Capítulo 21

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Hoy es 30 de octubre, el cumpleaños de Andrew, aún me siento mal por mi abuelo, pero debemos seguir adelante a pesar de las adversidades. Le he comprado su perfume favorito, un Perry Ellis con aroma a cítricos (ese perfume me encanta, me vuelve loca) y un certificado de regalo en una librería.

La fiesta es hoy, un sábado por la noche. Ya he pedido permiso y me han dejado ir solo por ser Andrew. Salgo de mi práctica de karate y salgo disparada cual bala de cañón para mi casa, me baño, me visto para la fiesta, me pongo un vestido (no tan largo ni tan corto) de color negro con rojo en efecto degradado, rojo arriba y los tonos van disminuyendo hasta volverse negro. Mi mamá me arregla un poco el cabello y ella quería maquillarme, pero le he dicho que no. Quiero ser yo misma. Solo me puse un humectante que da color de acuerdo a la temperatura corporal. Me lo lleve por si se me quitaba el que llevaba puesto.

Llegue a eso de las 8:00 p.m. a la casa de Andrew y estaban algunas personas del colegio, el resto eran amigos y familiares. Veo a su madre quien me saluda sonriente, le doy un beso en la mejilla y entro.

Andrew

Veo a Atemis parada en el recibidor y debo decir que me deslumbro su vestido, es hermoso y deja ver las áreas correctas.

Me acerco con una sonrisa.

- Estas hermosa – digo con una sonrisa de idiota.

- Gracias – dice apenada – esto es para ti – me extiende una bolsita con algo pesado dentro.

- ¿Qué es? – pregunto.

- ¡Lo sabrás cuando lo abras!

- Un Perry Ellis – digo sorprendido – debiste gastar mucho en esto.

- No tanto como tú con los tulipanes – dice sonriendo.

La conduzco a donde están nuestras amistades y todos quedan asombrados al verla tan arreglada, nunca antes la vi así. Su cabello, sus curvas, su collar, sus ojos, todo de ella

Es perfecto. Se la presento a mis familiares hasta que un primo me pregunta si es mi novia. Joder.

Ella me mira de una manera que pareciera que pide auxilio, y les sonríe.

Pasadas las 9:00 de la noche, agarro mi guitarra y me siento en un sillón a tocar notas sin sentido. A petición popular cantaré una canción, pero solo si Atemis canta conmigo.

- ¡Está bien! ¡Está bien! – refunfuño – cantaré una canción – el público aúlla – PERO – alzo la voz – solo si Atemis canta conmigo.

Todos fijan sus ojos en ella, justo como quería, quien me mira con asombro e incrédula. Sus mejillas se ruborizan de un tono lindísimo. Le extiendo la mano y ella la toma, está nerviosa, pues está temblando.

- ¿Porque yo? – pregunta en un susurro.

- Quiero compartir esto y más contigo – le sonrió – cantáremos "yo quisiera".

- Mi favorita – exclama en una sonrisa, se ve tan hermosa cuando lo hace.

- Aquí vamos – digo empezando los primeros acordes.

"Soy tu mejor amigo,

Tu pañuelo de lágrimas,

De amores perdidos.

Te recargas en mi hombro, Tu llanto no cesa,

Yo solo te acaricio.

¿Y me dices porque la vida es tan cruel con tus sentimientos?

Una Chica DiferenteWhere stories live. Discover now