Capítulo 57

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¡Hey, hola! ¿Os acordáis de lo de antes, cuando casi que me meten en algo súper raro parecido a una secta? Pues, tras un montón de gritos entre el tío de mi cabaña (un tal Zeus) y esa diosa, terminé sin tener que unirme a ese grupo; pero con la enemistad de, mínimo, una diosa más a mi Biblia de enemistades.

[°°°]

-¿Qué estrategia tenemos?-me preguntó Cassius.

-Ni idea.

-Solo una cosa más.

-¿Sí?-me respondió él con duda.

-Necesito un resumen general. ¿Quién ganará?

-Te iba a empezar a enumerar todas las opciones, como si de una tesis de universidad se tratara; pero tienen a la diosa Victoria en su equipo... así que...

-Bueno, una cosa que aprendí de estar intentando conseguir que se convirtieran en reales los personajes que leía era que, había que saber cuándo rendirse; y este es uno de esos momentos.-miré hacia mi primo.- Tenemos que ondear nuestra bandera desde ese montón de caca para saber que nos hemos rendido.

-¿Qué montón de caca?-me preguntó un mestizo.- Ah, el puño...-miró hacia un lado y se escondió con mucho miedo detrás de, seguramente, sus hermanos, primos y a saber que.

Mi primo se alejó de mi durante un rato, para luego darme lo que parecía ser un mapa.

-No sé si es un poco tarde para decirlo pero... no soy muy buena ubicando en mapas ni nada de eso. Y parece ser muy viejo. Mira aquí,-señalé la leyenda del mapa.- Es del mil novecientos sesenta. Digamos que para algo existe Google Maps.-pensé tranquilamente durante un momento, ya lo sé, hice un gran esfuerzo.- ¡Google Maps!

Saqué mi móvil...

-No debería de haberse quedado sin batería, te vi leyendo como toda la noche.

Saqué todos los cargadores externos que tenía guardados en mi chaqueta, para así enseñárselos a mi primo y luego guardarlos otra vez.

-Una Bianca precavida vale por dos.-volví a meter el último en mi bolsillo, para luego cerrar la cremallera y así evitar que los perdiera; me pasa muy a menudo.- Y ves esa maleta grande que hay en una esquina de la habitación.-Cassius afirmó.- Ahí tengo más.

Entré en Google y escribí la dirección del campamento mestizo, para así poder tener un mapa. Sólo me aparecieron imágenes de un bosque, sin ningún indicio de esconder entre sus ramajes un campamento para descendientes de dioses griegos y romanos. Busqué Campamento Mestizo, para luego encontrarme con la sorpresa de que ponía que mi búsqueda no había obtenido ningún resultado.

Con la esperanza de que eso fuera mi imaginación creando imágenes mientras duermo, me pellizqué sin obtener ningún resultado.

-El móvil.-acerqué mi mano abierta a la cara de mi primo y no, no le iba a pegar; aún no tenía ganas, pero seguro que dentro de poco me las provocaba.- Cassius, por favor, dame tu maldito móvil.

-¿Para qué lo necesitas?

-¿Edad?-le pregunté yo, sin obtener ninguna palabra por su parte.- ¡Qué me digas tú troia edad!

-Dieciseis.-dijo, con el temor impregnado en su voz.

-¿Nunca te enseñaron a tenerle respeto a tus mayores?

-Porque...

-¡Si una persona mayor que tú te dice que le des tú móvil se lo das, excepto que sea un ladrón! ¡Así que dame el móvil!

Me lo entregó rápidamente.

-A ver si funciona.-dije, para intentar concienciarse de que los milagros a veces suceden.

La Diosa Blanca (LDB #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora