Capítulo 15

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Uruha, Aoi y Yune

Dolor. Si eso era precisamente lo que sentía. Un increíble dolor y no en el cuerpo; nada tenia que ver el inmenso dolor que solo el caminar le producía. Nunca un pasillo le había parecido tan largo, tenía que maquillarse, tendrían una pequeña presentación. Hecho que en este momento le parecía una tortura.

Entró a la sala de maquillaje haciendo una mueca, agradeciendo que solo estuviera la maquillista. No quería más discursos, mas sermones, mas consejos y palabrerías que no venían al caso. El amaba a Yune y era correspondido, claro, tenia una manera muy particular de demostrarlo, pero era amor ¿verdad? Le molestaba tener que escuchar a sus amigos diciéndole que lo dejara, ellos no entendían; tal vez ni el mismo entendía, pero era mejor que estar solo.

Sabía que era lo normal, sufrir por amor, todos lo hacen, es parte del contrato. Se sentó con dificultad en la silla, ya traía puesto el vestuario de aquella noche.

—Shima —le dijo la maquillista—. ¿Otra vez? —Torció la boca—, no puedo seguir maquillándote los moretones —sacó una cajita donde guardaba sus herramientas.

Uruha sonrió débilmente. 

—Es que soy muy torpe, me caigo todo el tiempo —otra excusa mas, otra excusa menos.

La chica alzó una ceja. 

—Esto —dijo señalando un moretón especialmente grande en su muslo —, no es por una caída. Se nota que es un dedo —le pasó una plasta de maquillaje para cubrirlo—. Pero si te quieres seguir engañando adelante, no soy nadie para juzgar —el castaño ni se molestó en contestarle y la maquillista prosiguió con su trabajo.

Diez minutos después Aoi entró a la sala con una sonrisa en el rostro, la cual se borró al instante en que vio al castaño. La maquillista seguía en su labor de colocar maquillaje en sus piernas, cosa que al principio sorprendió al pelinegro y que después entendió. Quiso restarle importancia. 

—¿Te vas a tardar mucho? —preguntó haciendo como si no pasara nada.

—Algo, siéntate y ahorita estoy contigo —contestó la chica. Permanecieron en silencio unos minutos hasta que ella fue la que habló—. Tengo que ir al baño, espérame —le dijo a Uruha y salió de la habitación.

Incómodo. No quería estar junto a Aoi, irónicamente el guitarrista había sido su única esperanza la noche anterior; inútilmente esperaba que se diera cuenta de lo que su novio iba a hacer cuando le pidió que se fuera. Sin embargo Aoi se había ido sin preguntar nada y lo había dejado ahí solo. Todavía, en la mañana se le acercó a preguntar si estaba bien ¡por supuesto que no lo estaba! Pero ya no importaba en ese momento.

—¿Seguro que estás bien? —volvió a preguntar el pelinegro.

Uruha asintió, iba a decir algo pero fue interrumpido por la entrada de Reita. 

—Tu estas loco ¿verdad? —reclamó tratando de no gritar, lo menos que quería era un escándalo.

—La maquillista te fue con el chisme —afirmó Uruha agachando la cabeza.

—De todas formas ¿crees que no me iba a dar cuenta? —Se acercó a Uruha—. Mira nada mas como te dejó. ¿Hasta cuando vas a dejar que te haga eso? —preguntó desesperado.

Aoi se sintió fuera de lugar, no debía estar escuchando esta conversación. Por alguna razón sabía que si se quedaba cambiaría para siempre la forma en la que veía a uno de sus mejores amigos. Yune. Sin embargo también era inevitable, hacia ya algunos meses que había entendido que el castaño no le era indiferente.

Orgullo, miedo y negación [the GazettE fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora