//Capítulo 17: Antes comían corazones, ahora cerebros.//

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Capítulo 17

Narra Melissa: 

Corría, ¿de qué otra forma iba a escapar de ellos? Si estaba sola en aquella carretera, podría estar con alguien, pero siempre lo arruino todo y aquí estoy, corriendo de una horda. 

Ellos quieren ganar, ellos quieren derrotarme, morderme hasta despedazarme, pero yo no lo permito, no les doy el lujo de dejarme vencer.

Recuerdo una vez, cuando era pequeña, la profesora explicaba una y otra vez el tema de matemáticas, estaba claro que casi nadie prestaba atención, pero yo sí, hizo una pregunta, yo levanté la mano como una loca porque creí saber la respuesta al problema, me había equivocado, todo el salón estalló en carcajadas, quería llorar, me habían pisoteado, era estúpido, pero hasta mi mejor amigo se reía, todos me apuntaban y reían sin parar, cómo si estuvieran contando el chiste más gracioso del mundo, para mí no, para mí fue un día horrible. Era el punto débil, el punto fácil de la habitación, el punto del que todos se reían, me sentía desprotegida, frágil, quise correr y esconderme pero no pude, tuve que quedarme ahí sentada, esperando a que se callasen. 

De ahí, no dejé que la gente se diera el lujo de enojarse conmigo, igual, tampoco me iba muy bien en casa, no niego que mis padres se preocuparan por mí, pero había veces que pensaban más en ellos mismos que en mí, para ver quién ganaba aquella pelea. 

Pienso en todos mis problemas, todos los que tuve antes de que todo esto empezará y me doy cuenta, el mundo siempre estuvo destruido para mí. Sólo que ahora hay una diferencia, ahora en las paredes está el verdadero color, en las personas está su verdadera esencia, antes comían corazones, ahora cerebros.

Freno de golpe, cuando me doy cuenta que ya no me persiguen, sonrío, busco algo con lo que me pueda defender, mi mirada se dirige a todo el lugar, autos abandonados, silencio, no había nada. Busco en cada auto, algo que me pueda servir y hallo muchas cosas, ahora tengo un fierro con el cual puedo defenderme y comida, observo la fecha de vencimiento de cada una, tengo que tirar la mitad, pero la otra mitad está bien, una semana quizás me duré esto. Una semana, ¿qué haré después de esa semana? Buscar cosas supongo o buscarlos a ellos, aunque no creo que hayan podido salir de ese infierno, pero ellos son fuertes... 

No te mientas así Melissa, cualquiera podría decir que murieron.

Me quedo quieta, quiero engañarme diciéndome que ellos están vivos, que no murieron y están ahí, perdidos o muertos de hambre, juntos. 

Pero simplemente no puedo, es como si quisiera tragarme el cuento de la princesa y el príncipe y me dijeran que eso me sucedería a mí, no lo creo. Pero sin duda, quiero engañarme, pensar que Chandler está en alguna parte perdido, en las mismas situaciones que yo o que Daryl está comiendo alguna víbora, pensar que estarían haciendo ellos en este momento, si no fuera por mí, si no fuera porque los asesiné, sólo que yo no levante el arma, peor todavía, yo hice que la levanten otras personas.

Un caminante se cruza en mi camino, no tardo mucho en enterrar el fierro en su cráneo, pensar que todos pueden haber terminado así, me drestoza, yo no quiero que ellos coman mi carne. 

Me meto en un auto e intento conciliar el sueño, parece imposible, no con todos estos acontecimientos, pero lo logro. 

Abro los ojos a mitad de la noche, llevándome una sorpresa, alguien estaba detrás del vidrio del auto.

***

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DEAD (Chandler Riggs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora