Mateo
Me desperté porque Sara se movió entre mis brazos y me pasé una mano por la cara mirando como estaba mirando fotos en su celular. En esas en concreto, estaba con Pedro en un parque. La escuché sorberse la nariz y dejé un beso en su cabeza que le hizo girarse para mirarme. Tenía los cachetes empapados de lágrimas y los ojos rojos de tanto llorar. Odiaba verla así, pero también sabía que no podía hacer nada más que distraerla cuanto más tiempo mejor y esperar a que lo superara.
- No llores, linda, si te brillan los ojos quiero que sea de felicidad y no por las lágrimas.- Hablé apenado y ella se secó las mejillas con el dorso de la mano, esbozando una pequeña sonrisa.
- Alto filósofo sos.- Bromeó haciéndome reír mientras la estrechaba entre mis brazos.
- ¿Dormiste bien?- Cuestioné cambiando de tema.
- Y si, soñé con tu colonia.- Rió e imité su acción apartándole el pelo de la cara.
- ¿Ves? Sos más linda cuando te reís.
- Soy alta fea todo el rato.- Dijo rodando los ojos y yo negué con la cabeza.
- Pues a mi me encantas.- Repliqué encogiéndome de hombros y haciendo que me abrazase.- ¿Puedo hacerlo otra vez?- Inquirí y ella me miró con el ceño fruncido.
- ¿Qué cosa?
- Chaparte.- Contesté obvio y ella soltó una carcajada, rozando su nariz con la mía y haciendo que me dieran tremendas ganas de juntar nuestros labios.
No lo tuve que hacer, porque fue ella quien acabó con el pequeño espacio que nos distanciaba, haciendo que su celular cayera en algún lugar entre las sábanas mientras pasaba sus brazos alrededor de mi cuello. Le sonreí mostrando los dientes cuando nos separamos y ella acarició mi cachete.
- Vos si sos re lindo cuando sonreís.- Habló llevando su mano de mi mejilla a mi nariz y jugando con el arito que tenía en esta. Le di un corto beso en los labios como respuesta y ella se puso en pie antes de buscar su móvil.
La miré tumbado en la cama, apoyado sobre mis codos, mientras se ponía la remera y sonreí cuando se miró al espejo y maldijo al ver su pelo todo alborotado.
- Hasta así estás hermosa.- Acoté.
- Te pasas con los chamuyos.- Advirtió girándose para mirarme con una ceja alzada. Me encogí de hombros riendo y ella se hizo una coleta con el coletero que tenía en la muñeca.- ¿Venís?- Preguntó antes de salir por la puerta y negué con la cabeza.
- Bajá vos, ahora voy.- Avisé, mirándola hasta que desapareció escaleras abajo. Agarré mi celular sin moverme de la cama y revisé las redes sociales antes de abrir Whatsapp.
Suspiré al ver mensajes de todos los pibes, pero solo abrí el de Dani.
"Perdón, Matu, somos unos pelotudos, pero no lo hicimos con mala intención. Entiendo que estés enfadado y lo respeto, pero nosotros solo queríamos ayudar. Y, por favor, no la tomes con Luchito, a él le insistí yo para que ayudara."
Leí y resoplé tecleándole un "Está bien, si sois altos boludos, pero os entiendo".
Abrí Instagram y grabé una historia aún echado en la cama; un boomerang sonriendo acompañado de un "tu cara cuando chapas dos veces con la mina más hermosa de Argentina".
- ¿Solo de Argentina?- Escuché el grito de la chica un rato después desde el piso de abajo junto con la risa de mi padre y mi hermano.- ¡Dale, gil, baja que hay alfajores!- Siguió y me mordí el labio para no sonreír como un estúpido mientras me ponía de pie.
estoy: confundida con esta historia.
¿os fijasteis en el detalle de Dani defendiendo a Lucho? Nuuu, los shippeo fuerrrte.
