eleven

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si quieren y pueden léanlo con la canción en multimedia, ojalá y si se pueda ver :(

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de noche el pueblo se veía demasiado diferente, sin embargo, ese factor no quitaba que se viera igual o incluso más hermoso que de día.

parecía que el lugar nunca dormía. luces de colores se encontraban por todas partes y aún había gente afuera, niños corriendo y personas riendo pasaban a su lado.

el príncipe miraba todo con fascinación, no podía creer que se había perdido de todo eso en todo este tiempo. años desperdiciados estando encerrado en el palacio en vez de estar explorando las maravillas que tenía su pueblo por ofrecerle.

era como un mundo totalmente nuevo.

—su alteza.— escuchó como alguien hablaba detrás de él.

joaquín pudo reconocer esa voz a la perfección, mordió su labio inferior para evitar sonreír y se dio la vuelta.

—¿me estabas siguiendo, ladrón?— preguntó burlonamente mientras cruzaba sus brazos y elevaba una de sus cejas.

—oh no, para nada. solo vi que pasó por aquí y lo quise saludar, su alteza.— contestó con el mismo tono mientras fruncía sus labios en un intento por contener su risa.

el más bajo rodó los ojos divertidamente.

—no me llames así.— dijo mientras se sonrojaba un poco.

—¿por qué no? tienes nombre de príncipe.

—pero no soy un príncipe.— mintió, se sintió un poco mal al hacerlo pero realmente no quería confesarle tan pronto que, en efecto, sí era un príncipe.

—entonces, no me llames ladrón.— habló emilio mientras se cruzaba de brazos y le sonreía de lado.

—pero tú si eres un ladrón.

touché.

bastaron menos tres segundos para que los chicos comenzaran a soltar fuertes carcajadas, provocando que sus mejillas terminaran algo sonrosadas y que sus ojos liberaran alguna que otra lágrima.

—ven, te quiero mostrar algo.— habló el rizado una vez que la risa había parado para después tomar la muñeca del contrario y comenzar a caminar.

—¿me vas a secuestrar?— preguntó en broma mientras caminaba siguiéndole el paso.

—no, por ahora.— contestó con el mismo tono provocando que joaquín soltara un par de carcajadas más.

caminaron unas cuentas calles más y dieron una que otra vuelta hasta llegar a lo que parecía ser un mercado. aún había uno que otro puesto vendiendo algo de comida y de igual forma, habían luces de colores que alumbraban el lugar.

pero lo que más llamaba la atención, eran las cuatro personas que tocaban una canción bastante alegre con sus instrumentos musicales, mientras un grupo de aproximadamente unas veinte personas bailaban alegremente al ritmo de la canción que la banda tocaba.

el príncipe miraba con emoción lo que estaba ocurriendo, si había algo que definitivamente le gustaba, era la música de ese estilo tan alegre y rítmica.

—sé que eres nuevo en el pueblo y pensé que sería buena idea traerte aquí, la gente realmente disfruta de venir a este lugar por las noches. ya sabes, bailar, cantar, comer; es bastante entretenido.— dijo emilio mientras le sonreía con alegría al contrario.

—es muy bonito.— contestó joaquín mientras aún seguía algo anonado por lo que sus ojos estaban observando.— gracias.— habló para después voltear a ver al rizado y dedicarle una gran sonrisa.

emilio chasqueó la lengua y negó con su cabeza divertidamente.

—aún no me agradezcas.— dijo para después volver a tomar la muñeca del príncipe y comenzar a caminar hasta el grupo de gente que bailaba animadamente.

—espera, ¿qué haces?— preguntó al ver al lugar al que se dirigían.

—¿qué no es obvio? ¡vamos a bailar!— exclamó emocionado mientras aceleraba el paso con la intención de llegar lo antes posible.

—yo no sé bailar.

mentira. en el castillo le daban clases de baile, pero era totalmente diferente a lo que se encontraba viendo. su clases de baile se resumían a un un, dos, tres, vuelta, un, dos, tres, vuelta. nada comparado con lo que sus ojos veían en ese momento, las personas daban vueltas y brincaban al ritmo de la música mientras reían.

—todos sabemos bailar, solo que unos lo hacen mejor que otros.— contestó emilio en cuanto lograron escabullirse entre las personas que brincaban y reían.

—de verdad, no creo poder hacerlo. mejor vayamos a donde estábamos.— dijo mientras se sonrojaba y miraba como el rizado ya había comenzado a moverse ligeramente al ritmo de la alegre música.

emilio frunció el ceño y negó con la cabeza varias veces.

—no, no y no. si te traje aquí es para que nos divirtamos juntos, no para estemos parados.— habló aún con el ceño fruncido.— sólo cierra los ojos y siente la música.— le dijo para después comenzar a bailar animadamente mientras le sonreía.

el príncipe volvió a mirar a su alrededor, todos parecían felices y como si nada les importara. y eso fue lo que hizo, se olvidó de los mapas, de los libros, de los veinte países más cercanos, del castillo, de que tenía que volver pronto y de que era parte de la familia real.

simplemente cerró sus ojos y tal como el rizado le había dicho, sintió la música. y en menos de un minuto, ya se encontraba brincando y dando vueltas animadamente junto a emilio.

el rizado tomó la mano del contrario y la elevó un poco con el propósito de que el dueño de la mano diera una vuelta, aunque al final, joaquín terminó tropezándose un poco con sus propios pies.

y antes de que pudiera estamparse contra el suelo y pasar vergüenza frente a toda esa gente, el de rizos rebeldes lo tomó por la cintura con fuerza, evitando que tuviera aquel accidente.

—hey, no te emociones tanto.

joaquín soltó una fuerte carcajada ante el comentario de emilio y en ese justo momento, estuvo seguro de que esa había sido la mejor noche de toda su vida.

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les dije que iba a publicar otro y pues ajá skdlakdl

como que cada vez más me gusta el rumbo que está tomando este trip, a ustedes les está gustando?

y nada, voten y comenten muchoooo

prince ; emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora