el príncipe se encontraba confundido.
bastante al decir verdad.
no sabía que hacer con respecto a emilio.
más bien, no sabía que hacer con respecto a él mismo.
desde hace varios días, su mente había estado en un diario debate mental entre sí debía decirle a emilio de una buena vez que él era el príncipe del lugar o simplemente seguir fingiendo que era una persona ordinaria que habitaba en el pueblo.
joaquín estaba consciente de que entre más durara sin decirle la verdad al rizado, peor sería su reacción. sin embargo, cada vez que pensaba en decírselo, parecía ser que olvidaba como hablar y terminaba diciendo todo menos lo que en realidad quería decirle.
miedo, eso era lo que sentía.
emilio se había convertido en una persona realmente especial para él y el solo hecho de pensar en que podría alejarse de él por ser el príncipe, realmente le aterraba.
suspiró y cerró los ojos para después tumbarse en su cama.
ya después se atormentaría a sí mismo pensando en cómo podría arreglar esa situación.
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como ya era costumbre, joaquín caminaba alegremente por las calles de su pueblo con alegría y emoción.
se encontraba más feliz que de costumbre ya que tenía un regalo para el rizado.
sabía que su amigo carecía de dinero y por eso siempre se encontraba robándole mercancía a los puestos del centro. es por eso que la idea de darle ese regalo había cruzado por su mente.
dentro de uno de los bolsillos de su pantalón se encontraba una bolsa de tela mediana llena de monedas que podrían serle realmente útiles a emilio.
sintió como alguien tiraba fuertemente de su brazo para ser llevado al interior de un callejón oscuro.
—¿qué...— su frase no pudo ser terminada ya que una mano relativamente grande cubrió su boca.
—sh, van a encontrarme.— susurró un chico rizado bastante familiar para el príncipe mientras una sonrisa adornaba su rostro.
—¿quienes?— preguntó en el mismo tono de voz.
—¿a dónde se fue?— se escuchó como alguien gritaba en las calles.
—le robé un collar a un tipo regordete, pensé que sería fácil pero, ¡hey! yo no sabía que tenía dos hijos musculosos y con tatuajes.
el príncipe mordió su labio inferior en un intento por no soltarse a reír a carcajadas, emilio era todo un caso.
—¿y qué procede?— preguntó el castañito en tono divertido.— quiero que sepas que no estoy dispuesto a correr y a subir a tejados mientras saltamos.
emilio rió bajito para después asomar un poco su cabeza fuera del callejón para asegurarse de que los hombres se habían ido.
—creo que podemos quedarnos un rato aquí.— le sonrió un poco.
el lugar era bastante estrecho, por lo cual ambos chicos se encontraban más cerca de lo que usualmente estaban.
joaquín le sonrió tímidamente.
—¡oh!— exclamó de repente.— te tengo un regalo.
emilio frunció el ceño y ladeó su cabeza ligeramente a la izquierda en signo de confusión.
—¿para mi?
el príncipe le sonrió con grandeza y asintió varias veces con su cabeza mostrando su emoción. llevó su mano derecha al bolsillo de su pantalón y sacó la bolsa que contenía las monedas adentro.
—ten.— dijo mientras se la tendía.
el rizado aún mantenía el ceño fruncido, sin embargo, tomó la bolsa entre sus manos.
—es una linda bolsa. gracias.— le sonrió para después revolver amistosamente su cabellera.
joaquín rodó los ojos divertidamente.
—¡ábrela!— chilló.
emilio, aún con algo de confusión, abrió la bolsa de tela. al ver el contenido, abrió sus ojos a más no poder y de inmediato posó su mirada en joaquín.
—¿qué?— habló en un hilo de voz mientras alternaba su mirar entre el castañito que tenía frente a él y el contenido de la bolsa.— ¿cómo?— balbuceó.
el príncipe no podía dejar de sonreír.
—¿te gusta?
el rizado seguía en un pequeño trance, nunca en su vida había visto esa cantidad de dinero en persona y menos la había podido tener en sus manos.
—¿de dónde sacaste todo esto?— preguntó aún con sorpresa.
—he estado ahorrando.— mintió, simplemente le dijo a su padre que necesitaba unas cuantas monedas para dibujarlas y su padre le dio un gran puñado de éstas.
—dios, no.— exclamó el rizado.— no puedo aceptarlo.
—¿por qué no?— preguntó esta vez el príncipe mientras su ceño se fruncía y un puchero se formaba en sus labios.
—joaquín, es demasiado dinero.— dijo mientras miraba todas las monedas que estaban en la bolsa.
emilio cerró la bolsa y la colocó en las pequeñas manos del chico que tenía frente a él.
—¡pero lo necesitas!— exclamó mientras volvía a poner la bolsa en las manos del rizado.
—¡pero de seguro tú también!
—¡pero no se como podría devolverte el favor!— chilló, comenzaba a estresarse.— no puedo aceptarlo.
—emilio, tú y yo sabemos que lo necesitas, no puedo permitir que sigas arriesgándote robando cosas por las cuales te dan, como máximo, dos monedas.— exclamó en tono desesperado mientras tomaba entre sus manos el rostro del rizado y se acercaba un poco más a él.— yo estaré bien, sólo acéptalo.
—joaquín, yo...— su frase se vio interrumpida debido a que notó lo cerca que se encontraba el rostro de su amigo del suyo.— yo.— tragó saliva mientras miraba los grandes ojos del contrario.— ¿qué estaba diciendo?— balbuceó torpemente.
el príncipe rió un poco mientras sus mejillas adquirían un tono ligeramente rosado.
—que aceptarías el regalo que te di.
—claro, acepto el regalo.— dijo desinteresado mientras sus ojos se perdían en los del castañito.— ¿qué era el regalo?— balbuceó para después dirigir su mirada hasta los rosados y gruesos labios que tenía su acompañante.
—las monedas.
—ah, si. las monedas.
joaquín rió bobamente para después acercar un poco más su rostro al del rizado, provocando que sus narices terminaran rozando un poco entre ellas.
emilio sonrió y movió su rostro ligeramente a los lados, dando inicio a lo que es conocido como un beso esquimal.
ambos chicos sonrieron con las mejillas sonrosadas, olvidándose por completo de la pequeña discusión que habían tenido hace unos cuantos segundos sobre las monedas.
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holiiiii, oigan gracias por los 14K akdlakelw
les gusta la nueva portada? idk, extraño la anterior :(
btw publiqué una historia/libro de puros one shots jejeje serán de aristemo y emiliaco por si gustan pasarse por ahí
y nada, espero que les esté gustando <3

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prince ; emiliaco
Fiksi Penggemarel castillo es muy grande, pero para joaquín no es suficiente. o en donde joaquín es un príncipe que se escapa de vez en cuando al pueblo.