La Diosa Blanca (LDB #1)

Capítulo 49

-¿Podéis callaros chicos?-dijo Heaven mientras tenía mi móvil entre las manos.

-¡Mi móvil!-grité mientras lo intentaba coger.

-No me nuevas, que estoy grabando.

Cassius y yo fijamos la vista hacia donde estaba grabando la cámara de Hea... la cámara de mí movil. El chico de ojos verdes tenía la tripa hinchada y se la tocaba, como si estuviera embarazado.

-¡Después de que nazca este hazme los que quieras guapo!-dijo para luego guiñarle un ojo y lanzarle un beso al chico rubio.

-Esto va a repetirse en bucle por todo el Olimpo.-dijo la chica al terminar de grabar, y luego entregarme el móvil.

-Bueno, y después de este teatrillo...-un chico se acercó y le habló al oído.- No, mejor no, ya sabes...

El anterior chico afirmó y se alejó.

-A lo que iba.-volvió al estado anterior.- Reyna, gran pretora, ¿a qué te suena el Reynico?

Los miró a todos, para luego hablar.

-Descendientes de Venus teníais que ser.

-De Venus no, de Afrodita.-una chica habló.- Los de Venus aún están preparándose.

Otra persona del grupo se acercó hacia donde estaba el latino.

-Y tú Leo, ¿qué piensas a oír el nombre Vandangelo?

-Que nadie se puede resistir a mis encantos.-hasta en el heno se podría oler el ego.- Soy el gran Leo Valdez.

-Percy, ¿y tú?-le preguntó el chico que antes hablo con secretismo con el líder de aquel grupo.

El tal Percy se puso enmedio de la arena, apartando a la chica que antes estaba ahí, y se aclaró la voz.

-Ya llega el momento drama.-decía Heaven riéndose.- Dame el móvil otra vez.

Lo saqué y se lo di, no sin antes advertirle de que tuviera mucho cuidado. Ella se puso a grabar, y el chico comenzó a hablar.

-Así que ella si es tu tipo.-se ponía a gritar y señalar una hoja de papel, la cual había sacado de uno de los bolsillos de su pantalón.- Yo soy Percy Jackson, soy el tipo de todos.

-¿Qué tendrá?-pregunté.

-¿En el cerebro? Solo algas.-me respondió la peli rubia.

-No, en la mano.

-Ni idea, descúbrelo por ti misma.-me dijo mientras grababa el espectáculo que estaba montando esa persona.

Empecé a concentrarme en la hoja, todos mis sentidos estaban dirigidos a ella. Me la imaginé en mi mano y, mágicamente, apareció.

La miré con detenimiento, ¡era la foto que yo había traído y que el dios del vino me había quitado! Todo seguía igual, con la diferencia de que donde debía estar la cara de mi madre estaba la del chico de la arena.

-Esto es muy turbio.-dijo Cassius.

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Dedicado a:.

camy-cruz

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