Capítulo 8

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El mes de agosto se está acabando y eso significa que mi feria favorita se aproxima, la feria del libro; por lo general llevo poco dinero (porque años anteriores no ahorraba, pero este año sí), en el transcurso del año ahorre aproximadamente unos $85 dólares. Tengo ganas de leer la trilogía "The Hunger Games" o los juegos del hambre, no es mi estilo de lectura, pero me llama mucho la atención; y también me gustaría comprar todos los libros que pueda... pero solo llevo 85 dólares. Uhm... será difícil. Escoger será lo difícil.

Decido ir el viernes después del colegio, y corro con suerte pues estaba medio vacía, no había mucha gente como esperaba, pero seguramente es porque se inauguró el lunes y el domingo es el cierre. Me dirijo al "stand" de mi librería favorita, la cual es El Hombre de la Mancha; entre tantos libros no logro ver los que quiero, pero encuentro uno que busco desde hace ya un tiempo. "El Niño Con El Pijama De Rayas". Mientras leo la contraportada, se me acercan tres chicas, la primera que logro visualizar, es bajita, corpulenta, y muy linda de faz (cabello castaño claro, ojos café, y tiene la cara redondita como una manzana), la segunda es alta, morena, de cabello cuscú, y la tercera es una chica de piel blanca, cabello ondulado, chocolate tirando a rubio, cuerpo casi perfecto y no parece ser del país.

- Buen libro, me recuerda al diario de Ana Frank – dice la primera chica.

- Si, ¿lo vas a comprar? – dicen las otras dos al unísono.

- Humm... creo que sí, pero no logro ver por los que venía – dije respondiéndoles y mirando a mi alrededor.

- Y, ¿Cuáles son los que buscas? – me preguntaron.

- Los juegos del Hambre.

- Están en un "stand" de por allá, me dijeron señalando hacia la parte de arriba.

- Gracias por el dato – les dije mientras le sonreía.

- Bueno nosotras ya nos vamos. Adiós.

- Bye.

Se veían que eran muy buenas amigas, casi hermanas; sin embargo no creo que podría haberme hecho amigas de ellas, porque utilizaban maquillaje y vestían muy bien, y yo no me llevo bien con esas dos cosas, y además aunque me gustará maquillarme, tampoco lo haría. Mi mamá me insiste en que lo use, que así me veo más refinada o femenina, pero la verdad es que no me interesa verme bien, ¿para qué?, si no me dejan tener novio, y tampoco salir con chicos que no conozcan.

Por ir distraída con mi libro nuevo, choque con un chico, que pena... le ayude a levantar sus libros del suelo, y le pedí disculpas. Era guapo, de tez blanca, cabello castaño, ojos claros, y sus labios tenían un ligero toque rosa.

- Lo siento – balbucee - por ir con el libro...

- No pasa nada - me interrumpió.

- Vale

- ¿Cuál es tu nombre? – me preguntó.

- Atemis...- respondo confundida.

- Nombre griego, ¿no?

- Así es.

- Interesante, y ¿cuál es su significado?

- ¿El de mi nombre? - pregunté confundida

- Si – responde.

- El nombre original es Artemisa, era una diosa griega. Los griegos la consideraban la diosa de la caza, los animales salvajes, la virginidad y las mujeres jóvenes. Pero mi madre lo modifico a Atemis.

Una Chica DiferenteWhere stories live. Discover now