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Ding dong...

Hyuk presionó el timbre de la que antes era su casa esperando encontrar a una mujer que antes también había sido parte el él, triste, enojada entre otras emociones nada positivas hacia él.

El divorcio estaba echo, solo faltaba la firma de cada integrante del matrimonio y toda su relación habría acabado.

No podía mentir, ya no tenia ni fuerzas para eso, pero estaba completamente debastado. Nunca creyó que una persona podía vivir aún con tanto dolor en su corazón, y lo peor de todo, solo. Las personas no nacieron para permanecer unas alejadas de otras, nacieron para encontrar aquella mitad de la cual se enamorarían en cuerpo y alma para luego crear vida del fruto de este amor.

Lamentablemente el había desperdiciado cada minuto y a su paso la había dañado tanto que...dios. El merecía estar muerto por haber arruinado tan noble y amoroso corazón que le fue dado. Sunnie era única.

Luego de escuchar un "pase" nunca se imagino haber visto aquella imagen. En la sala se encontraba su "amada" junto a dos personas que no alcanzó a distinguir hasta que estuvo en frente de ellos.

Era su hijo...Y su pareja. Nunca había visto aquella sonrisa tan bella que su ex pareja le estaba brindando al jovencito Jimin, eso solo significa que él nunca pudo hacerla completamente feliz desde hace años.

—Yo...— no sabia que decir, estaba completamente embelesado por la belleza de Sunnie, se veía más radiante y alegre que nunca y pronto descubrió su motivo.

—¡Abuela, Abuela!—un ser diminuto corría hacia la mujer para saltar encima de ella sin brusquedad y darle un abrazo lleno de besos babosos que llenaban de dicha a la señora Sunnie—¿Quien es él?— preguntó emocionada la pequeña.

—El...es Hyuk...tu abuelo linda, pero luego hablaremos de eso ¿esta bien?—

—esta bien abuelita—dejo otro beso en su un tanto envejecido cachete y se dirigió a los brazos de su padre Yoongi.

—Hyuk...Si quieres puedes subir a la habitación...en un momento iré—

Fijo su mirada en la pareja del otro lado del sillón. La mirada dulce y tímida de Jimin, él amor en los ojos de su hijo al mirarlo, la pequeña niña que no paraba de darle las gracias a su padre por haberle dado una abuela y un abuelo, ya que ella nunca había tenido abuelos, era muy pequeña y aun no entendía la gravedad del asunto.

—De acuerdo estaré arriba— cuando su mirada y la de su hijo chocaron, su primogénito la apartó rápidamente dedicándose a mimar a su pequeña clavandole otro puñal más en el destrozado corazón. Y valla que el sabía que se lo merecía.

Las lágrimas ya recorrían su rostro al entrar a la habitación que antes compartían al ver tres maletas en la entrada.
Y no, no eran suyas eran de Sunnie.
Tomó la fotografía enmarcada que estaba en la mesita de luz, se sentó en la enorme cama y la observó. Eran ellos dos cuando aún eran jóvenes y juraban nunca dejar de amarse.

¿Realmente valía la pena perder a su querida Sunnie sin luchar? La personita que acababa de entran en la habitación le daría su respuesta.

—¿Abuelo Hyuk? — sintió una enorme calidez rodear su roto corazón tras escuchar esa tierna voz decirle abuelo —¿Que haces aquí? ¿no vendrás con la abuela y mis papis? —

—Sólo estoy pensando, niña — no sabia como describir la calma que este pequeño ser le transmitía era....Algo especial.

—Uh no me gusta que me digas niña — puchereó la infante —la abuela Sunnie es muy linda y siempre me dice su hermosa luz ¿sabes lo que significa? Dijo que sin mi su mundo se acabaría, no lo entendí pero eso dijo. ¿Tu también me quieres abuelo? —

¿Quien es mi Papi? °°Yoonmin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora