DEAD (Chandler Riggs)

//Capítulo 7: Huída//

Capítulo 7

Chandler, que sabía la noticia, buscaba las palabras correctas para decírselo. En el momento que escuchó la conversación, supo porque ella había aparecido allí, porque no quería hablar de ello y el "porque" de muchas cosas, ella era así porque ese hombre la arruinó. 

—Quieren atacar la prisión —dijo mientras observaba la cara de horror de Melissa—.

—¿Quiénes? 

—Un enemigo... él te quiere a tí, pero nosotros no te entregaremos.

—No... —Melissa sabía perfectamente a quien se refería yeso la atemorizaba—.

Ella sabía que esto iba a ocurrir, sabía que él en algún momento iba a reaparecer en su vida, sabía que él no se iba a ir, pero ¿Por qué se asustaba tanto? Tenía miedo, porque antes estaba sola, ahora está rodeada de gente. 

—No dejaré que lo haga —dijo decidida—.

Sabía donde tenía que ir, donde lo hallaría. Haría cualquier cosa por protegerlos. Ellos le habían ayudado, ella no podía simplemente quedarse callada cuando era la causa inicial de la lucha, ella podía impedir que todo esto sucediera.

—Si, si lo harás. Todos están de acuerdo, lucharemos, ya era nuestro enemigo hace tiempo y queremos derrotarlo. 

—No, no, ustedes no entienden...

—¿Entender, qué? Nosotros también tenemos enemigos que queremos vencer, tenemos las razones. Melissa, nosotros también queremos venganza.

Melissa observó el suelo, no sabía que decir, sabía que ella no era el centro de atención pero no quería que luchasen, ¿qué haría si ellos morían? ¿O si los perdía?

—Pero...

—Pero nada, tú eres parte de nuestra familia y la familia se protegué, ¿cierto? 

Melissa sintió un leve cosquilleo, que llegó a pasar por desapercibido, era la primera vez que alguien la integraba a algo bueno. 

—Esta bien —dijo rendida, sabía que no podía hacer cambiar de opinión a quienes vivían allí—.

—Bueno, si me disculpas, me tengo que ir. 

—Adiós —se despidió del chico y partió hacía su celda—.

Ahora, entendía el porque le miraban raro y no se iba a quedar callada, si iban a atacar a su mayor enemigo, quería estar preparada. No quería un juego de niños, esas noches no lo fueron, pero seguía pensando que no podía dejar que luchasen. Si ellos morían, ella también lo hacía, ahora eran lo único que tenía y no quería quedarse sola, no de nuevo. 

Cerró el cierre de su mochila, la guardó de bajo de la cama. Escaparía, los demás estarán durmiendo y ella ya estaría allí impediéndolo todo. Salvaría un desastre, habría menos muertes, estaría con sus seres queridos, con su familia, con Robert, con todos, pero ¿Estaba segura de ello? Una vez que se fuera, no iba a poder volver, nunca. 

La noche había caído, todos estaban durmiendo. Agarró su mochila, y procurando hacer el menor ruido para no despertar a su compañero de celda y a lo demás, se retiró de la celda. Empezó a vagar por los pasillos de la prisión, quizás no los vuelva a ver nunca más. Entró a la celda de Diana, dejo una pequeña carta allí, antes de irse la observó, iba a dejar una amiga pero lo haría dejandola sana y salva. Entró a la celda del chico nuevo, no lo conocía pero también se despidió de él. Y después entró a la celda de Daryl, vió la ballesta una vez más y se fue. Entró a la última celda, antes de partir, le quedaba poco tiempo, vio a Chandler acostado, tenía los ojos cerrados, no habían hablado demasiadas veces pero si lo consideraba un amigo podían haber sido grandes. 

Empezó a abrir la puerta, que le dirigía al afuera, los caminantes se centraron en ella, pero Melissa ya tenía el arma sujeta. Cuando logró hacerlo, una exclamación sale de sus labios. Una linterna la alumbra y sabía quien era, en la oscuridad sabía que era el chico de ojos azules. 

Maldita sea.