Capítulo 10

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A mi abuelo le dieron de alta el viernes, pero lastimosamente no salió caminando, sino en una silla de ruedas. Perdió la movilidad de sus piernas para siempre. Toda la familia tuvo que dar dinero para ambientarle el cuarto, aire acondicionado, una cama ortopédica, un colchón especial, unos aparatos para hacer su estancia en cama más placentera, etc.

Todo esto fue horrible, ver a mi abuelo así me dolió mucho y me llego hasta el alma, tenía la mirada perdida en el infinito, aun sentado en el balcón de la casa, mirando hacia la playa, parecía estar vivo, y lo estaba, pero su mirada y su ser parecían perderse en un infinito muy lejano del cual las personas sanas no tenemos permitido ingresar.

Mientas mi abuelo estaba en otra galaxia, mi tío abuelo (el hermano gemelo de mi abuelo), mi tío, mi papá y yo estábamos armando la cama ortopédica, yo pasaba las herramientas necesarias, a eso de las 1:23 p.m. mi abuela y mis tías (incluyendo a mi mamá) empezaron a llamar a gritos a todos para comer; yo decidí ir al baño para lavarme las manos y revisar mi celular por 2 segundos. Después de secarme las manos, lo desbloqueo y tengo 2 mensajes de Iván, no me gusta dejarlo en visto así que le respondo uno breve.

- Yo: Quisiera hablar contigo, pero estoy ocupada en casa de mi abuela, cosas familiares. Hablamos luego, te quiero J

Lo vuelvo a bloquear y corro al balcón donde todos ya están metidos en sus platos comiendo. Corrí con suerte, mi abuela cocino su especialidad, pollo frito, arroz con poroto y exprimido de naranja. Como éramos más de 15 personas las que estábamos en la casa, supongo que fue necesario más de un pollo para cocinar. Esa tarde estábamos: mi abuela, mi abuelo, mi tía, el esposo de mi tía, mi otra tía, el esposo de mi otra tía, mi tío, la esposa de mi tío, mi tío abuelo, mis primos (todo ese clan, eran en total 7), mi mamá, mi papá y yo.

Se hicieron las cinco de la tarde y ya la habitación estaba lista, acomodaron a mi abuelo en la cama, le encendieron el aire, y cayó en un profundo sueño, estaba cansado. Me quedé un rato en el cuarto mirándolo, lo contemple en todo los aspectos, su calva cabeza con poco cabello, sus manos arrugadas, sus ojos cerrados, y me di cuenta de algo, es él la otra persona que no quisiera perder, no podría imaginarme un mundo sin mi abuelo, aun es joven tiene mucha vida en su interior, preferiría que viviera todo la eternidad, que tener que vivirla yo, solo ha visto crecer a dos de sus nietos, mi primo de 9 años y yo, el resto aún están pequeños, cuando tengan mi edad no recordaran si quiera quien era el maravilloso abuelo Joe.

Vi un ligero movimiento en sus torso, estaba temblando del frio, así que decidí buscar otra cobija, y le arrope hasta el cuello; sin querer lo desperté.

- Hija, ¿crees que me pueda morir rápido?

- Abuelo, no diga eso, usted se pondrá mejor – se me quebrantaba la voz.

- Quiero morirme, siento que me quemo por dentro, está enfermedad del carajo...

- ¡No! – digo enojada - Usted me enseñó a no rendirme tan fácilmente, y yo sé que el cáncer es feo, no diría que lo entiendo porque si no mentiría, pero no voy a perderlo.

- Eres una mujer terca hija – decía mientras se le escapo una risita.

- Usted también abuelo – le besó la cabeza – lo amo. Y ahora a dormir.

Me senté al lado de él, mirándolo dormir, como el ritmo de su respiración se sincronizaba con el del corazón. Mis tíos, papa y tío abuelo, fueron a comprar unas cervezas, para descansar un rato. Así que me quede en el cuarto con mi abuelo, ya que en mi opinión necesitaba compañía. Decidí sacar mi celular, y escribirle a Iván.

- Yo: Hola Iván. ¿Cómo estás?

- Iván: ¿Ya no estas ocupada?

- Iván: Bien por cierto y ¿tu?

- Yo: la verdad no lo sé. Y no estoy ocupada.

- Iván: ¿Quieres contarme?

- Yo: Mi abuelo... lo diagnosticaron con cáncer.

- Yo: Estado IV. L

- Iván: Lo lamento.

- Yo: No es culpa tuya, es una maldita enfermedad, que asecha a todo el mundo. Por eso no pude hablar contigo más temprano, estábamos ambientándole la habitación.

- Iván: No, yo entiendo... además no tienes que darme explicaciones.

- Yo: Okay... ¿Qué haces?

- Iván: leo un libro y ¿tu?

- Yo: Veo dormir a mi abuelo.

- Iván: Estas triste ¿no?

- Yo: Por supuesto que sí, es más importante para mí que cualquiera.

- Iván: Tranquila. Va a estar bien.

Su mensaje, me abrió los ojos, y recordé lo que mi abuelo dijo "me quiero morir", puede que atente sobre su vida. Será mejor decirle a mi abuela, para que siempre alguien este con él en la habitación.

- Yo: Iván, disculpa, pero debo hacer algo importante, es urgente. Hablamos mañana.

Corro a decirle lo que hable con mi abuelo, y están de acuerdo conmigo, debemos tenerlo vigilado.

A eso de las 10:00 p.m. mi mamá decide conducir hasta la casa, mi papá no está en condiciones de hacerlo. Llego a casa me voy a mi habitación, me pongo mi pijama, solo pongo mi cabeza en la almohada y todo desaparece.


El cáncer es como un lote baldío... te consume lentamente.  

Una Chica DiferenteWhere stories live. Discover now