

Steve agradeció sinceramente a Stephen y él asintió.

-Sabía que iban a traer las gemas de vuelta, sino, no se la hubiera dado a Thanos.

-Creí que se la habías dado porque Tony debía sobrevivir. -Nébula lo miró.

-Claro, pero debía mantener la seguridad de la gema, de otro modo, no, recuerda que vi varios futuros, pero no sabía el por qué las iban a traer de vuelta.

Hizo uno de esos círculos color naranja y desapareció segundos después. Todos se vieron y alzaron los hombros.

-Bienvenido, Cap. -Tony le sonrió.

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-¿Los extrañas?.

-Todo el día, todos los días. -Susurró bajando la mirada y sonriendo -A veces me pregunto qué estarán haciendo.

-También yo. -Gamora suspiró -Me imagino a Groot sacando de sus casillas a Rocket, a Drax molestando a Mantis, a Nébula odiando a Quill...

Natasha la abrazó por los hombros. Sabía que le dolía hablar de Quill, ambos se amaban y por culpa de Thanos simplemente todo se fue a la mierda.

No era de las personas que solía darle apoyo a desconocidos, al contrario, pero ella ya no era una desconocida, era su amiga, era su compañera, era su confidente. Sabía qué se sentía no poder estar con el hombre que amabas. Steve no salía de sus pensamientos y para ser sincera, no quería que eso pasara.

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