Capitulo 33

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Invisible, así era como sentía su alrededor al ver esos pequeños ojos azulados que lo transportaban a un lugar único y con una calma inigualable. Era como ver la luna a mitad de la noche después de un mal sueño; era esa calma, esa paz que soltaba aquella luz blanca espiritual. 

-¿Así es siempre?. -El rubio americano que tenia entre sus brazos a ese pequeño ser que lo unía con aquella pelirroja, pregunto volteándose hacia la rusa que tenia una sonrisa en el rostro. 

-Lo es, al menos cuando no tienes que cambiarle el pañal. 

Trato de no soltar una risa, pero es que muy en el fondo ella misma sabía a lo que Rogers se refería, y es que lo sabía porque ella misma lo había sentido desde el primer momento en que tuvo a James entre sus brazos, sabía que esa paz era única y ese ambiente de sólo ser ellos dos lo vivía a cada momento, todos los días que estaban juntos. 

Ella era corazón puro, pero a la vez era corazón de hielo, corazón blindado con capas de vibranium que pocas personas habían podido penetrar. Había crecido con la creencia de que una familia era un punto débil que se tenía y analizándolo desde un punto subjetivo, así era. Pero en ese momento, justo en ese instante, no le importaba nada, sólo eran ellos tres en ese momento, sólo eran ellos en todo el mundo. 

Lamentablemente los gritos de la primera planta del lugar se empezaban a escuchar más de lo normal, lo que hizo que la rusa saliera de su burbuja de una forma abrupta. Bufó quedando de brazos cruzados y con una mirada le dijo a Steve que debían bajar. 

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-¡Oye!. -Llegó separando a Belova y a Tony -¿Qué diablos les pasa a los dos? A esto no los traje, por esto no los reuní. Si quieren matarse, háganlo después y fuera de mi casa y sobre todo, lejos de mi hijo. 

Aquellas palabras dejaron callado todo el lugar y es que ese tipo de protección de madre por parte de la ojiverde nunca lo habían visto; no sabían si asustarse o alegrarse, o ambas cosas. 

-Él empezó. -Se justificó la menor de las rusas alejándose del castaño, pero mirándolo con ojos de navaja. 

-Yo sólo quería ver al mini capipaleta. 

-Espera, ¿qué?.

-Sí, quiero conocer a mi sobrino. - Tony soltó en el suelo sus lentes que ahora estaban rotos -¿Acaso es un delito?.

-¿Por eso lo atacaste?.- Natasha alzó la ceja en forma de regaño hacia su hermana -¿No podías sólo decirme y listo?.

-No confío en los Stark.

-No te culpo. - Ant-man susurró ganándose la miradas de odio de algunos y la risa de otros. 

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El ambiente no estaba tenso, simplemente estaba desolado de voces, desolado de suspiros y lleno de miradas intensas de unos hacia otros. Aquella pantalla frente a ellos repetía y repetía videos de aquél nuevo enemigo al que algunos ya se habían llegado a enfrentar y que por lógica, no habían podido vencer. 

-¿Un nuevo gatito deforme?. -Clint pregunto sentándose en el suelo.

-Ojalá fuera un gato. -Natasha le sonrió.

-¿Por qué? No, mejor, ¿cómo le descubriste?. - Wanda la miro después de mucho tiempo y es que meterse en su mente era demasiado tentador, pero llevaba años de abstenerse a hacerlo y prefería no tocar puntos sensibles.

-No fui yo, creo. Él llegó a mí. 

-Eso sonó muy telenovelesco, rojita.

-Tal vez lo es. ¿En dónde más alguien copia tus movimientos y habilidades con solo verlos?.

-Tu lo haces. -Yelena contestó la pregunta de su hermana.

-No me refiero a eso y lo sabes. 

-¿Cómo fue que te encontró?. -Steve trato de concentrarse. Y es que el hecho de pensar en un nuevo enemigo que estaba detrás de la pelirroja, lo ponía en un modo de protección. 

-Fue hace meses, unos seis para ser exactos, no recuerdo la fecha en específico. Habíamos llegado a Italia y yo había salido a comprar leche para James. Era noche y comencé a sentir que alguien me seguía, no sabía si estaba paranóica o simplemente era verdad. -Hizo una pausa para colocar las imágenes de las cámaras de seguridad de esa noche -Rompió mi bolso y todo lo que hacia parecía saberlo, todo movimiento, toda acción, sabía que movimiento era el siguiente, pero yo no sabía cuáles eran los suyos.  

-Supongo que terminaste golpeada o algo por el estilo. -Rhodey afirmo.

-Así es, y escape como pude. Hemos tratado de averiguar dónde se esconde, pero no deja rastros, no deja huellas. Solo ataca y desaparece como el humo.

-Necesitas mejor tecnología. -Tony llamo su atencion.

-La tenemos, pero la mejor tecnología no esta a la vista del mundo. -Yelena suspiro sabiendo a que se referia, esperando a que alguien entendiera aquella referencia. 

-Wakanda. 

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Estaba claro que no podían perder mucho tiempo en buscar ayuda de nuevo. Las cosas comenzaban a complicarse y debían hacer algo. El cielo comenzaba a ponerse oscuro y la luna junto con las estrellas empezaban a aparecer iluminando su rostro. 

Volteó a ver la cuna y en ella miró a su hijo dormido. En todo ese tiempo no se había separado de él por más de dos horas y ahora debía hacerlo. No se sentía mentalmente preparada para dejarlo y lo peor era que no sabía cuánto tiempo tardaría en volver a verlo.

-Te prometo que dejaré esto cuando terminemos este trabajo. -Acarició su mejilla para después cerrar las persianas.

Salió de la habitación con cuidado de no hacer ruido y detrás de ella miró a sus padres.

-Nosotros lo cuidaremos. No te preocupes. -Le contestó su padre apretando su mano.

-Lo sé, es sólo que. -Volteó a ver la puerta -Nunca me he alejado de él, prometí no hacerlo por trabajo y menos este tipo de trabajo.

-Pero no estás sola, tienes que regresar sana y salva de ahí. James te necesita.

Natasha sonrió a lo dicho por su madre y es que siempre tenía las palabras correctas para hacerla sentir mejor.

Las palabras de una madre son siempre como abrazos cálidos ante la tempestad.



Yo sé que me odian por no actualizar hace meses. Pero la universidad literal es una prisión.
Pero lo prometido es deuda. Por fin acrualicé, espero les guste mucho.

Alma PuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora