twenty two

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el príncipe no podía estar más aburrido.

se encontraba en una de las juntas del consejo real, el cual era conformado por alrededor de diez personas. se debatían temas que consideraban importantes para la mejora de la estabilidad del pueblo.

en un pasado, joaquín siempre trataba de participar en las juntas, dando su opinión y opciones para mejorar la situación, pero dejó de hacerlo ya que siempre que lo hacía, nadie le ponía atención o cambiaban de tema para evitarlo.

así que ahí se encontraba, sus ojos pesaban debido al sueño que sentía gracias al aburrimiento y hubiera caído en un sueño profundo si no hubiera sido por el jefe de los guardias.

—cada día hay más ladrones en el pueblo, mis guardias corren cada vez más peligro.

ladrones.

emilio.

—¿alguna sugerencia?— habló amablemente el asistente de su padre, el cual era un tipo bastante simpático.

—opino que todos los ladrones sean condenados a muerte, esa gentuza no debería de habitar en un lugar como este.— habló una mujer, la cual joaquín reconoció como la jefa de importaciones y exportaciones.

el príncipe abrió sus ojos con sorpresa al escuchar lo que aquella mujer había dicho, ¿acaso estaba loca?

—¿alguien más apoya la petición?— preguntó el rey.

un poco más de la mitad de las personas de la sala levantaron su mano, mostrando su apoyo a la idea de condenar a muerte a todos los ladrones.

joaquín no podía creer lo que estaba pasando, estaba estático en su silla mientras sus ojos se encontraban muy abiertos observando cómo la mujer sonreía con superioridad al ver el apoyo que estaba recibiendo.

—muy bien, creo que...

había dejado de escuchar, solo podía imaginarse una escena terrible; emilio siendo atrapado por los guardias del palacio mientras lo llevaban con rudeza al calabozo, dejándolo sin comer unos tres días para después proceder a la condena.

no podía permitirlo, no iba a quedarse callado.

ya no más.

—¡no!— exclamó mientras se levantaba de su silla y estrellaba sus manos en la mesa con fuerza.

todos los presentes lo voltearon a ver, algunos con sorpresa, algunos otros con fastidio.

—¿tiene algo para decirnos, su alteza?— preguntó el asistente del rey mientras le dedicaba una pequeña sonrisa.

joaquín tragó saliva duramente. ¿en qué estaba pensado? pudo haber simplemente levantado su mano para pedir la palabra, no tenía que haber hecho tanto escándalo y lo peor, ni siquiera sabía que decir.

—yo...— balbuceó mientras observaba como los mayores de la sala lo miraban con desaprobación.

—ya, deja al niño. solo quiere llamar la atención, nunca tiene nada bueno que decir. prosigamos con la única buena solución que tenemos— habló un hombre con fastidio mientras lo miraba con desprecio.

joaquín frunció el ceño.

—más respeto, seré joven pero sigo siendo tu futuro rey.— lo miró con dureza.— y estoy seguro de que tengo algo muchísimo mejor para aportar que una idea tan vacía y absurda como la que tú estás apoyando.— contestó con molestia. estaba cansado de que, aún siendo el príncipe, nadie lo tomara en serio.

—entonces, habla.— habló molesta la mujer, sintiéndose ofendida al escuchar como el príncipe había descrito su idea.

joaquín cerró sus ojos con fuerza, tenía que inventarse algo que fuera coherente y que no le dejara ver como un niño estúpido que solo quiere llamar la atención.

así que suspiró y pensó.

pensó en emilio.

—si queremos solucionar esto, tenemos que hacerlo desde la raíz.— habló mientras elevaba ligeramente su mentón.—vamos, ¿qué es lo más que puede robar alguien de este lugar? ¿una manzana? ¿un pedazo de pan?— hizo una pequeña pausa para ordenar sus ideas.— las personas roban por necesidad, el verdadero problema no son los ladrones, el verdadero problema es la pobreza qué hay en el pueblo. combatamos la pobreza en vez de matar a personas simplemente porque ustedes están lo suficientemente cegados en su burbuja de perfección en el castillo, vean más allá de su realidad.— dijo mientras elevaba un poco el tono de su voz.— el hecho de que nosotros tengamos que comer todos los días y un techo donde dormir, no significa que todas las personas allá afuera puedan darse esos lujos, no sean una bola de egoístas.— concluyó.

sintió como sus mejillas se calentaban al darse cuenta de que conforme hablaba, el tono de su voz subía más y más. cerró sus ojos durante unos segundos y mordió su labio inferior en signo de nerviosismo.

—gracias.— habló tímidamente para después sentarse en su silla, sintiéndose algo avergonzado.

el silencio se adueñó de la sala.

el asistente de su padre carraspeó un poco.

—si, bueno.— balbuceó un poco.— ¿alguien apoya la propuesta del príncipe?

joaquín cerró sus ojos, no quería ver como nadie levantaba la mano y no quería ver como todos lo miraban con lastima.

una palmada en su espalda fue lo que provocó que poco a poco abriera sus ojos y al observar la imagen que tenía frente a él, no pudo evitar sentir emoción en su interior.

toda la sala, a excepción de dos personas, mantenían su mano alzada en signo de apoyo a su petición.

—buen trabajo, hijo.

joaquín solo pudo sonreír con grandeza.

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hooooooli, chance y este cap les pareció aburrido pero ajá, es importante ahre

NO PUEDO CREER QUE ABRACÉ A LOS CHICOS AJDLAKELQIW VEAN LPM, salgo re mal pero ellos son hermosos

NO PUEDO CREER QUE ABRACÉ A LOS CHICOS AJDLAKELQIW VEAN LPM, salgo re mal pero ellos son hermosos

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prince ; emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora