Despertó con una manta sobre ella y con el canto de unos pajáros que picaban una de las ventanas de la sala. Soltó un bostezo algo agudo y el sonido del lago llenó sus oídos haciéndola sonreír.
No se acordaba de cómo había terminado ahí, pero no llevaba sus zapatos y su chaqueta estaba a un lado del sofá donde dormía, así que supuso que se quedó dormida hablando con su mejor amiga y ella la arropó.
Miró su celular, la hora marcaba un poco más de las nueve de la mañana, debía haber sido el tiempo más largo que había dormido sin alguna interrupción o sin sentir nada; había descansado.
-¡Tía Nat!.
Se escuchó un pequeño grito de alegría provenir de la pequeña Stark que iba bajando las escaleras con un vestido muy colorido y florido.
La pelirroja no aguantó más, se levantó y la cargó abrazándola dando vueltas con ella.
-Pero que grande estás, Maguna, estás enorme. -Susurró poniendo a la pequeña en el suelo y poniéndose a su altura -¿Cómo has estado mi amor?.
-Extrañándote, tía. -Se sinceró -Nadie podía darle palizas a papá con amenazas.
-Ve lo que le has enseñado a mi pequeña y nada hostil hija.
Natasha se pasmó, se inmovilizó por unos segundos, estaba escuchando a Tony, a su hermano de otra sangre. Se levantó y volteó a verlo con una sonrisa.
-Es inevitable no enseñarle mis pasos a mi sobrina, Stark.
-Te extrañé, Natasha.
Aquellas palabras habían removido algo en la rusa y es que por más que ella no quisiera aceptarlo y tratara de negarlo, también había extrañado a su excéntrico amigo y decir eso era muy extraño.
Tony se acercó a ella a pasos lentos y en su rostro se veía una expresión de nostalgia, un nudo en la garganta y un par de lágrimas en sus ojos; la abrazó.
Natasha no tardó mucho en corresponder ese abrazo, recargó su rostro en su hombro y abrazó a Tony así como él lo había hecho segundos atrás. Para la rusa, Tony era como el hermano que nunca tuvo, se peleaban, bromeaban, se golpeaban, se querían, tal y como los hermanos hacían. Para él no era diferente, quería mucho a Romanoff, y cuando pasó lo que pasó una parte de él se negaba a creer que la rusa no iba a volver.
-Que bueno que volviste. -Tony susurró en su oído -No tenía con quién pelear.
La rusa soltó una risa y se separó un poco de él para verlo y darle un pequeño zape.
-Te prometo que vas a recordar mis palizas muy pronto.
Su celular sonó y todos voltearon hacia donde provenía el sonido. Tomó el aparato y vió la pantalla. Clint.
-Tengo que irme, debo resolver algo lo más rápido que pueda. -Natasha tomó su chaqueta -¿Irás al complejo?. -Preguntó al castaño.
-Nos vemos en un rato.
Natasha se despidió de ellos, subió a su respectivo auto y arrancó levantando tierra del suelo.
-Extrañé mucho a la tía Nat.
-Todos, Maguna, todos.
-Gracias por no dejar morir su recuerdo estos tres años, papi.
-¿Qué? ¿De qué hablas?. -Tony preguntó nervioso -Yo sólo contaba las palizas que me daba.
La pequeña Stark rodó los ojos y soltó una risa asintiendo a su padre, no era eso a lo que se refería pero sabía que su padre no iba a aceptar sus buenas acciones tan fácil.
Pepper se despidió junto con Morgan de Tony, ambas irían a la ciudad con Happy a comprar unas cosas para la casa.
El millonario los vió irse en el auto lentamente para luego volver a entrar a su propiedad. Se sentó en el sofá viendo a la chimea apagada.
-Maguna.
-Hola papi. -Se destapó la cara quitándose la máscara de Peter.
-¿De dónde sacaste eso?.
-Lo encontré.
-¿Lo encontraste?.
-Sí. -Dijo tierna. -¿Qué es eso?. -Señaló una cajita que llevaba en las manos.
-Esto es un collar. -Sacó el pequeño objeto de la caja -Con un símbolo muy especial e importante.
Lo sostuvo entre sus dedos un momento viéndolo, eso le traía recuerdos.
-Es el símbolo de la Viuda Negra. -Susurró tomando el objeto.
-Es un símbolo con mucho significado, Maguna. Estas arañas son las más letales, las más fuertes, pero detrás de toda esa fortaleza también tienen debilidades, saben amar y cuidarse a ellas mismas.
-Como la tía Nat.
-Exacto, como la tía Natasha.
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.Llegó unos veinte minutos después y se quedó en su auto un par de minutos más. Bajó el cristal de su lado y suspiró, analizó la sede entera y sí, había cambios, muchos cambios, mucha gente, mucho de todo.
Bajó de su auto, su precioso y negro auto deportivo para ver estacionarse una camioneta blindada color negra. Se recargó en la parte delantera de su auto colocándose sus gafas de sol y esperó a ver quién bajaba de dicho vehículo.
María Hill bajó despacio hablando por su celular y con unos papeles en la otra mano, cerró la puerta con uno de sus pies y volteó segundos después.
La miró ahí, recargada con su cabellera rojo fuego moviéndose por el aire. Se sorprendió al verla realmente, así que colgó la llamada y se acercó a ella a paso lento para mirarla bien.
-No muerdo, tampoco soy un fantasma. -Le medio gritó a la morena sonriendo un poco.
Hill corrió a ella y la abrazó fuerte.
-Había escuchado de unos reclutas que te habían visto, pero supuse que era una broma de mal gusto. -Susurró -¿Cómo?.
-Digamos que los chicos me trajeron de vuelta y pues... aquí estoy.
-Por eso ví a Tony el otro día aquí.
-Sí, tal parece que le costaba estar aquí por mucho tiempo.
-Tony la pasó mal en los primeros años. -Susurró.
-Sí, lo sé.
-Cuéntame todo, ponme al día, no sé qué ha pasado aquí.
-¿No trabajas aquí?. -Natasha preguntó confundida.
-Lo hago, lo hacía, Fury me trae vuelta loca en todo el mundo.
-Te pondré al tanto, pero primero, ¿qué haces aquí si estás vuelta loca?. -Natasha se quitó las gafas y entró a la sede junto con su amiga.
-Cada mes tenemos reunión las chicas y yo.
-¿Las chicas y tú? ¿De qué me perdí?.
-De A-Force.
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Eclipsa1214 Aime532
MichelleJimenez987 NikkiJ97
Nimjazz JeanneMaldonado
mayelivillarreal pronto tendrán sus putazos
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Alma Pura
RandomDespués de que todo hubiese salido como esperaron, o bueno, casi todo... No todo volvió a ser lo mismo desde que vencieron a Thanos, perdieron mucho en el camino, pero tratarán de volver por ello.