Capítulo 20

1.4K 180 108
                                    

Día y noche, bueno y malo, perfecto e imperfecto.

Rubio y rojo, azul y verde, américa y rusia, Steve y Natasha.

Se encontraba debajo del árbol, de su árbol, de ese árbol tan especial para ella que nunca pudo olvidar incluso creyendo estar muerta.

El cielo mostraba su enojo o su tristeza, las gotas no cesaban y los truenos no paraban, el cielo era grisáceo con un poco de nubes blancas, un contraste que significaba que la calma llega después de la tormenta.

Habían pasado dos días desde que Gamora había vuelto, dos días en los que no le dirigió la palabra a nadie, dos días en los que sólo habló con su mente, dos días pensando en lo próximo que haría.

Creía que las ramas de los árboles la protegerían, pero ese día tal parece que la lluvia era diferente a otras. Su cabello escurría agua, su ropa estaba pegada a ella y su vista estaba en ese símbolo.

Ese símbolo que había tallado ella con sus propias manos, ese símbolo tan importante de los seis originales, ese símbolo que significaba amistad y amor para ella, pero sobre todo que significaba familia.

Familia.

Una sola palabra, tres sílabas y un significado detrás de ella. Al igual que la esperanza, la palabra familia es subjetiva, no todos piensan lo mismo de ella y no todos creen que significa lo mismo.

Para la rusa, familia no era más que un sueño, una ilusión, una traición. Y es que poniéndose en zapatos de la pelirroja podríamos entender el por qué de ese significado.

Para ella la familia no era más que uno mismo, familia era mantenerse viva, familia era pensar sólo en el bienestar de uno. Pero, ¿cómo culparla?. A Natasha la habían quitado a su familia, la habían convertido en un arma desde muy pequeña, realmente nunca tuvo una familia... hasta ahora.

Los Vengadores eran su familia, ellos eran toda la extensión de la palabra, eran esa familia que siempre había llorado y que había perdido, eran ellos por los que ella se había vuelto mejor persona, eran ellos por los que ella estaba dispuesta a dar la vida... de nuevo.

Pero estaba claro que ahora su significado de familia había cambiado.

Familia es ese hijo que había perdido, ese bebé que intentaba recuperar y qué iba a recuperar a toda costa. Natasha sabía que podía equivocarse, pero ella sabía que era más grande el costo de no intentarlo a intentarlo. Así que eso haría, lo intentaría.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Se detuvo en la entrada de esa casa, había unos cuantos escalones de diferencia hasta llegar a la puerta, estaba nerviosa y sobre todo dudosa. Sabía que Strange tal vez podría ayudarla, pero también sabía que podía equivocarse.

Negó con la cabeza, al menos debía intentarlo, ya estando ahí, ¿qué más podría perder?.

Un toquido, dos toquidos, tres t...

La puerta se abrió sola y como era de esperarse en un abrir y cerrar de ojos apareció en la sala.

-Un gusto verte. -Strange les sonrío y le hizo una seña para que tomara asiento. Natasha lo hizo -¿Qué te trae por aquí?.

-Tú sabes lo que me trae por aquí.

-Eres muy inteligente y persuasiva. -Alagó el mago -Pero aunque no lo creas, si sé a qué viniste. -Bromeó un poco -Tu hijo.

-Quiero traerlo de vuelta.

-Sabes que eso no se puede, o no lo sé con certeza.

-Clint me dijo que habló contigo, y sé que Quill también lo hizo. Quisiste saber todo respecto a la gema del alma y tú mejor que nadie sabe que si yo estoy aquí es por otra alma se reclamó.

Alma PuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora