A la mañana del sábado, desperté muy pero muy confundida, ese sueño, solo es eso un sueño, conozco a Andrew mejor que nadie, él jamás haría eso, es demasiado indeciso con sus sentimientos y demasiado frío como para decirle "te amo" a una persona, la fiesta de graduación se aproxima, pero no me haré falsas ilusiones. Nuestro subconsciente, juega con nuestra mente creando para nosotros un escenario perfecto de cómo nos gustaría que fueran las cosas, nos hace ver las cosas como nos gustarían que fueran y no como son... Tentador.
Como es sábado después de desayunar, aproximadamente a las 11:30 a.m.; fuimos donde mi abuela materna Alice y mi abuelo Joe. A ambos los amo mucho, significan mucho para mí, al llegar a su casa, desde el camino que conduce a la casa, puedo ver a mi abuelo leyendo su periódico y tomando una taza de café, corro hacia él, lo abrazo y le beso su calva cabeza (lo cual a él según no le gusta), y saluda a su hija y a su yerno. Sostuvo en sus manos a la "ratona" la cual es mi pequeña hermana Katryn, y le "choco la cinco" a mi hermano. Voy hacia la cocina, porque hay un adorable aroma a pollo frito, que se impregna en mi nariz, y puedo ver a mi abuela preparando el almuerzo, como no ha notado mi presencia, la abrazo por la espalda y esta grita emocionada, se da la vuelta y me devuelve el abrazo; la dejo para que siga cocinando ese pollo que tanto me gusta, y saludo a mis primos los cuales son cuatro, uno de diez, dos de cinco, y una de un año, igual que katryn; saludo a mis dos tías.
Pase el resto de la tarde en casa de la abuela, hasta que se hicieron las 3:40 de la tarde, pues tengo practica de karate. Me despido de todos y voy hacia la academia, doy mi clase con normalidad y al salir mi padre me pasa a recoger.
Después de cenar, mis padres me dijeron que querían hablar conmigo, así que voy a la sala de estar.
- Tu madre y yo lo hemos pensado y si es lo que tú crees que es lo mejor para ti, te apoyaremos en todo – dijo mi padre.
- Es broma – dije riendo.
- No, no lo es – me dijo mi mamá sonriendo.
- Gracias, no saben lo feliz que estoy. – y los abrasé ya que creí que me dirían que no.
El resto del fin de semana, fue normal, igual de aburrido que siempre. El domingo fue normal, quehaceres del hogar, tareas, cuidar de Katryn. En resumen vida del hermano mayor.
La tarde del domingo tomé una ducha en la bañera, en primer lugar porque quería estar limpia y en segundo lugar porque necesitaba meditar conmigo misma, fue tan relajante, pocas veces utilizo la bañera, pero cuando lo hago realmente lo disfruto.
Ya cayó la noche así que voy a mi cuarto y acomodo mi maleta para el día de mañana, ya que tengo clase, y enciendo la televisión para ver alguna película o una serie; al final acabe viendo una de mis películas favoritas: maléfica, por alguna razón, cada vez que veo esa película me siento identificada con ella, y no por ser una villana, sino porque ella me enseño que aun cuando crees conocer a alguien, te hará daño sin importar que... y fue exactamente lo que paso con Andrew, creí que lo conocía y que me quería al igual que yo., pero me equivoque, al igual que ella, confiamos en la persona equivocada.
Al terminar la película, me puse mi pijama, me cepille los dientes y el cabello, y me acosté a dormir, sin nada más que un deseo en la mente.
Lunes.
Llego al colegio a las 6:57 ya que como es lunes tenemos el acto cívico y no me gusta llegar tarde; inicio la jornada de clases y a la tercera hora paso algo irritantemente inesperado, Juan Carlos, un chico de mi salón de clase, cometió el peor error en su vida... o uno de tantos.
Me incliné delante de mi silla, para recoger algo necesario, lo vi pasar, pero nunca creí que sería tan estúpido e ingenuo como para no tomar enserio mi advertencia, hace dos semanas atrás, Juan Carlos cometió el error de tocar mis posaderas, a la primera se la pase, para no ser agresiva y le dije que donde volviera a ocurrir, él lo lamentaría, no hizo caso a mi advertencia, y lo volvió a hacer. Me volví para verlo a la cara, y vi una sonrisa que reflejaba como una victoria para él, se la devolví irónicamente, aunque muy sarcástica. Podía escuchar a sus amigos alentándolo, así que lo puse contra la pared, y el muy pendejo creyó que lo besaría, sin embargo mis puños, penetraron en sus costillas derechas, una y otra vez, podía oírlo gritar de dolor, pero no me importo, todo el dolor y sufrimiento que llevaba dentro lo recibió él, pudieron ser como 15 golpes que le propine, de no haber sino por Andrew, quien me separo de él, le habría roto las costillas, y hubieran perforado su pulmón. Mientras Andrew me tenía atada con sus brazos, veía con odio a Juan Carlos, quien estaba en el suelo, donde según en mi criterio, él pertenece, y se sostenía con fuerza su costado derecho.
Nos llevaron a la oficina de la directora, quien estaba enojada conmigo, nos dio un pequeño sermón y empezó el interrogatorio.
- ¿Podría decirme por qué agredió a su compañero?
- Porque él no tomo enserio mi advertencia – dije en tono sarcástico.
- ¿Cuál advertencia? – me pregunto confundida.
- Yo le dije que donde volviera a tocarme, lo lamentaría. Ya que lo hizo la semana pasada.
- ¿Eso es cierto? – le preguntó a Juan Carlos.
Asintió
- Lo ve, ahí están los resultados, y que dé gracias a Andrew de que me alejo a tiempo de él porque si no estaría en el hospital – dije con desprecio.
- Bueno, usted regrese a su salón y tú – dijo mirándolo a él – está suspendido por 2 días, sin derecho a nota.
- Gracias – dije mientras salía de la oficina.
Al entrar al salón un silencio inundo este, creyeron que me habían suspendido o que habían llamado a mis padres, pero únicamente abrí mi boca, para decirle que a Juan Carlos no le paso nada grave y que estaba bien, y respecto a mí solo me dejaron salir de la oficina de la directora. Gracias esa charla con la directora perdí una hora de clase.
El resto del día fue entretenido por ver a Juan Carlos llorar y quejarse del dolor, dije que me volvería una "mala chica" pero no creí que sería tan buena haciendo eso; ahora la imagen que las personas tenían de mí, de una chica "pacífica" ha sido destrozada y lo mejor es que ha sido por mí misma, el rumor de mi rompiéndole las costillas a Juan, se hizo viral en el colegio, a la salida, cuando caminaba por los pasillos para irme del colegio, todas las personas me miraban, algunos aterrados, otros un poco más cohibidos de como una chica de baja estatura y de unas manos tan delicadas como las mías, pudieron casi incrustarle las costillas a un chico del doble de su estatura, y como si fuera poco, salir de la oficina de la directora, sin ninguna sanción.
Esa tarde vi a una muy buena amiga mía, Amy, una chica un poco más alta que yo, de cabello negro, ondulado, de tez blanca, muy linda, aunque fría, cuando digo fría quiero decir que no es muy afectuosa, tengo tres años de conocerla y nunca me ha dado un abrazo. Fiel lectora, una muy buena amiga mía. También ella se enteró del rumor de lo que había pasado con Juan Carlos.
Ya estando en el auto mis padres notaron que algo pasaba conmigo, así que decidí decirles.
- Hoy casi le rompo las costillas a un chico.
- ¿Porque? – me pregunto mi mamá.
- Porque él me estuvo tocando, la última semana, y se lo había advertido, no hizo caso así que tome medidas.
- Está bien, él se lo busco – dijo mi padre chocando las cinco.
- Si, y que dé gracias a Andrew, si no me hubiera separado de él, en el hospital estuviera. - dije riendo. - ¿Y qué pasa? ¿Mamá?
- Tu abuelo está en el hospital. – dijo mientras miraba por la ventana.
- ¿Qué? ¿Cuándo paso esto?
- Hoy, al mediodía, tu abuelo se estaba bañando y se cayó solito, tu abuela llamo a la ambulancia y está en el hospital, está en observación para ver que es lo que tiene.
- No puede ser, el fin de semana él estaba bien; ¿supongo que estas preocupada? – le pregunte.
- Muchísimo.
Llegamos a la casa y sonó el teléfono, era mi abuela, dijo que mi abuelo tiene un tumor en la columna vertebral, y que es el tamaño de una sandía, y que si no se le extrae de inmediato, podría perder la movilidad de las piernas para siempre. Mi mamá estaba horrorizada, estaba asustada, así que autorizaron entre mis dos tías, mi mamá y mi tío, la operación. Solo quedo esperar.
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Una Chica Diferente
RomanceMuchas personas piensan que todas las chicas quieren maquillaje, ropa costosa y bolsos de moda; pero Atemis es diferente, ella prefiere los libros, el café, el olor de la lluvia. es una persona virgen de sentimientos y de corazón, nadie tiene sentim...