//PRÓLOGO//
Melissa sintió que la forcejaban, abrió un ojo y luego el otro, encontrándose con la cara de su padre, ella sonrió pero su padre no pudo hacerlo. Alzó a su hija y la cargo en los hombros, ella no pesaba demasiado, por lo tanto no era algo complicado, y sin pensarlo dos veces el padre con su hija en los brazos, salió a correr tan deprisa, que en las escaleras, casi caen.
La niña gritó al ver la terrible escena de abajo, su madre estaba descuartizada... no quedaba nada de ella, y su madre abrió los ojos, su padre bajo a su hija, en ese momento se dió cuenta que esta iba a ser la despedida.
Sólo había un pequeño error, ella no era su madre y para esa cosa la niña no era su hija.
—Hija, corre, sal de aquí. Sobrevive hazlo por tu madre, por mí, por todos los que siempre te quisimos, tienes que hacerlo. No pienses en nosotros, sólo corre y no vuelvas y no mires atrás, porque en el momento que lo hagas, ya no quedará nada.
A su padre, le costaba pronunciar cada una de las palabras.
Nunca más se volverían a ver, nunca tuvo la oportunidad de decirle cuanto ella lo amaba.
El padre se quedó en la habitación, mientras que a Melissa se le resbalaba una lagrima, observó a su madre una vez más: ojos vacíos que ya no miraban a ninguna parte, píes que se trastabillaban, gruñidos espantosos salidos de su boca con la que antes solía cantar, piel tan podrida donde solía haber una hermosa piel blanca, un cuerpo muerto que ya no era más que eso, una persona más que había sido atacada por el virus, pero para ella no era una persona más, y ella entendió muy tarde en lo que en realidad su madre se había convertido.
La niña no entendió demasiado, pero salió a correr, ella no sabía que ésta era la despedida ni siquiera llego a pensarlo. La última vez, que vio a su padre a los ojos, la última vez que escucharía su voz, la última vez que vería a su padre vivo...
Se adentro en las frías calles de lo que era una "ciudad" ahora solo había restos de personas, y personas que caminaban... pero claramente eso no era personas, la niña observaba a las criaturas, llenas de sangre, ojos rojos, piel descuartizada. El miedo invadió su cuerpo y se obligó a volver a correr. Supo que no iba a llegar lejos, en el momento donde se dio cuenta que no podía seguir corriendo, tenía que parar.
Se sentó en una pequeña banca que había allí, esperando que su padre volviera o algún milagro cayese del cielo. Un auto paro delante de ella, una bonita camioneta blanca, tan parecida a la que su padre solía tener. La niña suspiró aliviada al pensar que era su padre, grave error. Subió al auto y se sentó, pero observó al conductor y gritó con terror, ese no era su padre.
El hombre sonrió con malicia, la niña de tan solo 11 años sabía que nada bueno iba a ocurrir, ella solía ver las noticias, sabía de lo que las personas podían llegar a hacer, sólo que no llego a pensar que le podía ocurrir a ella. Y como toda persona, se echo a llorar, el auto sólo avanzaba y ella no sabía a donde se dirigía, el miedo corrió por sus venas, estaba en un auto con un completo desconocido, que no parecía en absoluto alguien bueno.
El hombre finalmente paro en una rara "cabaña" que parecía estar perdida en alguna parte, al rededor de ella solo había árboles y la madera podrida con la cual estaba contruida, parecía que esa cabaña estaba hace bastante tiempo ubicada allí, pero ella nunca, pero jamás en su vida, la notó.
Agarró fuertemente el brazo de la niña, haciendo que el dolor corriera por su brazo, el dolor era inagualtable
-Por favor, no lo hagas.
Era lo único que salía de la boca de Melissa, pero el no pararía, él era una persona que nadie sabía como, pero le gustaba que le tuvieran miedo, así él se sentía fuerte y superior a los demás, le hacía creer que nadie podía con él, y no se equivoco.
Entraron a la vieja cabaña. El miedo cada vez era mas, "¿Qué me haría?" esa pregunta rondaba una y otra vez por la cabeza de Melissa, junto a un millón más. "¿Qué haría conmigo?" "¿Me mataría?" "¿Me violaría?" Esa pregunta hizo que sus ojos se humedecieran, ¿y si él le hacía eso? ¿Había gente capaz de hacer eso? ¿Había personas que eran capaz de arruinar la infancia de tan solo una niña? Y la respuesta fue sí.
Lanzó fuertemente a la niña contra la cama, los gritos se hicieron más fuertes, y las lagrimas aumentarón y el corazón de la niña se endureció, en lo que solía haber una feliz niña, ahora parecía haber una roca. Y lo único que dominó a esa noche, fue el miedo, fueron las lagrimas y fueron los gritos.
Algo ocurrió ese día, que quedo gravado en la cabeza de Melissa y probablemente de por vida. Y desde ahí tuvo una tendencia suicida, desde ahí ya no veía con colores la vida, como solía hacerlo, no, no desde que su padre la abandonó, y su madre fue transformada y ella quedo atrapada entre las peores cuatro paredes, y desde que ese hombre había sucumbido a sus noches. Sólo que lo ocurrido ese día se repetía todas las noches... y cuando él la dejaba, ella no hacía más que llorar.
"¿Qué hombre en el mundo puede cometer algo así, cuando las cosas al rededor no están nada bien?" Alguien que no está bien de la cabeza, que por mas que huyas y corras, él no parará hasta no tener tu cuerpo en sus manos. La vida de Melissa Baker, desde ese momento no fue fácil, el mundo de ahora se había llevado todo rastro de felicidad de la niña, la niña feliz se convirtió en la niña triste, pero ¿Y sí algo cambiará, al menos por un segundo? Quizás algo bueno ocurra de eso, cómo tal vez, algo malo.
Lograr escapar, de ese frío lugar de madera donde ocurrieron sus peores momentos, traía consecuencias y más si cometes un último acto de venganza hacía esa persona. Ahora ella era presa de la venganza de una persona, nadie, por más fuerte que sea no podrá con ella. Porque de algo estaba segura Melissa: Él no pararía, no él no, no hasta tener su venganza hecha.
Sus ojos eran del color miedo, en sus ojos había tristeza, en sus ojos no quedaba nada, pero a alguien, parecieron gustarle. Sus labios, sólo guardaban gritos, pero a él le encantaban. Y en su cuerpo sólo había marcas y más marcas, pero él lo amaba con locura. Y dos personas con almas completamente diferentes; cambiaron, sólo para poder juntarse. Y fue tan raro, porque dos personas con un pasado de tristeza, experimentarón la felicidad, pero sólo por un breve tiempo y sólo únicamente cuando sus miradas cruzaban o cuando sus labios se unían, o cuando sus cuerpos solían estar juntos, pero la venganza era más fuerte que todo y el miedo siempre está presente.
*************
Este es el "Prólogo" de el Fanfic, es una pequeña vista del pasado, para que tengan una idea, de lo que es el hombre y cómo la encontró, y porque Melissa es así.
ESTÁS LEYENDO
DEAD (Chandler Riggs)
Fiksi Penggemar"Todos los monstruos de abajo de mi cama, se escaparon y andan sueltos en la calle." PROHIBIDO EL COPYRIGHT©