Capítulo 31: Ala

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31-Ala

**Sen**

Escucho el tintinar de las cadenas que rodean mis muñecas cada vez que mi cuerpo se balancea hacia delante y mis gemidos retumban haciendo eco por el templo.

-Ah....ah! aaah! Aaaah!!!- estoy completamente desnudo, a cuatro patas y sobre el mismo altar en el que condenaron a mi padre a ser poseído, salvo que, en mi caso, estoy siendo follado salvajemente por un demonio oscuro que no parece saciarse de mi carne.

-Ah...por favor para....ah! ah! No puedo maaas...- abro los ojos de par en par cuando esa enorme polla se clava en lo más profundo de mí haciéndome dar un alarido enloquecido al volver a correrme. Dioses...¿Cuánto llevamos así? Hace un mes que me poseyó tras hacer el trato y no ha habido ni un solo día en que haya parado de follarme sin parar...a este paso me volverá loco...mi olfato está viciado al olor de nuestro esperma, apenas recuerdo lo que es estar vestido y mucho menos qué se siente cuando el viento te acaricia en la cara al estar al aire libre y no confinado en este templo que se ha convertido en nuestro nicho de lujuria y sexo infinito....

Jadeo entrecortado mientras expulso varias ráfagas de su semen sin pena ni gloria sobre el altar. He olvidado lo que es sentir pudor y vergüenza al estar con él, me he dejado llevar por este placer exquisito y martirizante del que no quiero escapar por mucho que mi mente diga otra cosa.

Suspiro quedamente cuando Zangetsu me voltea boca arriba en el altar y me levanta las piernas, para ponerlas sobre sus hombros y penetrarme de frente. Yo echo la cabeza hacia atrás estirando mi cuello lleno de mordiscos y moratones. Ha poseído todo de mí, mi cuerpo está lleno de mordiscos y lamidas, de su semen y su saliva. Me ha hecho parte de él completamente.

-Ah...precioso...mm...- Zangetsu y yo apenas hablamos salvo para gruñir y jadear movidos por el placer. Cuando no estamos follando, estoy dormido, así que mi vida se ha visto muy reducida a dormir y despertarme para seguir teniendo sexo. Esto...no es una relación. Soy consciente de que me he convertido en su esclavo sumiso, en su presa angelical...

-Quiero...salir...- le hablo débilmente intentando recuperarme del último asalto mientras le veo sentado a mi lado de espaldas. –Por favor...aunque solo sea un rato...-

-Es peligroso. Aquí estás a salvo- no entiendo cuando siempre me dice eso ¿acaso no mató ya a mis captores? Nadie más aparte de él sabe que soy medio ángel ¿entonces?

- ¿Zangetsu? - de repente veo como mi "amante" se pone en pie abriendo los ojos de par en par. Noto como su cuerpo empieza a endurecerse y se va transformando poco a poco haciéndome temblar. No me gusta cuando me muestra su aspecto demoníaco. Me hace recordar quien me está follando.

-He de irme-

-¿Irte? A ¿A dónde??- me incorporo del altar agarrándole del brazo. Cuando se gira, siento terror al ver sus ojos negros echando chispas, como si no me reconociera, pero enseguida me abraza y acaricia mi ala transmitiéndome una corriente de placer.

-Zangetsu...-

-Júramelo, Sen. Pase lo que pase, nunca saldrás de aquí.

-Te...te lo juro...- temo decirle algo que le enfade más y cuando se inclina tomándome el rostro entre sus manos para besarme, siento que mi corazón palpita con más fuerza. Ah...le quiero...todo lo contrario a él que solo puede desearme al ser un demonio, sé que yo le amo con toda mi alma....

-Puede que no venga en un tiempo, pero no quiero levantar sospechas. Espera por mí, Sen. Volveré a tu lado-

Tal como Zangetsu vaticinó, no volví a verle en tiempo. Salvo que me mintió y no fueron meses, sino casi dos años después. Dos años en los que tuve que sobrevivir solo en el templo, racionar la comida que los monjes tenían escondida en un subterráneo y cuidar a mis hijos. Sí. Porque cuando Zangetsu se fue, yo ya estaba embarazado gracias a su magia y la nuestra. Tuve que sacar a dos preciosas criaturas solo de mi cuerpo...una hermosa niña con mi energía blanca...y un precioso niño con la energía oscura de su padre. Mis dos auténticos tesoros.

"Carne débil"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora