Seis.

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Sara

Le di una calada al porro que me había dejado Ignacio, notando la mirada de Mateo sobre mí. Giré mi cabeza para mirarle y dedicarle una sonrisa, que me devolvió con la cara apoyada en una mano. 

Estábamos todos sentados en la plaza, en un extraño silencio. Nacho, Dani y Lucho miraban sus celulares, el último con un cigarro en la boca, Mauro me peinaba mientras yo fumaba y Mateo nos miraba.

- Boluda, tenés hermoso el pelo.- Observó el ojiverde mientras me hacía dos trenzas de raíz. Solté una carcajada y me encogí de hombros.- Igual re cortito, así no se puede peinar.- Se quejó haciendo puchero y yo apreté sus cachetes haciéndole reír.

- Sos como un nene, Mau.

- Y vos tenés dos años menos, así que cuidá lo que decís.- Sonrió y golpeé su hombro antes de pasarle el porro a Ecko.

- ¿Haces algo mañana a la noche?- Me preguntó Dani levantando la vista del celular. Negué con la cabeza y sonrió.- Genial, Mateo tampoco. Conseguí una autorización de Pedro, porque vais a cenar juntos.- Informó y miré confundida al de La Boca, que fulminaba con la mirada a Daniel.

- Está bien.- Asentí confundida, con una sonrisa de lado. Todos los chicos sonrieron y Mateo se sonrojó, no sé muy bien por qué.

- Ya van a dar las ocho, Sara, y hoy tenías que llegar a en punto.- Informó Mauro mirando su teléfono. Comprobé la hora y me puse rápidamente de pie, había quedado en casa a las ocho con Pedro para estudiar el examen de recuperación de historia del día siguiente.

- Yo también tendría que ir yendo, si mañana no recupero la materia mi viejo me mata.- Dijo Mateo poniéndose en pie a mi lado y le dediqué una sonrisa antes de dejar un beso en el cachete de cada uno de los chicos.

- Hasta mañana.- Me despedí de ellos y Mauro y Nacho se despidieron con la mano, haciéndome reír.

Fuimos caminando un rato en silencio; Mateo con las manos en los bolsillos y la mirada fija en el suelo y yo recorriendo con la vista sus facciones de perfil, no me había fijado en que se había hecho un nuevo corte en la ceja derecha.

- Dejá de mirarme, me pones nervioso.- Sonrió un rato después, mirándome a la cara, y solté una carcajada.

- Perdón.- Reí.- Es que estaba pensando en que podías venir a estudiar con Pedro y conmigo, seguro lo entiendes mejor si nos lo explica él que si lo estudias solo.- Propuse y él se lo pensó.

- Está bien, dejame avisar a mi viejo.- Aceptó sacando el celular y tecleando algo.

Seguimos el resto del camino en silencio, y me fijé que no hubiera ninguna monja a la vista cuando llegamos para ahorrarme las preguntas de qué hacía un chico en mi cuarto. Entramos sin encontrarnos con nadie y, antes de ir a mi habitación, piqué en la puerta de la de Pedro para avisarle de que había llegado.

- Vino Matu porque también tiene que recuperar el temario de historia mañana.- Informé al ver su cara de desconcierto, y el chico le saludó con la mano desde mi espalda. En seguida mi tutor formó una sonrisa en su rostro y salió para que vayamos a mi cuarto.- No es la gran cosa.- Informé dejando pasar a Mateo.

- Al menos está ordenada, si ves la mía...- Masculló, causándonos una carcajada a Pedro y a mí.

Nos sentamos en mi estudio, uno a cada lado del hombre, y cuando levanté la vista del libro de historia mi mirada chocó con la de Mateo, que me miraba con la cara apoyada en una mano mientras mordía la punta de la lapicera.

Le regalé una sonrisa y bajó la mirada con los cachetes rojos, causándome una sonrisa. Era un tierno.

















no se desesperen, aviso que la Sara es un poco lenta.

Pibes; Trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora