Capítulo 19

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Mi abuelo estuvo internado en el ION durante 4 días, en ese tiempo los doctores nos decían que no llegaría a final de año. Mis tías, mi abuela y mi madre se resignaron a perderlo, pero ya no podíamos hacer más que esperar el momento en que la luz salga de sus ojos y que su corazón deje de bombear sangre. El lunes fui a rastras al colegio, temía que estando en el colegio mi abuelo... en fin Andrew fue mi almohada esos días. Me aleje de Iván, inconscientemente claro; no respondía ni sus llamadas ni sus mensajes. Ese beso con Andrew cambio todo, cambio mi mentalidad, mis sentimientos... todo.

Mi abuelo le dieron de alta el jueves, pero con la orden de buscar dos bombas de oxígeno comprimido todos los días de la semana. Llegó a la casa en silla de ruedas pues ya no podría volver a caminar de nuevo. Su miraba estaba vacía, perdida en un infinito que yo no lograba ver, intentaba mantenerme con él, el mayor tiempo posible. Estábamos en la habitación ambientada exclusivamente para él, cuando su voz me interrumpe de mis pensamientos.

Él está señalando la esquina de la pared que está a tres metros míos, no deja de repetir está ahí, está ahí, sin dejar de señalar la esquina de dicha pared.

- Abuelo que hay ahí – pregunto horrorizada al no ver lo que él ve.

- Esta ahí – dice tapándose los ojos

- Si no me dices que hay ahí no te puedo ayudar.

- El viene por mí – dice entre lágrimas – ESTA AHÍ – grita señalando la pared – dile que se vaya por favor.

Hago lo primero que se me viene a la mente, arriba de un mueble que tiene mi abuela en el cuarto hay un frasco con agua bendita. Lo tomo y la esparzo con mis manos salpicando agua aquí y allá cuando creo que es suficiente, me detengo.

- ¿Ya no está ahí? – pregunto dudosa.

Se quita las manos de los ojos.

- No ya no está ahí – dice respirando con calma - ¿Qué hiciste para que se fuera?

- Solo regué agua bendita ahí – digo señalando la esquina, me mojo las manos con el agua y se la paso por los ojos y por su calva cabeza.

- Gracias hija.

- Abuelo... - digo muy enserio – necesito que me digas que había ahí.

- No estoy seguro – dice mirándome – pero creo que era...

- Que era ...

- La muerte.

¿Se refiere a la temible figura de la muerte?, ¿La de larga bata negra con capucha que no deja ver su rostro, con una especie de hacha?... ¿A esa muerte se refiere?

Me quedo con él hasta que se queda dormido y salgo a la cocina. Me llevo a mi abuela mis tías y a mi mamá conmigo y les explico lo sucedido.

- ¿Estás segura de que él te dijo eso? – pregunta mi mamá.

- Sí, me dijo que ahí estaba la muerte.

- ¿En dónde? – me pregunta mi abuela.

- En la esquina a la izquierda de la cama, la del closet.

- ¿La muerte? Dice una de mis tías. Se referirá a la imagen representativa o...

- No lo sé, solo sé que esparcí agua bendita donde él me había señalado y luego me dijo que se había ido.

- Es escalofriante – susurra mi mamá.

Una Chica DiferenteWhere stories live. Discover now