[🌷] 22

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Sus labios dolían como el infierno mismo, dolían tanto que cada vez que deslizaba su lengua por ahí, estos protestaban, ardiendo. El sabor metálico de la sangre se sentía en su boca, y le desagradaba demasiado. Tenía miedo, no sabía lo que pasaría y le aterraba. Sus rodillas sosteniendo su cuerpo, sus muñecas amarradas con fuerza tras su espalda y un intenso dolor en su cabeza.

¿Cómo había terminado ahí?

Recuerda que estaba caminando por el parque de camino a la universidad y... Luego un auto se estacionó casi llevándose a su cuerpo por delante, protestó por esto, maldiciendo a aquél que había intentado matarla. Pero... Vaya que se había arrepentido de hacerlo cuando vió lo que ocurría, un tipo con tapabocas bajando del auto, viéndose imponente, desprendiendo seguridad con cada uno de sus pasos. No supo el momento en que estaba intentando gritar pidiendo ayuda, nadie estaba en los alrededores. Alta casualidad.

Luego de eso no recordaba nada.

Sus ojos miraban con curiosidad el entorno, otros dos cuerpos estaban frente a ella en la misma posición, no sabía si la mejor opción era gritar, llorar, desesperarse, intentar soltarse o... Quedarse quieta y esperar a que la muerte llegara. La segunda opción era la más aceptable.

-Se merecen todo esto- Dijo una voz, no sabía de quién se trataba. Las lágrimas se seguían acumulando en sus ojos. El chico frente a él no lloraba, estaba quieto, mirando con el ceño fruncido hacia aquella dirección. Mientras que el otro tenía una clara mueca de confusión y asco.

-Estás loco- Murmuró uno con la voz quebrada, tal vez había llorado por horas. La risa del chico se extendió, le heló la sangre por completo. -No San, no lo estoy- El simple hecho de escuchar su voz le atormentaba. Le instalaba ese sentimiento de incomodidad y rabia. Iba a alterarse, iba a explotar si no le daba su merecido en este momento.

-Déjanos ir- No pudo aguantarse a decir, si ella iba a morir primero, lo haría defendiendo a los otros dos. El tipo del tapabocas se giró a su dirección, sus ojos oscurecidos le miraron con atención. Esperando a que dijera otra cosa, a que emitiera un sonido, un sollozo. Algo para poder reírse en su cara.

Ya estaba pensando el como desmembrar cada parte de su cuerpo, grabando en su mente lo hermoso que luce su rostro asustado, las mejillas abultadas, el cabello castaño y corto. Era hermosa, sí. Pero no podía compararla con San.

-Es mejor que cierres la boca, Yoobin- Provoca, acercándose a ella con rapidez. -No creo que sea divertido el que vean cómo acabo contigo de una vez.

-¡Déjala Wooyoung!- San quería llorar, quería ser él quien recibiera esa mirada llena de odio. Todo sea para que la chica no tuviese que soportar tanto, no quería que sintiese lo mismo que él. -Eres un cretino, ¿Cómo puedes decirle algo así?- Y es que el nudo en su estómago quemaba como el mismo infierno.

-¡Sólo cállate y no te metas en esto!- Podía ver por la curvatura de sus ojos que estaba sonriendo en grande. Su voz sonaba eufórica, emocionada por algo que desconocía. El otro chico no hacía nada, se veía muy pequeño, tal vez no pasaba de los diecisiete años. Se notaba en sus ojos que tenía miedo, que no quería estar ahí.

-¿Sabes por qué están ellos dos aquí?- Quiso acercarse a él y darle un golpe, estaba odiándolo tanto por tomar del cabello a aquella chica, como si fuese... Un objeto, algo que no sirve y que debe ser desechado. No respondió, las palabras estaban atoradas en su garganta, la cual estaba seca y escocía con cada respiración.

Wooyoung soltó una risa, mirando a las dos nuevas víctimas.

-Te dije que no te haría daño, te dije un montón de veces que no puedo hacerte nada San, pero tengo tantas ganas de matarte, tantas ganas de romper tu cabeza en miles de pedazos. Tantas ganas de escucharte llorar y gritar... Hasta que ya no respires.

Negó con su cabeza un montón de veces, ya sabía a qué venía esto.

-Iban a ser tres, pero aquella estúpida zorra no quería colaborar,- Miró por encima de su hombro aquella bolsa negra en donde guardaba el cuerpo desmembrado de aquella chica pelirroja. -en fin...- Estaba loco, el aire estaba lleno de locura y confusión. No quería ver, no quería sentir ni escuchar. No quería ser consciente de nada.

-Huening Kai...

El pequeño chico de cabellos negros dió un respingo en su lugar al ser llamado con tal brusquedad. Las lágrimas bajaban por sus mejillas, se comía los miles sollozos que quería soltar.

-No hagas esto, por favor n-no lo hagas. ¡Wo-Wo-Wooyoung, no! ¡NO!

❛ LUNATIC。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora