Capítulo 22

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Nadie dijo nada. Nadie sabía qué decir, cualquier palabra pronunciada los haría estallar en una discusión y la verdad era lo que menos querían. Ruki, por primera vez, se había quedado sin palabras ¿desde cuando las cosas habían cambiado tanto? Aoi era su mejor amigo y ahora se había convertido en un completo extraño, no. La cara del pelinegro reflejaba algo, a pesar de tratar de lucir tranquilo y seguro, Aoi no lo estaba, en lo absoluto.

Reita por su parte estaba hecho una furia, estaba teniendo una batalla interna acerca de si lanzarse a golpear al guitarrista, salir atrás de Uruha o gritar al borde de la desesperación por aquella situación. Así como era de impulsivo, decidió golpear a Aoi primero y luego hablar, se iba a acercar, pero su celular comenzó a sonar rompiendo el incomodo silencio. El bajista miró a los demás antes que a su celular y contestó, de inmediato salió de la sala para no ser escuchado.

Kai mantenía su semblante serio, no apartó la vista de Aoi ni por un segundo. No podía identificar si estaba molesto, sorprendido o que cosa.

—Ruki... —pronunció con voz serena al vocalista —, ¿podrías dejarnos solos? —le preguntó. En ese momento la única persona con la que Aoi estaría dispuesta a hablar era con el baterista y él lo sabía muy bien.

El mas bajo frunció el ceño, se supone que para eso estaba él, para que Aoi le hablara, se desahogara con él. Eran amigos, ¡por Dios! Pero no, el orgullo del guitarrista siempre por delante. Decidió salir, pues si no lo hacia Aoi probablemente no daría explicaciones y terminaría golpeado por el vocalista.

Salió de la sala sin dejar de mirar a Aoi quien tenía la mirada clavada al piso, no se atrevía a alzarla. Esto era todo, sabía que el anuncio había terminado por romperle el corazón a Uruha y aun si pensaba que se lo merecía, no podía dejar de sentirse mal.

En verdad nunca se había sentido tan solo. Había perdido al amor de su vida y a su mejor amigo en un solo instante y por alguna razón los demás parecían simpatizar más con Uruha y Ruki que con él. De Reita, lo entendía era el mejor amigo del castaño, pero de ¿Kai? Incluso los integrantes de Alice Nine estaban más alejados de él.

En alguna ocasión pensó en ir a romperle la cara a Tora, pero no le vio sentido, además que el guitarrista parecía ir acompañado a todos lados. Durante esos dos meses Megumi fue su único apoyo, llenándolo de palabras agradables y haciéndolo sentir querido. Solo ella y de todas formas no se sentía bien, simplemente sus palabras no lo llenaban lo suficiente...

—¿Qué haces? —preguntó Kai tomándolo por sorpresa. De todas las cosas que pensó que diría, esa pregunta no era una de ellas, no supo que responder. Kai suspiró—, ¿de cuando acá tanto amor con Megumi? —dijo sin sentarse, solo los dos ahí parados.

—No es eso —contestó tímido—, está embarazada —miró hacia la pared, a todos lados menos a Kai—. Cuando les expliqué a los ejecutivos la situación, me dijeron que tenia que casarme, por el bien de la imagen de la compañía, de la banda, mía...

Kai parpadeó muchas veces. 

—Sí, entiendo porque lo pudieron haber dicho, digo soy yo quien lidia con ellos todo el tiempo. Sé el tipo de mentalidad que tienen, pero —no sabía como decirlo—, ¿estás seguro que el bebé es tuyo? —preguntó serio.

Aoi abrió mucho los ojos. 

—¿Por qué preguntas eso? Por supuesto que es mío, no le veo el caso a que me diga que es mío si no lo fuera —respondió molesto. Megumi no tenía razones para mentir.

El baterista se mordió la lengua, tenía todas las razones del mundo para pensar que Megumi podía estar mintiendo acerca del padre o incluso de su embarazo, habían descubierto tantas cosas desagradables de ella que no le sorprendería. Sin embargo, Aoi era el único que no estaba enterado, si lo estuviera, él y Uruha estarían juntos. 

Orgullo, miedo y negación [the GazettE fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora