Capítulo 6

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Aburrimiento o cansancio. Reita no sabía cual de las dos era peor, se supone que estaban de vacaciones, entonces ¿Qué hacia ahí? Trabajando, no era justo; solo porque su sesión de fotos no iba quedar pendiente estaba en la compañía.

Afortunadamente había terminado rápido, podía irse a su departamento y terminar de reconciliarse por enésima vez con su novio. Tal vez eso era lo único que valía la pena de las peleas, la hora de la reconciliación; aunque si pudiera evitaría discutir a toda costa. Caminaba sin muchas ganas rumbo a su automóvil en el estacionamiento de la compañía, sacó las llaves, apretó el botón de la alarma y el botón para abrir el carro. Alzó la vista por pura inercia y entonces vio a Nao, quien también se disponía a entrar a su carro; lo saludo incómodamente con la mano y un gesto con la cabeza.

Nao por su parte sonrió. 

—¿Qué haces aquí? Pensé que estaban de vacaciones —dijo lo suficientemente fuerte para que Reita escuchara.

—Tuve sesión de fotos, no pude salvarme —explicó alzándose de hombros. Realmente quería subirse a su carro y salir de ahí, sabía lo que pasaría si seguía hablando con el batero de Alice Nine.

Nao hizo un gesto con la cabeza. 

—Pobre de ti, bueno al menos ya acabaste —se mordió el labio, quería hacer mas plática pero no sabía como, tampoco entendía porque quería seguir hablando con él; no era bueno para su salud mental—. Asumo que tienes prisa, te han de estar esperando —dijo de forma amarga—, me lo saludas ¿va? —Abrió la puerta del carro dispuesto a irse, pero se arrepintió—. Y ¿cómo esta? – preguntó de ultimo momento.

—¿Kai? —cuestionó Reita confundido. Por un momento pensó que la conversación había terminado ¿Por qué insistía en hablar?—. Está bien, me está esperando —trató de sonar apurado, aunque esa actuación no engañaba a Nao; lo conocía demasiado bien.

—Claro, está en el departamento, pero no creo que te esté esperando —simplemente no podía evitar hacer ese tipo de comentarios. No le deseaba ningún mal a Kai, pero es que le había hecho tanto daño. Era inconsciente.

Reita suspiró, ya sabía que faltaba poco para que Nao sacara uno de sus comentarios. Miró al interior de su carro deseando estar ahí y no hablando con el otro. 

—No digas eso, no conoces a Kai —respondió un poco más que molesto.

Nao miraba hacia la nada. 

—Perdón, es que no dejo de preguntarme cuando te vas a dar cuenta que nunca te va a amar como yo a ti —siempre lo decía y siempre era el mismo resultado. Tal vez algún día seria diferente ¿no?

—Nao, no empieces. Lo nuestro se acabó, hace mucho; deberías de odiarnos por lo que te hicimos y no estarme diciendo estas cosas —lo dijo con toda la paciencia que alcanzó a reunir.

—No puedo odiarte Akira, no puedo aunque me hayas sido infiel y me hayas dejado por él, no puedo dejar de amarte —enunció sincero—. Lo peor de todo es que Kai nunca va a olvidar a Miyavi y eso que tu dices que yo soy el aferrado. Hasta que no te lastime de verdad no vas a entender, hasta que no te deje porque se dio cuenta que jamás va a superar su muerte, ese día regresaras a mi. Ese día entenderás que yo siempre te he amado y siempre te he esperado  —aseguró entrando al carro—. Solo no quiero que te lastimen —terminó en voz baja sabiendo que el bajista ya no lo escuchaba.

Reita se quedó esperando hasta que el carro de Nao se perdió de vista. Odiaba tener esas pláticas con su antiguo novio, aunque pensaba que se las merecía y por eso las soportaba. Era lo menos que le debía al baterista después de haberlo dejado por Kai, tres años antes. Sin embargo desde ese momento Nao siempre aprovechaba alguna ocasión para cantarle su amor, para tratar de que volvieran; el bajista no tenia ni idea de cómo hacer que aquello parara.

Orgullo, miedo y negación [the GazettE fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora