Capítulo 1

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Hoy es 3 de agosto, al parecer el día estará soleado, se ven señales de que hubo una pequeña llovizna en la madrugada, el sol intenta asomarse con pequeños rayos de luz entre las colinas que están al lado izquierdo de la casa, a veces me resulta gracioso pensar que las colinas tienen una pelea cada mañana con el sol, como si la colina no dejará que el sol salga; mi padre Alex piensa que es infantil mi pensamiento de la colina y el sol, aunque mi madre Adaline piensa que tengo tanta imaginación que la malgastó con ese tipo de pensamientos. Hubiera seguido contemplando esa hermosa parte de la naturaleza, pero el llanto de la pequeña Katryn me han hecho volver a la realidad.

Mi madre automáticamente me llama a gritos por toda la casa, así que subo las escaleras a zancadas, y me dirijo al cuarto de Katryn, como si mi vida dependiera de ello; al verme la infante deja de llorar y me sonríe (puedo ver como se asoma su primer diente), mientras la veo sonreír me imaginó que estará pensando "buenos días hermana, llegas rápido" o "Si, nuevo record 2.5 segundos". Lo descarto rápidamente y camino hacia ella intentando recuperar la respiración... Las escaleras; la levanto de cuna y la llevo a esa cosa donde se cambian a los bebes (no recuerdo su nombre), y le quito el pañal, al parecer se lo han cambiado en la madrugada, así que le quito su pijamita y le pongo un lindo vestido de color verde, unos zapatitos y un gorrito (ya que mi mama insiste siempre en que le pongamos uno) y la llevo cargada a la sala de estar donde la espera su coche, y su maletín listo para la guardería de la abuela.

Me atraganto el desayuno pues se me hace tarde a mí y a Edward para poder llegar a tiempo al colegio, aunque Edward está en pre-escolar, y yo en secundaria, pero mi madre dice que cada grado es muy importante. AH! Me he quemado la lengua con el té, está hirviendo; así que para calmar mi dolor tomo un poco del jugo de naranja que tiene mi hermano.

- ¡Mama, Atemis se está tomando mi jugo! - protestó.

- No seas llorón, me he quemado la lengua. – respondo con tono sarcástico.

- ¡Basta! – grita mi madre. - Terminen su desayuno y al auto.

Baja mi padre por las escaleras, con un pantalón negro, camisa azul cielo y una corbata en la mano color blanca, como él trabaja en el palacio de justicia siempre debe ir vestido de esa manera aunque sin un saco, esos lo usan solo los altos jefes.

- 6:35 - grita a mi madre.

Y puedo escuchar sus tacones corriendo por el piso de roble de la casa. No vamos tarde pero mi madre es demasiado dramática, ya mis hermanos y yo estamos en el auto, ahora faltan los que conducen; ya subió mi madre, pero mi padre aun no entra al auto por que no encuentra su celular.

- ¡Alex, yo lo tengo, apresúrate o los chicos llegaran tarde!

Así que mi padre sale a zancadas de la casa y se dirige corriendo al auto, aborda el asiento del conductor y arranca.

Ya fuimos a dejar al colegio a mi hermano Edward y a Katryn donde la abuela, ahora nos dirigimos a la ciudad, donde está mi colegio, y donde está el palacio judicial y el legislativo, en donde trabajan mis padres respectivamente, no hay tráfico para ser las 6:45, como le dije a mi madre, vamos bien, no vamos tarde, pero ella siempre es muy exagerada.

Ya hemos llegado a mi colegio, me despedí de mis padres y saco mi mochila del maletero del auto, me dirijo a mi salón, entro y me recibe la sonrisa de mi mejor y único amigo Andrew, quien automáticamente me abraza y me besa en la mejilla, me hace sonreír, ese gesto tan NO de él, como lo conozco tan bien le pregunto qué le pasa.

- Andrew... ¿Cuál es el motivo de tu alegría?

- Adivina – me dice como desafiándome.

- Humm... ¿A ver...? ¡La Sra. Ruth no dará clases hoy! –dije con esperanza.

- ¡Ojalá! – dijo haciendo un mohín.

- No lo sé. Dime

- ¿Quiere ir usted conmigo al cine en dos días, magmuasell? – dijo con un ridículo intento de acento francés.

- 0hh ¿El día de mi cumpleaños? – dije riendo.

- Oui. – Continuó hablando en ese francés que me provocaba mucha risa.

- Claro, me encantaría.

- Es mi regalo de cumpleaños para ti.

Nuestra conversación fue interrumpida por el profesor de ciencias quien ya había entrado al salón de clases. Solo le sonreí en señal de respuesta.

Las primeras cuatro horas de clases fueron agotadoras. En el receso es para comer algo como generalmente lo hago, meriendo con Andrew, y hablamos de nosotros, de las clases, del clima, de cómo vinieron vestidas las profesoras, tantas cosas que hablo con Andrew. A veces cuando no estoy con él, por muy raro que parezca me siento vacía, sola; muchas personas que no nos conocen piensan que somos pareja pero no, somos mejores amigos que parecemos hermanos. Estoy cantando la canción favorita de Andrew pero el timbre que anuncia el término del receso, me calla automáticamente.

Al salir de la jornada visualizo el auto sedan color azul eléctrico de mi padre, estacionado al costado izquierdo de la acera. El sol ya está ocultándose, con unos hermosos rayos dorados como despidiéndose de cada habitante del hemisferio occidental. Meto mi maleta al maletero del auto, y le dijo a mi padre que Andrew debe decirle algo, y le lanzo una mirada a mi madre para que solo escuche y no insinúe nada, Andrew quien se encuentra a mi lado derecho, saluda a mis padres y noto que se pone nervioso.

- Buenas tardes, Sr. Y Sra. Borjard – ¿Cómo están?

- Muy bien gracias –respondieron al unísono. ¿Qué es lo que debes decirnos Andrew? – dijo mi madre con amabilidad.

- Humm... como ya sabrán Atemis cumple años en dos días y quisiera saber si sería posible que podamos ir al cine juntos.

Como noto que Andrew está nervioso, lo tomo de la mano, para darle un poco de confianza. Mi padre mira a mi madre y asiente.

- Espero que cuides bien de ella – dijo – no lleguen después de las 10:00 P.M.

- Muchas gracias Señor – respondió Andrew contento.

Ya en casa; después de cenar reviso mi celular y noto que tengo un mensaje de Andrew.

Andrew: ¿Sabías que tu padre da miedo?

No puedo evitar reírme, y le respondo.

Yo: No, no tenía idea. Debiste verte la cara, parecías que hubieras visto al diablo.

Andrew: es que con la cara que me miro, estaba difícil no pensar en eso. Pero al menos nos dejó ir al cine.

Yo: Si, debo irme a dormir mañana tenemos escuela.

Andrew es primera vez que hablaba con mis padres, ellos querían conocerlo y hoy lo han conocido. Me resultó divertido, verlo a él hablando con mi padre; yo conozco a la madre de Andrew, la Sra. Reyna y nos llevamos mejor de lo que yo quisiera. Me gusta tener una buena relación con los padres de mis amigos. Está es otra razón por la que me dicen rara.

Me dirijo a mi cuarto, les doy las buenas noches a mis padres y hermanos. Entro me quito la ropa me pongo una pijama, me cepillo los dientes, me recojo el cabello para que no se enrede mientras duermo, enciendo el ventilador, y me meto a la cama; cierro mis ojos y me olvido de todo.


Regalame tus estrellas, Saludos 💕

Una Chica DiferenteWhere stories live. Discover now