prince ; emiliaco

seventeen

fueron dos días en los cuales el príncipe estuvo ahogado en tareas absurdas asignadas por su padre.

había tenido apenas tiempo para dormir y para comer, estaba exhausto.

después de esos dos días de tortura, el rey había decidido que ya había aprendido su lección y que podía salir al jardín cuando el quisiera.

joaquín no perdió absolutamente nada de tiempo, ya había tomado la bolsa de tela que contenía al atuendo que portaba cada que iba al pueblo y había salido del castillo para dirigirse al jardín.

—joaquín.— escuchó una voz detrás de él.

el príncipe volteó para encontrarse con nany, suspiró y la miró, dándole a entender que siguiera hablando.

—tenga cuidado, los guardias dicen que cada día hay más ladrones por ahí.

el joven únicamente asintió con la cabeza mientras le dedicaba una pequeña sonrisa de lado, se dio la vuelta y continuó con su camino hasta la muralla.

se aseguró de que nadie estuviera cerca y comenzó a cambiarse de ropa.

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caminaba por las calles del pueblo mientras jugaba nerviosamente con sus manos, ni siquiera sabía que es lo que iba a decirle a emilio cuando se lo topara.

llevaba buscando al chico bastante tiempo y sus esperanzas poco a poco comenzaban a decaer.

hasta que lo vio.

se encontraba jugando fútbol con un grupo de seis niños pequeños, los cuales reían animadamente mientras pateaban el balón y empujaban divertidamente al mayor de todos.

una sonrisa llena de ternura no tardó en aparecer en el rostro del príncipe al ver al chico que tanto le gustaba conviviendo con niños.

esperó a que su pequeño partido terminara para poder dirigirse a emilio y poder hablarle con calma.

una vez que acabó, con pasos algo torpes se acercó hasta él, y al estar de espaldas, tuvo que tocar su hombro con su dedo índice para poder llamar su atención.

emilio volteó y lo miró durante unos cuantos segundos en silencio.

—hey.— saludó el rizado con un ligero tono de sorpresa en su voz.

joaquín abrió su boca para poder comenzar a disculparse por haberlo dejado solo aquel día y por no haberse aparecido en los últimos dos días.

pero antes de que pudiera decir algo, los brazos del rizado ya se encontraban rodeándolo en un abrazo bastante cariñoso.

—dios, estás bien.— habló aliviado mientras apretujaba aún más el cuerpo del príncipe contra el suyo.— me tenías muy preocupado, pensé que algo malo te había pasado.

y en ese momento, joaquín se soltó a llorar.

emilio se separó de él y lo miró con un semblante lleno de preocupación.

—¿qué pasa? ¿dije algo malo?— preguntó nerviosamente mientras que con sus dedos pulgares trataba de limpiar las lágrimas que salían de los ojos del chico bonito que tenía frente a él.

—no, todo está bien.— balbuceó el castaño mientras sorbía su nariz.— es solo que, de verdad me siento muy mal por no haber podido venir el otro día.— habló con la voz entrecortada mientras más lágrimas salían de sus ojos.

lágrimas que eran inmediatamente limpiadas por los pulgares del rizado.

—hey, no llores.— le dedicó una pequeña sonrisa.— no importa que no hayas podido venir, ahora estás aquí.— dijo mientras lo envolvía de nueva cuenta entre sus brazos.— sólo no me vuelvas a abandonar dos días sin avisarme antes.— bromeó para después reír un poco.

el príncipe rió un poco y tomó entre sus manos la camisa del contrario para después dejar que unas cuentas lágrimas más salieran de su ser. estaba soltándolo todo en esos momentos, la pelea con su padre, la especie de traición de nany y sobre todo, su impotencia.

—de verdad lo siento.— balbuceó mientras se escondía en el pecho del más alto.

una dulce risa por parte de emilio se escuchó.

—ya te dije que yo estoy bien.— le dijo tiernamente.— lo que me importa en estos momentos es que tú estés bien.

el príncipe no pudo evitar sonreír al escuchar las palabras del chico que lo abrazaba con ternura.

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neta muchas gracias por leerme, lloro

espero que les esté gustando mucho ahre

y nada, voten y comenten muchoooo