Capítulo 68

22 2 27
                                    

-¿Papá? ¿Mamá?-les pregunté con duda.

-Bianca, no somos tus padres.

Mi madre comenzó a hablar, mientras mi padre parecía haber descubierto algo interesante en sus zapatos.

-En realidad, cuando éramos jóvenes, hubo una batalla muy cruenta en la cual morimos los dos.-arropó una mano con la otra, uniendo sus dos extremidades.- Cuando estábamos en el Inframundo, una diosa nos dio la oportunidad de volver a la vida; y, ya sabes, éramos jóvenes y, aunque uno que otro-miró con suspicacia al que hace poco era mi padre.- estuviera siempre diciendo que se quería morir, los dos deseábamos volver a vivir. Afrodita nos visitó, primero a uno y luego a otro, y nos ofreció esa oportunidad. Si yo cuidaba de tí y me hacía pasar por tu madre, podría volver, e igual hizo con Nico. Pero claro está, esas conversaciones nos las hizo por separado y ninguno nos enteramos, hasta el final sin retorno, que tendríamos que hacerlo juntos; y encima habíamos jurado antes por el río Estigio, así que no había vuelta atrás.-distendió un poco su tono serio, para calmar el ambiente.- Porque si, yo antes hubiera sabido que tenía que aguantar a este, no habría aceptado ni por todos los dracmas del mundo.

Mi exmadre golpeó a mi expadre con el codo, a lo que este levantó la cabeza y se dispuso a hablar.

-Yo lo mismo, ni aunque me pagasen lo habría hecho si antes hubiera sabido que iba a ser con Thalía.

-¡Oye,-una voz chillona se empezó a oír de entre los arbustos.- encima que os devolví a la vida!

-Ya nos fastidiaste la sorpresa.-le dijo una voz.

Omara se levantó, con un pastel en sus manos.

-¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños!

-Fue hace...

-Es igual.-me respondió un hombre muy parecido a ella, seguramente su padre.- ¡Feliz cumpleaños atrasado.

Levantó un dedo, el cual tenía una llama ondeando en la punta, para luego encender la gran vela que llevaba por sombrero.

-¿No se va a...?

-No, es inmune al fuego.-me respondió instantaneamente, como si supiera lo que le iba a preguntar.- Lo preguntan mucho.

Sonreí tenuemente durante un instante, para luego mirar con mi rostro triste y envuelto en lágrimas a esos tales Thalía y Nico.

Saqué la espada de hierro Estigio, la cual me fue "devuelta" (un día apareció en mi cama así por así. No preguntéis, ni yo lo sé cómo), e hice un corte a esa imagen.

-Yo no soy Bianca.-dije, antes de que sus imágenes se desvanecieran.

Giré sobre mis talones para luego, sin mirar a nadie y aún menos hablar, encaminarme hacia la cabaña que me había dado un techo todos los anteriores días; porque ya no iba a habitar más ahí.

[°°°]

-Bianca, para un momento de hacer tanta maleta.

-¿Qué pasa? ¿No puedo o qué?

-Hazlo mañana, que hoy es muy tarde ya, y así descansas de todo.-Cassius me miró, analizándome.- Oh no, conozco esa mirada. No pienses eso ni un segundo, tú sí que eres una semidiosa. Cualquier mortal no podría ver nada de lo que tienes delante, y encima tienes poderes de semidiosa.

Paré, para mirarle a la cara y preguntarle lo que tanto me carcomía.

-¿Y entonces que soy?-me señalé.- Porque yo lo único que veo es a una chica con un montón de problemas. La que antes era mi familia, destruida...

-Mírale el lado bueno.-me limpió una lágrima.

-¿Qué lado bueno?

➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖

Dedicado a:

juliehernandez107

Gracias por votar

La Diosa Blanca (LDB #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora