five

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y ahí se encontraban.

eran las cuatro de la tarde; nany y joaquín se encontraban en una parte bastante alejada del castillo, habían bastantes árboles y al parecer, no habían guardias alrededor.

la caja de madera que joaquín le había pedido a nany estaba situada algo cerca de la muralla, con el propósito de que el príncipe pudiera saltar sobre ella para sostenerse del borde de la muralla y después saltar al otro lado.

sonaba fácil.

pero llevaban al menos una hora intentándolo y el príncipe simplemente no podía cumplir con esos pasos, sentía la desesperación en su cuerpo y estaba a dos segundos de rendirse.

—¡es inútil!— exclamó molesto mientras se tumbaba en el suelo.

—vamos, no se rinda. incluso le conseguí la ropa para que pudiera mezclarse con la gente, no puede darse por vencido.— lo animó la señora mientras intentaba que el joven volviera a intentarlo.

el príncipe miró su atuendo, tuvo que cambiarse ahí mismo ya que si salía del castillo con esa ropa puesta, los guardias podrían sospechar algo. suspiró y se levantó del suelo.

—lo volveré a intentar.— dijo para después sonreírle un poco a nany.

—presiento que esta será la definitiva.

joaquín rió un poco para después negar con la cabeza divertidamente. el chico caminó unos cuantos pasos atrás, fijó su vista en la caja de madera y después en la muralla.

frotó sus manos contra los pantalones de lino que nany le había prestado con el propósito de secar un poco el sudor que sus palmas tenían, miró a su izquierda y pudo observar como nany lo miraba con una sonrisa y con sus dos pulgares levantados.

suspiró para después comenzar a correr para tomar un poco de vuelo, saltó sobre la caja de madera y después se impulsó hacia arriba con sus brazos estirados.

y, para sorpresa de ambos, logró sostenerse del borde para después impulsarse con aún más fuerza en sus brazos y quedar sentado sobre la muralla.

—no es posible, lo hice.— susurró el príncipe mientras miraba hacia abajo, podía ver perfectamente el pasto que definitivamente no formaba parte del territorio del palacio.

miró hacia atrás y pudo ver como nany desde abajo cubría su boca con asombro. el joven le sonrió emocionado.

—¡nany, lo logré!— chilló con emoción para después cubrir su boca para evitar gritar de la emoción.

—¡ya váyase antes de que alguien se de cuenta! yo lo estaré esperando aquí.— le contestó la mujer con una gran sonrisa en su rostro.

joaquín le dedicó una última sonrisa para después saltar, con cuidado de no lastimarse, al otro lado. al caer, sintió como sus piernas temblaban ligeramente ya que el impacto fue algo fuerte debido a que la muralla si era algo alta.

el príncipe sonrió, la emoción lo consumía cada vez más y más.

                                    ****

después de un estar un rato caminando, joaquín había llegado a lo que parecía ser el centro del pueblo.

estaba realmente asombrado al ver todos los colores llamativos que adornaban el lugar, la gente sonreía y reía, algunos compraban cosas y algunos otros mostraban su talento para ganar unas cuantas monedas.

el príncipe miraba todo con adoración, había comprado un poco de pan y le había dado unas cuentas monedas a un tipo bastante simpático que parecía una estatua.

en esos momentos, se encontraba observando un puesto que vendía pequeñas figurillas de barro, le parecieron bastante adorables y estaba casi seguro de que eso era lo más bonito que había visto en todo el día.

justo cuando iba a preguntar por el precio de una de las figuras, un grito bastante fuerte se escuchó por el lugar.

—¡atrápenlo!— era la voz de un hombre algo mayor que se notaba bastante molesto.

joaquín miró a su alrededor con algo de confusión.

—¡no dejen que se escape!

el príncipe intentó entender qué estaba pasando, hasta que sintió como algo chocaba contra su hombro con bastante fuerza, provocando que casi terminara en el suelo.

—mierda, ¿estás bien?— escuchó como alguien le preguntaba.

joaquín estaba confundido, miró hacia arriba y pudo ver a un chico que lo miraba con preocupación, tenía rizos gruesos color chocolate y sus ojos eran del mismo color que su cabellera.

—si.— contestó, aunque más que una afirmación, sonó como una pregunta.

—bien.— habló el chico mientras le sonreía de lado y levantaba sus dos pulgares.

y antes de que joaquín pudiera decir algo más, el rizado ya se encontraba corriendo con bastante rapidez, provocando que el príncipe riera un poco ya que sus gruesos rizos se movían a todas partes.

se volteó para preguntarle al señor del puesto cuánto costaban las figuras de barro pero justamente cuando iba a hacerlo, alguien más habló.

—¿a dónde se fue?— era el mismo hombre que había gritado hace un rato.

—¿eh?— contestó confundido.

—¿a dónde se fue?— volvió a preguntar pero esta vez lo hizo mientras alzaba bastante la voz.— ¡el tipo que acaba de chocar contigo!

joaquín frunció el ceño, ¿por qué quería saber eso?

—se fue hacia allá.— contestó mientras señalaba la dirección contraria a la que el chico había ido.

—maldito ladrón, me las va a pagar.— gruñó el hombre mientras corría hacia la dirección que joaquín había señalado.

el joven abrió los ojos sorprendido, ¿acababa de encubrir a un ladrón?

—tranquilo, chico. este tipo de cosas pasan todo el tiempo por aquí.— habló el hombre del puesto mientras le sonreía un poco.— ¿vas a llevarte una?— preguntó refiriéndose a las figuras de barro.

—eh, si.— contestó aún algo aturdido por todo lo que acababa ocurrir.— deme esa.— continuó hablando con una pequeña sonrisa en su rostro mientras señalaba una figura de un tigre.

el hombre le dio la figurilla y el príncipe pagó para después volver al castillo. había sido suficiente por ese día.

al principio pensó que lo más bonito que había visto en el día eran las figuras de barro, pero eso se borró de inmediato de su mente al ver al chico que había resultado ser un ladrón.

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esto ya se pone más bueno ahre

ya va a haber más emiliaco zi k zi

btw, imagínense al pueblo estilo al de aladdin ok? jsjsjaj

¿les está gustando? espero que si ay

y nada, voten y comenten muchoooo

prince ; emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora