Capítulo 26: Anhelado

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26-Anhelado

--3 meses después...--

**Renji**

Paso el palillo que sostengo entre mis dientes de un lado a otro de la boca mientras mis dedos dan toquecitos nerviosos sobre el brazo de la silla en la que estoy sentado escuchando las tonterías de un noble acompañado de su séquito el cual me está abrumando demasiado con su "oratoria". Sé que lo que quiere es que una mi clan con el suyo, pero encima tiene todo el morro de soltar que el que gobernará como señor será él y no yo al unirnos.

-Por eso Abarai-sama le recomiendo que empecemos hoy mismo a revisar nuestros códigos de honor para crear un nuevo clan que una a...-

-Arrrgh! Basta ya viejo ¿es que no puedes ir al grano? – escucho un jadeo de desconcierto de labios del anciano seguido por los gruñidos de sus samuráis protectores. - ¿Acaso tengo pinta de aguantar conversaciones soropiferas? -

-Soporíferas- siento un tic en el ojo al oír ese tono de voz grave a mi lado y levanto una mano haciendo un aspaviento a la figura que está junto a mí.

-Ya, ya, como se diga. – me restriego el pelo rozándome sin querer el parche que hay sobre mi ojo derecho ciego seguido de los surcos de cicatrices que marcan por completo mi mejilla y barbilla. Por un momento mi mente se aleja de la conversación presente intentando recordar lo imposible. Antes de lo que me pasó... ¿qué hubo? ...cada vez que pienso en ello noto como si me clavaran un puñal en el corazón.

-Abarai-sama, no quiero ser descortés, pero usted mismo, un samurái que ni siquiera es noble debería entender que, bla, bla, bla...- corto el hilo de la conversación del viejo mirando de reojo al ser que está de pie a mi lado, con las manos hacia atrás perfectamente entrelazadas tras su espalda, vestido con un pantalón ancho negro y una chaqueta blanca cruzada con mangas abiertas al igual que van el resto de mis subordinados. Pero él es totalmente diferente a ellos. Su melena negra sedosa resbala suelta sobre sus hombros. Su pálida piel contrasta con el hermoso color de sus ojos, profundamente azules con un atisbo grisáceo, intensamente melancólicos y fríos a la vez. No puedo evitar quedarme embobado observando su perfecto porte. Es deslumbrante incluso en este aspecto...

- ¡Abarai-sama! ¿me está escuchando? Tsk! no he debido venir hasta aquí, pensar que el honorable clan Sakura ahora es llevado por un bastardo pelirrojo...-

- ¿BASTARDO? – me levanto de golpe de mi silla inclinándome hacia el viejo para engancharle del cuello del kimono sorprendiendo a sus protectores por mi ímpetu. - ¿Acaso estuviste en el parto de mi madre para saber si soy un bastardo?? Soy el mejor exorcista del clan más famoso y poderoso de la capital, un cuartel que he hecho resurgir de sus cenizas ¿¿y te atreves a insultarme??- vuelvo a mirar al hombre moreno que está a mi espalda y le hago un gesto con la cabeza.

-Demuestra que sabes hacer. Es tu momento-

De repente la sala de reuniones se oscurece por completo envolviendo a mis visitantes en una espesa nebulosa negra que les hace temblar. En cuanto ven cómo a mi espalda empieza a alzarse una sombra enorme con ojos brillantes, tanto el viejo como sus subordinados salen despavoridos del clan quitándome toda la presión de encima.

-Jaja...jajajajajaja!!!- me dejo caer en la silla notando los espasmos de mi vientre al reírme. Las heridas de la cara me tiran, pero me es igual ¡eso ha sido increíble!!

-¡¡Fantástico!!! Eres alucinante ¡¡el mejor!!!- observo al magnífico ser que sigue a mi lado inmóvil empequeñeciendo sus ojos mientras yo sigo riendo. – Se han cagado de miedo ¿Puedes hacer más trucos como esos? -

-Sí-

-Uau...y yo que aún me replanteaba si esto era una buena idea...sin duda has pasado la prueba de fuego-

"Carne débil"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora